Mareos y vértigo pueden generarse en el oído interno

El tratamiento debe estar a cargo de un profesional

Dentro del oído, en esos pequeños caminos que se enroscan y van de un lado hacia otro, se alojan unas pequeñas formaciones calcáreas llamadas otolitos, que al estar en su posición normal actúan como sensores que ayudan al cuerpo a mantener el equilibrio y a caminar normalmente. Pero cuando esas pequeñas “piedritas” se desacomodan por alguna razón -un traumatismo, incluso un resfrío u otras causas, aun no del todo establecidas-, comienzan a surgir episodios de mareo -breves pero agudos y reiterados- que generan múltiples molestias e incluso pueden llevar a la necesidad de reposo absoluto. Los otolitos se desencadenan al levantarse o al sentarse ya sea en una silla o en la cama, despertando la sensación de vértigo que impide quedarse en pie. No obstante, como su nombre lo indica, el síndrome vestibular benigno -así se llama a este cuadro- no reviste mayor gravedad a nivel orgánico y no genera daños en la estructura del oído. De acuerdo con el doctor Alfredo Laffue, médico neurólogo especializado en Neurootología, integrante del equipo del instituto FLENI de Buenos Aires, el problema radica en el desconocimiento de las causas que lo provocan, hecho que dificulta la prevención de episodios: “Justamente, como no sabemos bien por qué se originan, ni tampoco por qué razón algunas personas sufren sólo un episodio en su vida, mientras que otras atraviesan diversos inclusive en poco tiempo, el tratamiento se limita a resolver el problema cuando éste se presenta. Así, contamos con las ‘maniobras’. Este es el nombre que reciben los ejercicios posturales que deben ser realizados por un médico, habitualmente primero en la guardia y luego en el consultorio especializado, para devolver las piedritas a su lugar”. Las maniobras -una serie de movimientos bruscos de cabeza que se realizan con el paciente recostado sobre una camilla y siempre bajo estricto control del médico que es quien mueve la cabeza para un lado o para el otro- por lo general deben repetirse durante los días posteriores al episodio, porque ésa es la única posibilidad de garantizar que las piedras desacomodadas vuelvan a su lugar. El doctor Jorge Luis de las Casas, neurólogo del Instituto de Neurología de Buenos Aires y especialista en enfermedades extrapiramidales, Parkinson y movimientos anormales, aseguró que, en principio, este síndrome “es una condición que no va a generar daños y que no registra asociación con trastornos permanentes del oído o con las dificultades auditivas”.


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