«El nieto 140 es patagónico porque debió ser cutralquense, por el proyecto familiar Romero Metz», dijo su hermana Adriana
Hicieron una comunicación virtual con los organismos de Derechos Humanos que se congregaron en el IFD N° 14 de Cutral Co.
Conferencia con Adriana Metz, hermana del nieto 140 (Foto: Andrea Vazquez)
En Cutral Co todavía resuena la noticia de la recuperación de la identidad del nieto 140, y su hermana Adriana Metz, compartió su alegría con las organizaciones de Derechos Humanos de Cutral Co, Plaza Huincul, Neuquén y el Alto Valle. Sostuvo que «es el nieto de todos» y que la alegría debe ser compartida porque todavía quedan 300 personas en el camino de la búsqueda.
Hoy, integrantes de organizaciones incluidas en APDH Neuquén, HIJOS, Red por Red por la Identidad de Abuelas, nodo Cipolletti, ATEN Cutral Co y Plaza Huincul compartieron una reunión vía Meet con Adriana Metz, hemana del nieto recuperado 140. A pesar de la virtualidad, no faltó la emoción en el ida y vuelta del encuentro, que intentará ser presencial cuando el tiempo y las actividades lo permitan.
Dora Seguel, exdetenida del Operativo Cutral Co, abrió la conversación, no exenta de emoción y alegría. «No cabemos dentro de nuestro cuerpo. Acá tenemos un cartel que dice: el 140 es de Adriana”, sostuvo. Mientras que Pablo Hodola, hijo de Sirena Acuña y Oscar Hodola, desaparecidos, transmitió el interés que generó la restitución de la identidad en la comarca petrolera.
Fueron muchos los llamados de vecinos y vecinas que le consultaban dónde había trabajado el padre de Adriana, Raúl Metz y algunos otros datos. «Es gente que no está aquí, pero que transitaron estas calles y desde ahí quiero transmitírtelo y ver si, en algún momento, podemos compartir presencialmente estos momentos», refirió Pablo.
Un nieto de Bahía Blanca y de Cutral Co
«Este nieto es de Bahía Blanca, pero también de Cutral Co, porque debería haber sido un nieto cutralquense porque en el proyecto familiar Metz Romero, mi hermano tenía que haber nacido en Cutral Co. El nieto 140 es un nieto patagónico«, reafirmó Adriana.
También explicó que su hermano, con quien ya tuvo un encuentro, solo va a decir que vive en provincia de Buenos Aires. El resto, dependerá si él quiere hacerlo público o no e iniciar el proceso de vinculación.
La mujer aprovechó en todo momento a remarcar que la alegría debe ser compartida porque todavía hay muchas personas para encontrar. «Hay 300 más y más allá de todos los intentos por aniquilar una generación en la memoria de los sobrevivientes y el pueblo argentino, esos 30 mil están presentes, por más que se robaron los bebés cuando nacieron o cuando hicieron el secuestro de sus padres», sentenció.
Puso de relieve la tarea de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo y de Madres, que no claudicaron en su reclamo a lo largo de las décadas. Remarcó que si alguna persona que tiene dudas sobre su origen puede contactarse con la organización.
Antes del cierre de la comunicación virtual -porque Adriana que regresó a Mar del Plata donde vive en las últimas horas del miércoles y tenía más llamadas telefónicas agendadas- desde la Red por la Identidad de Abuelas, nodo Cipolletti le transmitieron su mensaje.
«Este nieto para la región se siente distinto. Es un nieto del cual egoístamente un poco nos apropiamos desde el amor, afecto y cariño. Pero es cierto que este nieto, tu hermano, viene a disfrutar de esa nueva identidad y la que nunca se le tendría que haber negado», sostuvo Sonia Matano.
Nerea Montes, de ADPH Neuquén, le manifestó su admiración y el deseo que disfrute mucho de su hermano: «gracias porque tu lucha nos ha dado una gran alegría. Desde ATEN, también compartieron su mensaje. La conferencia se hizo en el IFD N° 14 de Cutral Co.
El matrimonio de Graciela Romero y Raúl Metz
El anuncio de la aparición del nieto 140 lo hizo la organización de Abuelas de Plaza Mayo el lunes último. El matrimonio Romero – Metz, era oriundos de Bahía Blanca y llegaron a Cutral Co cuando Adriana tenía un poco más de un año y Graciela estaba embarazada de cinco meses. El secuestro se produjo el 16 de diciembre de 1976, en Cutra Co.
La entonces niña quedó al cuidado de una familia vecina hasta que volvió con sus abuelos. Adriana, atestiguó en el juicio denominado La Escuelita, y donde se condenó al exjuez federal Pedro Duarte y al exfiscal Víctor Ortiz.
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