Pascuas: nutricionistas dan pautas saludables para no «explotar» con los huevos de chocolate

El conejo llegará cargado de esos óvalos deliciosos. Es un atracón de grasa y calorías. Pero a no desesperar. Se puede tener un domingo un poco más saludable. Los especialistas en nutrición aportaron tips que ayudan.

Se viene la celebración de Las Pascuas una vez más. Un fin de semana extralargo, descanso de feriado y sobre todo, de la juntada familiar del domingo. Es el día tan esperado para los pequeños de la casa que ansían recibir los tradicionales huevo de Pascua, esa delicia que solo se consume una vez al año pero que tienen un nivel calórico tan alto que enciende las alertas de los nutricionistas. Detrás de todo eso hay una historia.

Podrían ser uno de los «permitidos» que habilitan los profesionales. Sin embargo, no hay que sacarles el ojo de encima, recomiendan. Y como para empezar a pensar sobre esta tradición ancestral del catolicismo, hay que saber que en sus orígenes lo huevos no eran de chocolate. Era simplemente huevos. Luego se los pintó decorativamente y fue allí donde llegó la magia del conejo de Pascua, que los escondía en los rincones de las casas para el juego de los chicos y chicas.

Siglos atrás, los cristianos seguían a rajatabla la norma religiosa que proponía la Iglesia, en la que durante la Cuaresma no se podían comer huevos ni productos lácteos. Pero claro, ante la continua producción de las gallinas y teniendo en cuenta que tirar los huevos sería considerado como un pecado, los fieles y dueños de los animales no tenían otro remedio más que guardarlos. Entonces, cuando el amanecer del domingo de Resurrección marcaba el final de la Cuaresma, la gente ofrecía sus canastas llenas de huevos como símbolo de fertilidad, vida y nacimiento.

Si bien el paso del tiempo hizo que en la actualidad la Iglesia sugiera solamente abstenerse de comer carne los Viernes Santos, la tradición de regalar huevos continuó. Por otra parte, por aquellas épocas, muchos decidían pintar los huevos de diferentes colores antes de regalarlos y el conejo de Pascuas era quien “escondía” los huevos en el jardín para que los niños salgan a buscarlos, como un juego para compartir en familia. Con el tiempo, como la mayoría de los beneficiados eran chicos, empezaron a hacerlos de chocolate (tal vez el mercado mundial vio algo de negocio también por esos lados). Hoy en día siendo reemplazados en su totalidad por estos óvalos de chocolate con «sorpresitas».

Y es aquí, en esta fecha, donde la ingesta de pescado y mariscos, hábito por demás saludable, se contrapone con el alto consumo de grasas calóricas de los huevos y las roscas de Pascua. «Los huevos de Pascua poseen un elevado valor calórico. Esto se debe al alto contenido de grasas y azúcares que posee. Un huevo de chocolate pequeño (32 gramos) aporta unas 170 calorías. Los medianos (55 gramos) alcanzan las 300 calorías. Los que se tienten con uno grande (110 gramos) estarán incorporando 580 calorías», explicó el nutricionista Samuel García.

«Pero es una sola vez al año», «es solo un día, después se vuelve a la rutina saludable», «cómo vamos a negarle a los niños esa ilusión de encontrar la sorpresita dentro del huevo. No se puede», sostienen los férreos defensores del chocolate en formato Pascua.

Los especialistas en nutrición que sostiene que las dietas no deben ser prohibitivas, sino equilibradas le levantan el pulgar a esta fecha. Pero con algunos tips para que no representen un «bombazo» de grasas y calorías.


Y ¿entonces? ¿Huevos si o huevos no?


La respuesta es sí, huevos sí. Pero teniendo en cuenta algunas cuestiones. Vamos con algunos consejos que aportaron los especialistas en alimentación saludable.

• Optar por chocolates con mayor porcentaje de cacao (los oscuros son los más recomendados) ya que el blanco tiene mayor contenido de manteca y más grasas.

• En caso de tener que comprarlo, leer las etiquetas de los productos. Elegir huevos de Pascua que tengan la menor cantidad de ingredientes posibles.

• Reemplazar o mezclar los huevos de chocolate con frutos secos como pasas, ciruelas, nueces y almendras.

• En lugar de comprar un huevo de chocolate por persona, compartir un huevo en familia, de esta manera consumirán menos calorías, azúcar y grasa.

• Preparar los huevos de Pascua en casa. Esto permitirá agregarle ingredientes saludables como cereales o frutos secos. Además, es una buena oportunidad para compartir una actividad en familia en medio de la vorágine del día a día. Y también tiene un plus, la sorpresita del interior podrá ser aquello que de verdad le gusta al niño o niña de la casa. Algo sencillo pero que lo recordará siempre.


Y con el almuerzo y cena de jueves y viernes santos, ¿Qué hacemos?


La tradición de la iglesia católica dice que esos dos días no se consume carne y por eso aumenta el consumo de pescado y mariscos. Pero en este punto, hay algunas cuestiones que también deben ser tenidas en cuenta.

«Todos sabemos que en esta fecha comemos pescados y mariscos, siendo una oportunidad para incorporarlos a nuestra alimentación cotidiana, no solo en las Pascuas.  Contienen un alto grado de proteínas, calcio, ácidos grasos Omega 3 y grasas cardiosaludables. El consumo del Omega 3 está asociado con la mejoría de la función inmunológica, la disminución de la presión arterial, la reducción del colesterol y los triglicéridos, la prevención de la arritmia, la muerte súbita, la depresión y del Mal de Alzheimer. Por todos estos beneficios, el consumo de pescados es altamente recomendado», aseguró García.

Y cual gourmet agregó: «El secreto, para incorporarlos en nuestra dieta, es la variedad. Podemos elaborar preparaciones con variedad de verduras en tartas, empanadas, rellenos de pastas, budines. A la hora de elegir los cereales, preferir los integrales y las legumbres. Para ello sugerimos las típicas empanadas de vigilia rellenas con pescados como atún, jurel, caballa, merluza. También podemos elaborar tarta de atún, cazuelas, filete de pescados a la plancha o parrilla (envueltos en papel de aluminio) o al horno junto a diferentes verduras como papa, calabaza, cebolla, berenjena o la que más te guste.  Es una buena opción, elaborar milanesas de pescado, en lugar de carne de vaca o pollo», pasar las mismas por huevo y rebozar por pan rallado o avena fina.».

Pero también disparó una alerta para tener en cuenta: «Si vamos a usar pescados o mariscos frescos, éstos deben ser de piel firme, ojos redondos, claros y brillantes y no deben tener olor fuerte. Si compramos congelados, se debe observar con detenimiento el contenido y la rotulación del envase y mirar que la temperatura registrada en el termómetro de la vitrina conservadora sea de -18º C. Y si la opción es lata, es impórtate ver la fecha de vencimiento y que no estén abolladas».


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