El poder de los sahumos: tradición, salud y aromas naturales

El libro "Sahumos, Sahumeras y plantas. Botánicas multiespecies a orillas del río Paraná" se presentó en Bariloche. Contiene textos, relatos, ilustraciones y poemas de diversos autores como así también las entrevistas a siete mujeres sahumeras que confeccionan y comercializan atados de plantas.

Las plantas están vinculadas a la salud, a las sensaciones, los sentimientos, sirven para repeler insectos y hasta para decorar. La actividad de sahumar es milenaria y ha acompañado a diversos pueblos y comunidades a lo largo de tiempo. Hoy se mantiene vigente en diversos contextos indígenas, campesinos e incluso urbanos en Latinoamérica. ¿Qué son los sahumos? Son atados confeccionados a mano a base de diversas partes vegetales (hojas, tallos, cortezas) que se queman con fines medicinales o aromáticos.

Las mujeres, sahumeras, recolectan, secan y tejen plantas con la finalidad de acompañar procesos terapéuticos. «Ya sea para acompañar un miedo o un proceso de duelo. El sahumo está relacionado al cuidado, a la prevención, el bienestar y la salud», resumió David Jiménez Escobar, un biólogo colombiano, investigador del Conicet en el Museo de Antropología de la Universidad Nacional de Córdoba.

Comentó que hay «registros arqueológicos que demuestran el uso de plantas para quemar en entierros en Latinoamérica. En Argentina hay plantas para sahumar no solo vinculadas a los ambientes indígenas o campesinos sino que hay comercialización en las ferias y mercados«.

Las plantas para sahumar en Argentina acompañan procesos terapéuticos. Foto: gentileza

En Bariloche, Jiménez Escobar, junto a la investigadora Celeste Medrano, presentaron el libro «Sahumos, Sahumeras y plantas. Botánicas multiespecies a orillas del río Paraná», con textos, relatos, ilustraciones y poemas de diversos autores.

Los autores realizaron entrevistas a siete mujeres (entre 23 y 42 años), sahumeras que confeccionan, emplean y comercializan atados de plantas “sahumos”. Todas coincidieron en que el proceso «es un camino, un encuentro».

El libro de David Jiménez Escobar y Celeste Medrano. Foto: gentileza

«No existe una sola botánica académica: hay diversos métodos de involucrarse con las plantas. Las sahumeras nos enseñan acerca del contacto con las plantas. No se trata de una costumbre que viene de sus abuelos sino de una experimentación reciente. Es un concepto reciente donde se intercambian aprendizajes«, indicó.

Insistió en que las sahumeras «propician diversos escenarios de encuentros con las plantas explorando procesos vinculados a la fitomedicina, pero también indagando sobre plantas nativas comestibles, sobre las utilizadas para fumar y elaborar bebidas, entre otros».

Las plantas para sahumar en Argentina acompañan procesos terapéuticos. Foto: gentileza

Mencionó que «la constante adquisición de saberes vinculados a la flora es un proceso que realizan casi siempre en conjunto con otras mujeres, a través de encuentros y talleres. Por eso, el conocimiento de plantas y la botánica que proponen las mujeres sahumeras proviene de la experimentación y la documentación de usos, prácticas y sentires, donde estas mujeres encuentran en las plantas seres que acompañan distintos procesos terapéuticos«.

Los sahumos: el encuentro de lo urbano y lo rural


«La etnobotánica de las sahumeras nos lleva a los límites donde confluyen lo urbano y lo rural, lo citadino y lo campesino, lo humano y lo no humano. Las ‘plantas que acompañan’ desafían la materialidad de lo utilitario; el sahumo es definido finalmente como una relación, un encuentro entre existentes con la capacidad a afectarse e incluso ‘acompañarse’ mutuamente», planteó Jiménez Escobar.

La investigación sobre los sahumos comenzó durante la pandemia cuando los investigadores detectaron que en Santa Fe había mujeres que hacían «unos atados de yerba» con aguaribay, una planta «de protección, limpieza, purificación de ambientes y repelente de insectos«.

«Con la investigación nos dimos cuenta que el sahumo no es solo un objeto que se quema sino la representación de múltiples vínculos entre personas y plantas. Hay una relación fisiológica, afectiva, emocional. El humo -y esta práctica- vincula a estas mujeres con las plantas», puntualizó.

Las plantas para sahumar en Argentina acompañan procesos terapéuticos. Foto: gentileza

Con el tiempo, los investigadores registraron un total de 75 especies vegetales en el litoral fluvial del río Paraná (algunas muy conocidas como la lavanda, el laurel, la ruda, el eucalipto, la rosa o los cítricos, naranja, mandarina, aunque también se usan especies nativas como la altamisa, la chilca, la jarilla, la salvia, la verbenea o la vara de oro). Y detectaron que la recolección es la forma de adquisición más común, en el 93% de los casos.

Jiménez Escobar aseguró que si bien no tiene registros de sahumos en Patagonia, «es probable que en algunas tiendas naturistas y mercados se puedan conseguir plantas y resinas para sahumar, como el palo santo o el copal«.


Las plantas están vinculadas a la salud, a las sensaciones, los sentimientos, sirven para repeler insectos y hasta para decorar. La actividad de sahumar es milenaria y ha acompañado a diversos pueblos y comunidades a lo largo de tiempo. Hoy se mantiene vigente en diversos contextos indígenas, campesinos e incluso urbanos en Latinoamérica. ¿Qué son los sahumos? Son atados confeccionados a mano a base de diversas partes vegetales (hojas, tallos, cortezas) que se queman con fines medicinales o aromáticos.

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