Museo paleontológico de Añelo: 100 millones de años de prehistoria

Funciona desde 2023 con una propuesta tecnológica que le permite al visitante un viaje virtual a la era del Cretácico. Mapping y videojuegos con los dinos. Peces con pulmones, cocodrilos, anfibios, huellas, huevos y hasta un bosque de 160 árboles petrificados son algunas de las especies que se pueden conocer.

Vaca Muerta no es solo petróleo y gas. La tierra de Añelo, capital de la “perla” hidrocarburífera de la provincia y del país, guarda en sus entrañas un tesoro paleontológico de incalculable valor. El municipio de la localidad y la Universidad Nacional del Comahue trabajaron duro para que aflore a la superficie y se convierta en lo que ya es una realidad desde marzo del año pasado. Se trata del Museo Desierto Patagónico Añelo, que ofrece a sus visitantes una experiencia adaptada a los tiempos modernos.
Con entrada gratuita, es una buena posibilidad de un paseo diferente para quienes con los bolsillos flacos no pueden salir de vacaciones.

Ubicado a 100 kilómetros de la capital de Neuquén, el museo ofrece visitas guiadas por los laboratorios, las salas de exposiciones y por un bosque petrificado con más de 160 árboles de gran tamaño. Se pueden observar fósiles de cocodrilos, peces con pulmones, anfibios, huellas de dinosaurios y huevos. Los más antiguos datan de hace 100 millones de años.

Pero eso no es todo, los responsables del museo Desierto Patagónico de Añelo desarrollaron una propuesta que conjuga paleontología y tecnologías. “Cuando surgió la idea vimos que todos los museos de la provincia que tenían que ver con la paleontología, presentaban todos un mismo patrón expositivo que era muy de los 80-90. Nosotros queríamos concretar algo mucho más tecnológico, para lo cual nos contactamos con especialistas del área para hacer algunas salas con tecnologías mapping, animaciones en 3D en formato de videojuego de los dinosaurios conocidos de la zona de Añelo”, explicó Juan Porfiri, uno de los paleontólogos del museo.

De esta manera, los chicos y chicas que visitan la sala pueden a través de un joystick ingresar al videojuego e interactuar con diferentes dinosaurios y recorrer el medio natural donde vivían. Los pueden mover, verlos desde diferentes ángulos y sobre todo, podrán aprender cómo eran sus movimientos reales y su modo de comportarse cuando estaban vivos.

“Veíamos que los chicos no leen un párrafo enorme sino que miran un video de tres segundos y entonces teníamos que amoldarnos a esta nueva generación y no seguir pensando como siempre. Teníamos que actualizarnos para que los chicos lo puedan disfrutar de otra manera”, agregó el paleontólogo.

Ratificó además, que los dinos “no pasan de moda”. “Generación tras generación los chicos siguen enganchadísimos. Jurasic Park fue un boom, pero hay chicos que no son de la generación de Jurasic Park que están enganchados con los dinosaurios”, dijo.

El primer paso de esta propuesta nació en plena pandemia, cuando a puertas cerradas crearon el “museo virtual”. Se armó desde una plataforma similar al Fortnite que propone al visitante recorrer el museo como si fuera un jugador del videojuego.

Porfiri adelantó que “a futuro tenemos nuevos proyectos que son bastante innovadores, que pretendemos poder concretar. Queremos recrear excavaciones reales y que los chicos puedan levantar los materiales como si verdaderamente estuvieran en un trabajo de campo real”.

“Nosotros queremos volar, agarramos todo lo que hoy está disponible para modernizar nuestro museo y creo que eso es un salto de calidad para todos lo museos de la provincia, que ojalá algún día puedan incorporar estas tecnologías. Que la gente siga visitando los otros museos pero que además se acerquen al de Añelo a ver algo totalmente diferente”, consideró.

Más allá de la importancia desde lo cultural y educativo, la existencia del museo de Añelo vino a saldar una deuda pendiente. La localidad tiene un potencial geológico y paleontológico inmenso. Pero según lo establece la ley provincial 2.184/96 todos los fósiles encontrados deben ser trasladados al museo más cercano al lugar del hallazgo. Como Añelo no tenía una sala, el material era llevado para su resguardo y estudio a Plaza Huincul, Rincón de los Sauces y Neuquén capital. Ahora, con el Desierto Patagónico, los tesoros de su subsuelo quedan en el lugar para su resguardo patrimonial.

Cuando se le preguntó a Juan Porfiri por el potencial paleontológico de Añelo, no dudó en afirmar :“Tenemos más material para estudiar y por descubrir que paleontólogos para estudiarlos “.

Más allá de Vaca Muerta, Añelo se caracteriza por sus bardas rojizas que datan de la era cretácica.
“Hay anfibios, peces con pulmón, diferentes grupos de cocodrilos, nidadas de huevos fosilizados increíbles, sitios con huellas de la misma antigüedad que las de El Chocón y de la misma diversidad. A tres kilómetros del museo sacamos un fémur gigante que está entre los 5 más grandes del mundo. Hemos sacado fósiles de dinosaurios carnívoros que estamos prontos a publicar. La potencialidad es muy, muy grande”, detalló el científico. Y no quiso evitar dejar registrado un dato más para demostrar el gran reservorio de la localidad: cada 10 días se realiza un nuevo descubrimiento de visitantes o residentes que denuncian haber encontrado un fósil.

“No hay en el mundo un lugar que tenga tanta cantidad de fósiles como tiene Neuquén y poner en valor eso como un recurso científico, cultural, educativo y turístico, hace distinta a la provincia. Otros lugares tienen pirámides, nosotros tenemos dinosaurios. Quizás nieve y lagos encontramos en otros lugares del mundo, pero pocos sitios tienen dinosaurios que se puedan extraer, investigar y mostrar a la sociedad”, consideró Porfiri.

Recordó además, que el primer dinosaurio del país salió de La Boca del Sapo, en la barda neuquina, detrás de la Universidad Nacional del Comahue.

“En Añelo tenemos yacimientos paleontológico en diferentes estratos. Los más antiguos datan de 100 millones de años, del Cretácico, de la misma era de los que existen en El Chocón. Los más modernos son de finales del Cretácico, hay de todo un poco. Cada formación geológica es como una torta con un montón de capas; todas esas capas están aflorando en los alrededores de Añelo y en cada lugar hay un pedacito de esa torta y encontrar una parte de cada historia nos permite reconstruir la historia completa, o al menos gran parte de esa historia sobre lo que pasó en este planeta hace tantos millones de años”, comentó.

Por otra parte, el paleontólogo destacó e insistió en el valor turístico que aporta el reservorio paleontológico a la región. “Es un anclaje turístico más que importante y hay que sostenerlo. Entiendo que al ser una provincia energética todo lo que tiene que ver con diferentes miradas que van hacia ese lado. Pero no hay que descuidar esto que es de una riqueza que quizás no desde lo económico pero sí desde lo científico, educativo, cultural y turístico, es increíble y tiene que seguir creciendo”, opinó.

En este sentido, Porfiri agregó que no hay que descuidar un detalle que no es menor. Para él, el primer paso para fomentar el turismo ya está hecho. “Tenemos algo que ya está vendido. La palabra dinosaurio y la palabra Vaca Muerta se venden por sí solas. No hay que desperdiciar ese beneficio”, puntualizó.

Volviendo al museo, insistió en que la paleontología en la zona es uno de los principales motores del desarrollo turístico que hace falta “empujar” un poco más en Añelo. La sala paleontológica pretende llegar al final de ese camino.

Un camino que se inició en 2018, cuando en octubre la municipalidad de Añelo firmó un convenio de colaboración con la Universidad Nacional del Comahue para elaborar un proyecto de crear el primero museo paleontológico de la localidad.

Horario

10 a 14
se abren las puertas de lunes a martes. De miércoles a domingo, de 12 a 19. La entrada es gratuita.

El municipio aportó fondos, salió a buscar nuevos financiamientos y aportó parte del personal para el sector administrativo y los guías de las visitas. La UNCo puso los profesionales en paleontología, Dominica Dosantos y Juan Porfiri, que se encargaron del diseño de las salas, las exposiciones y de pensar la forma de modernizar la propuesta. Se sumó también, un estudiante de Geología.

Pero luego, en 2020, llegó la pandemia y todo quedó paralizado. Fue allí cuando se armó el “museo virtual”, que funcionó sobre todo con las visitas de las escuelas de la región.

A partir del 2021 se retomó el proyecto original hasta que finalmente se inauguró en 2023. Una vez más, Porfiri resaltó la doble función de esta sala: las exposiciones la público y el resguardo patrimonial de los fósiles que se encuentran en la zona de Añelo. “Esto genera un sentido de pertenencia de la localidad y de su gente”, concluyó.

El museo Desierto Patagónico de Añelo funciona de lunes a martes de 10 a 14 y de miércoles a domingo, de 12 a 19 horas. Los interesados en conocerlo podrán visitar las redes sociales Instagram y Facebook como Museo del Desierto Patagónico de Añelo.


“Hay más material para descubrir y estudiar que paleontólogos para estudiarlo. El potencial de Añelo es inmenso”.

Juan Porfiri fue uno de los protagonistas del proyecto junto a Dominica Dosantos.

Tres pasos a respetar si se encuentra un fósil


Es muy común que quien recorra las tierras de Añelo, en algún momento se propicie con un fósil. ¿Qué hay que hacer si eso sucede para que no se pierdan datos científicos fundamentales para reconstruir la prehistoria?

La ley provincial 2184, sancionada en 1996 resguarda el patrimonio histórico, arqueológico y paleontológico de Neuquén y estable reglas.

El paleontólogo Juan Porfiri dio algunas pautas para saber qué hacer frente a un hallazgo.
Lo primero es “no tocar ni remover del lugar nada, aún cuando no se esté seguro de si realmente se trata de un fósil”. “Muchas veces pasa que sin mala intención, encuentran algo, lo retiran y lo traen al museo. Pero eso no es lo más correcto”.

Es que si eso sucede se pierden muchos datos que son vitales para reconstruir la historia que tienen esos fósiles. “Perdemos lo datos tafonómicos. Los huesos están posicionados de determinada manera, se encuentran a determinado nivel profundidad que no da lo mismo que estén más arriba o más abajo porque eso habla de la era a la que pertenecieron y dan el dato certero de la antigüedad. Si los fósiles se retiran se puede perder información muy valiosa”, explicó.

Segundo paso es sacar fotografías del hallazgo desde distintos puntos y del lugar donde fueron encontrados. Si en el lugar hay señal se recomienda guardar la ubicación en el celular, para que luego los paleontólogos puedan encontrar el sitio.

Tercer paso es dar aviso al museo más cercano, a la Universidad Nacional del Comahue, a la dirección de Patrimonio de la provincia de Neuquén, a la policía, a Gendarmería Nacional, a Prefectura o las dependencias municipales del lugar.


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