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El centro de salud mapuche que atiende a todos en Bariloche

La comunidad Millalonco Ranquehue les da a los machis que llegan a la ciudad la posibilidad de atender en un espacio acorde con esa práctica ancestral para el equilibrio y “el buen vivir”.

En el predio de la comunidad Millalonco Ranquehue, al oeste de Bariloche, funciona el único centro de salud mapuche de la región Ruka Lawen que acaba de cumplir tres años.

Si bien varios machis (autoridad espiritual vinculada a la salud) atienden en la región, suelen hacerlo en casas particulares y no disponen de un lugar físico estable.

La atención en Bariloche comenzó el 25 de mayo de 2020, pero la pandemia obligó a suspender la actividad por casi un año y medio. En agosto del año pasado, la comunidad consiguió un permiso excepcional para que el machi Cristóbal Tremigual pudiera ingresar desde Chile, donde atiende otro centro de salud.

Tremigual venía atendiendo desde hacía 10 años en la casa de una familia en Bariloche. “Se complicaba porque lo cierto es que no resultaba cómodo. Muchas veces, esperábamos en la calle. El machi planteó que no iba a poder seguir viniendo en esas condiciones. Además, algunos tratamientos requieren baños de tina o a vapor que no podían hacerse”, detalló Laura Ranquehue, integrante de Ruka Lawen.

En ese momento, la comunidad Ranquehue aportó el espacio físico y un grupo de diez pacientes -mapuches y no mapuches- unieron esfuerzos para comprar una cabaña que fue reacondicionada en un año para funcionar como consultorio. Aún falta mejorar la sala de espera y el baño, pero el baño de tina y la sala de vapor, indispensables para algunos tratamientos, ya están en condiciones.

En el lugar se atiende incluso a personas que no son mapuches. Foto: gentileza

“Recibe a pacientes mapuches y no mapuches. Los machis no pueden negarse a atender a nadie”, recalcó Ranquehue.

Ante el incremento de la demanda, otro machi, Bernardo Raillanca, se sumó al trabajo de Tremigual. “Es notable la necesidad de la gente que viene desahuciada de la medicina convencional. O no ve mejorías. Por eso, vienen de Neuquén, de Chubut, de la Línea Sur. La demanda va creciendo a un nivel que jamás hubiéramos imaginado. Por eso, el desafío a futuro es tener hospedaje para que la gente se pueda quedar”, señaló Ranquehue, al tiempo que aseguró que el consultorio recibe a unas 25 personas por día.

La mujer puso como ejemplo a muchas personas que sufren del estómago, “le hacen análisis y le dan pastillas para esto y lo otro. Nunca mejoran. Acá buscan una solución. También vienen casos de enfermedades bastante avanzadas. No se curan. No es que el machi hace magia. Es realista, pero alivia un poco los dolores”.

Ranquehue explicó que el machi evalúa la enfermedad orgánica y espiritual. “Nuestra cultura conecta la salud, lo orgánico con lo espiritual. Por eso, se habla del buen vivir, el equilibrio”, señaló.

Es notable la necesidad de la gente que viene desahuciada de la medicina convencional. O no ve mejorías”.

Laura Ranquehue, una de las integrantes de Ruka Lawen.

Machi se nace

La cultura mapuche es espiritual. Se nace machi. Sin embargo, no se manifiesta de un día para otro. Ese rol espiritual atraviesa un largo proceso. Poco a poco, entienden los mapuches, el mundo espiritual le va entregando conocimiento, a través de los sueños y en las ceremonias.

Insisten en que ser autoridad mapuche es muy sacrificado y requiere de mucha responsabilidad. “Les tenemos un respeto especial. Ellos traen esa sabiduría”, aclaró Ranquehue y agregó: “Se nace con ese saber, pero lo diagnostica otro machi. ¿Cómo sucede? La persona se enferma. Al ser atendido por un machi, le diagnostica su newen. Se puede negar a serlo, pero vivirá enfermo”.

Comentó infinidad de historias de jóvenes que “van a la escuela y llevan, lo que se dice, una vida normal. Pero en la adolescencia enferman porque empieza este proceso”.

Reconoció que no es fácil aceptar ese compromiso ya que implica renunciar a la vida que se llevaba hasta ese entonces. “En estos tiempos en que estamos inmersos, uno piensa que lo mejor para un hijo es estudiar y tener carrera. De pronto, surge otra cosa. Es necesario volver al territorio a vivir como mapuche porque el machi no puede desarrollarse en la ciudad. Debe estar en contacto con las fuerzas que le van a dar ese buen vivir”, detalló.

Advirtió que la decisión de asumir el rol de machi es compleja no solo para la persona sino para toda la familia. “Deben cambiar todo. Y muchos ni siquiera tienen territorio. Las recuperaciones también tienen que ver con todo eso. Con personas que necesitan el newen del lugar para estar bien ellos y sus familias”, agregó. Las plantas medicinales forman parte de esos territorios. “Podemos vivir en un lugar pero si está devastado, no tenemos lawen, no tenemos medicina. Son las plantas autóctonas, lo que crece en el agua, en las montañas, en las piedras. Puede ser arcilla, piedra. Por eso es importante la lucha por defender el territorio y la naturaleza”.


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