Milagros, la estudiante de Plaza Huincul que colaborará con la NASA mientras se esfuerza para seguir estudiando
La trayectoria de esta joven de 21 años refleja la de otros tantos como ella en la región, que hacen de todo para poder llegar a obtener su título. A pesar de los desafíos, alienta a más personas a ‘apasionarse’ por la investigación: "vale la pena".
La curiosidad de Milagros la llevó a buscar más allá de la bibliografía que le exigían en sus parciales. Estudia Ciencias de Datos e Informática y un día, buceando en la web, dio con un apartado en el sitio web de la NASA que invitaba a sumarse a “grupos colaborativos”. Transcurría apenas el mes de abril cuando se postuló y la ansiedad empezó a correr. La mañana en la que se despertó y vio el correo electrónico que confirmaba su participación, fue el inicio de esta experiencia que la alienta a soñar.
Esta hija de la familia Gardiol, la vecina de barrio Otaño, que estudia dos carreras desde su casa, es la misma que esta semana se destacó más que nunca: respondió a entrevistas de radios y portales de la comarca petrolera, junto a otros medios más lejanos también, como la charla para esta nota con Diario RÍO NEGRO.
Pero también es la misma joven que debe trabajar como profesora particular de Análisis Matemático, Informática y Programación para poder pagar esos mismos estudios que hoy le permiten sumarse a la par de profesionales de todo el mundo. Debió elegir la formación en instituciones privadas, modalidad virtual, porque no podía mudarse a Bariloche para ingresar al Instituto Balseiro, y su vocación tampoco coincidía con las Ingenierías que se dictan en su zona, en el interior neuquino. Sabe que si se mudaba a la Confluencia, el gasto iba a ser imposible de sostener.

Milagros, de Plaza Huincul a colaborar con la NASA | Inteligencia Artificial y Astroinformática
El próximo martes 13 será momento para ese primer encuentro virtual en torno a un proyecto internacional que combina Inteligencia Artificial con la Astroinformática y el estudio del espacio exterior. Calcula que son 500 los participantes del programa, que deben mantener un rol activo para no ser dados de baja.
Mientras se acerca el inicio de esta experiencia, Micaela repasa los tutoriales que le enviaron desde la Coordinación y practica junto a su novio el inglés técnico, específico de su rubro, que necesitará para desenvolverse más cómoda.
“Hay gente con licenciaturas, doctorados, yo soy solo una estudiante, pero creo que puedo aprender para aportar algo nuevo”,
dijo confiada.
Estudiante egresada de la histórica Escuela Primaria N°22, la misma que vio pasar al poeta neuquino Marcelo Berbel, Milagros hizo el Nivel Medio en la EPET N°10, también público, y estudió idioma en su localidad. En este camino de entusiasmo, pero también de obstáculos, no quiso dejarse “bajonear” por un 2025 que arrancó ya sin el beneficio de la beca provincial que la ayudaba, aseguró, dentro del Programa “Gregorio Álvarez”. Su papá se pudo jubilar como extrabajador petrolero, actividad que le dio un monto superior al máximo permitido (tres salarios mínimos, casi 900 mil pesos), y por eso la dieron de baja, a pesar del esfuerzo por mantener los promedios y los exámenes al día.
Lo que el sistema no sabía, contó Milagros, es que los problemas cardíacos del hombre le consumen esos fondos, entre medicamentos y los gastos del hogar, por lo que tampoco la puede sostener en su educación, junto a su madre ama de casa. En ese contexto, la muchacha reconoce que muchas veces se desesperó y llegó a pensar “si en algún otro lado habría alguien como ella”, pasando por lo mismo o con las mismas inquietudes.
Milagros, de Plaza Huincul a colaborar con la NASA | Llegar al menos a un título intermedio
Hoy algunos familiares la ayudan a completar la suma de casi 400 pesos mensuales que debe reunir para las cuotas universitarias, después de que los papás de una amiga le regalaran la cursada del primer año. ¿Cómo no alegrarse entonces por una oportunidad de relevancia como la de conocer la labor de la NASA? Le hizo confirmar que valía la pena la pasión que le estaba poniendo a este proceso y tomó fuerza su anhelo de algún día, poder ejercer en el INVAP.
Expectante, intenta equilibrar en su mente las ganas de aprender, con la urgencia de sus gastos y los planes que pueden ayudarla a futuro, para asegurarse al menos un título intermedio. Confía en que los contactos que pueda establecer en estos grupos colaborativos y el intercambio con futuros colegas, puedan aportarle aún más.
Mientras tanto, atesora en sus recuerdos a esa niña que fue, la que leía enciclopedias y jugaba con una computadora de juguete que le regaló su mamá, para sacar cuentas. Sigue cursando en ese mismo hogar, desde donde se conectará, la semana que viene, con un equipo coordinado por una potencia mundial en ciencia.
¿Tenés una historia para contar? Escribinos:
La curiosidad de Milagros la llevó a buscar más allá de la bibliografía que le exigían en sus parciales. Estudia Ciencias de Datos e Informática y un día, buceando en la web, dio con un apartado en el sitio web de la NASA que invitaba a sumarse a “grupos colaborativos”. Transcurría apenas el mes de abril cuando se postuló y la ansiedad empezó a correr. La mañana en la que se despertó y vio el correo electrónico que confirmaba su participación, fue el inicio de esta experiencia que la alienta a soñar.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios