La enfermera que controló 25.000 embarazos de riesgo

María Collir (63) es su nombre, todos la llaman “Mari”. Vive en las 60 viviendas, al noroeste de Roca, y hace 38 años que cada día llega en colectivo bien temprano al hospital Francisco López Lima. Hace 9 que un accidente laboral la hizo abandonar la ardua tarea de la terapia intermedia y llevó sus mañanas al consultorio externo 23, del área de ginecología.

Un cálculo rápido la sorprende: en este tiempo ya controló a unas 25.000 embarazadas de alto riesgo.

Si bien la revisión de rutina incluye la medición de la presión arterial y registro de peso, Mari insiste en que es un espacio en el cual se genera una cercanía con las pacientes que permite aportar a la contención de las problemáticas sociales en las que están inmersas.

“Tratamos de llegar a ellas para que todo el mundo las respete”, señaló Mari.

Que les hace bien una alimentación saludable y una caminata de media hora todos los días; que son dueñas de su cuerpo para decir no a la violencia y para decidir sobre la posibilidad de ligarse las trompas para no tener más hijos, son algunos de los temas de los cuales la enfermera roquense habla a diario con las mujeres que atiende.

“Las embarazadas de alto riesgo son las que tienen entre 14 y 16 años o las mayores de 42 años. Todos los días nos emocionan las historias que traen, lo lindo cuando nos vienen a mostrar el bebé, y las situaciones difíciles que viven. Acá se trata de llegar a ellas para que las respeten, porque hay mucha violencia afuera”, sostuvo la enfermera, que enciende la alerta cuando observa marcas en los cuerpos de las mujeres y empieza a indagar para facilitar la ayuda.

“Se habla mucho con las pacientes. Si se logra que la mujer cuente por ejemplo, por qué tiene un moretón, acá hay ayuda para ellas. Viene una psicóloga y una asistente social, y la ayudan. Ese es el aporte que se hace desde este lugar que ocupamos”.

“Todos los días nos emocionan las historias que traen, cuando nos vienen a mostrar el bebé, las situaciones difíciles que viven…”

María Collir, enfermera en el consultorio de control de embarazadas del hospital