El 80% de los investigadores hace divulgación científica en Argentina
Así lo confirma un informe de dos investigadores del Conicet en base a una encuesta entre todos los trabajadores del organismo. Los resultados de este año se compararon con los del primer paper en 2011.
En los últimos años, las actividades de divulgación científica se han intensificado. El 80% de los investigadores del Conicet realiza actividades de comunicación pública de la ciencia y, el porcentaje es más alto entre las mujeres. Así se desprende de un informe de dos investigadores del Conicet, Pablo Kreimer y Luciano Levin, en base a una encuesta destinada a los trabajadores del organismo.
El mismo trabajo fue publicado en 2011, con resultados muy similares. «En ese momento, el 70% de los investigadores comunicaba sobre sus proyectos. Hoy el porcentaje es más algo y ha cambiado la intensidad. Al menos, se difunde una actividad al año», detalló Levin y aclaró que el contexto actual difiere por completo.
“Las redes sociales no eran lo que son hoy, no había pasado la pandemia y la estructura del Conicet era otra: entre 2011 y 2025, la población de investigadores se triplicó -no incluimos los últimos dos años-. Y es más joven”, sintetizó Levin, investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Río Negro, al tiempo que recalcó que “esas variables hacen que la comunicación de la ciencia sea diferente”.
El análisis se realizó en base a una encuesta que se envió previamente a los 12 mil investigadores del Conicet de todo el país. Se recibieron 5.100 respuestas, lo que Levin consideró «una muestra más que válida». En 2011, en cambio, la población de científicos alcanzaba apenas los 5.000 y se obtuvieron más de 2.000 respuestas.
¿Cuál fue el punto de partida del estudio? Comprender la comunicación de la ciencia por parte de los mismos investigadores, conocer qué tipo de actividades hacen, si las difunden, si hay disciplinas que se comunican más que otras, si los más jóvenes comunican más que los seniors y si cuentan con una formación en comunicación -o no-.
«Ese fue el punto de partida en 2011. Y 15 años después, nos planteamos ver qué pasaba en un mundo tan diferente», acotó Levin que además dirige una maestría en Ciencia, Tecnología y Sociedad en el Instituto de Estudios en Ciencia, Tecnología, Cultura y Desarrollo (Citecde) de la Universidad Nacional de Río Negro en Bariloche.
Mencionó que, a través del primer paper publicado en 2011, se reafirmó la importancia de la comunicación de la ciencia. Desde entonces, se planteó la necesidad de contemplar esto en las evaluaciones de los investigadores del Conicet. De modo que comenzó a tenerse en cuenta si los científicos divulgan sus trabajos entre el público general y otros colegas que no forman parte de su disciplina.

Más mujeres que hombres
El informe concluye que hoy las mujeres científicas comunican más que los hombres en Argentina (se había observado lo mismo en el estudio anterior). De todos modos, aclara que la población de mujeres en Conicet es mayor a la de los hombres.
«Detectamos además que la comunicación pública de la ciencia se hace en las etapas más tempranas de la carrera. Y esto lo vinculamos a los criterios de evaluación. Antes, comunicaban los ‘más liberados’ de trabajo, los más seniors. Hoy al formar parte de la evaluación, empezaron a comunicar los más jóvenes, incluso desde antes«, manifestó.
Las redes sociales, consideró, también ejercen más impacto en los más jóvenes y «ayudan en este cambio de la intensidad de la comunicación». También se han modificado los formatos: «si bien aumentó la comunicación digital y en los medios en líneas generales, los más jóvenes suelen usar redes sociales; mientras que el resto prefiere las entrevistas clásicas y conferencias».
Al consultar acerca de la comunicación de la ciencia en otros países, Levin aseguró que la situación difiere. «Lo que no suele ser frecuente es esta distribución por género, con más mujeres que hombres, como sucede en Argentina«, dijo.

La importancia en comunicar
En el censo, se consultó a los investigadores por qué creían importante la necesidad de comunicar sus proyectos. «La mayoría, los más altruistas, hablaron del bien común y de la necesidad de tener una sociedad informada. Pero también nos encontramos con otro tipo de respuestas del tipo: ‘Me van a evaluar mejor’, ‘La comunicación sirve para que me conozcan, para posicionarme'», planteó Levin.
Cuando se le consultó su opinión, apuntó a dos motivos. «Por un lado, para combatir la desinformación y las fake news. El pensamiento racional crítico analítico que proporciona el pensamiento científico es fundamental para pensar mejor. Va en contra de argumentos pocos sólidos», subrayó.
También planteó que, de esta forma, se puede «mostrar que existe la ciencia y se puede trabajar como científico. Muchas carreras científicas hoy están quedando desiertas con las nuevas carreras como programación o inteligencia artificial«.
Por último, Levin reforzó que la comunicación de la ciencia «no es unidireccional. Al comunicar, uno se involucra con la sociedad. Este feedback, ayuda a pensar mejor las cosas que se hacen en la ciencia y que no esté aislada».
En los últimos años, las actividades de divulgación científica se han intensificado. El 80% de los investigadores del Conicet realiza actividades de comunicación pública de la ciencia y, el porcentaje es más alto entre las mujeres. Así se desprende de un informe de dos investigadores del Conicet, Pablo Kreimer y Luciano Levin, en base a una encuesta destinada a los trabajadores del organismo.
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