Rodolfo, el hombre al que no se le escapa un dato del tiempo en Río Negro

Desde hace 28 años toma los registros en la estación cipoleña del Servicio Meteorológico Nacional. Aquí explica sus tareas y advierte por el cambio climático.

Rodolfo tiene 66 años y su apellido es Merlino, pero a diferencia del mago que podía cambiar de forma, volar y hablar con los animales, lo suyo es el trabajo constante, minucioso y en soledad: observar el cielo para registrar el tiempo en el Alto Valle.

Eso es lo que hace Rodolfo a diario y desde hace 28 años en Cipolletti, en la Estación Del Servicio Meteorológico Nacional.

“Me voy a jubilar acá. Adopté a Cipolletti como mi lugar”, le dice a Río Negro el hombre oriundo de Concarán, un pueblo del noroeste de San Luis.

Se inició como observador meteorológico en 1984 en Paso de Indios, Chubut, tras realizar el cursado a la distancia durante tres años. Luego pasó a desempeñarse en la estación del aeropuerto de Viedma, hasta que se produjo la vacante en Cipolletti.

La libreta meteorológica. Casilleros y columnas que Rodolfo completa en forma minuciosa y luego eleva a Buenos Aires.

El mundo de Rodolfo son los termómetros, barómetros, veletas, planillas y su “sagrada” libreta meteorológica. En ella vuelca los datos que toma cada tres horas. Se trata de un documento nacional que no admite fallas.

“El tiempo se mueve todo el día fuera -comenta Merlino- y hay que estar pendiente, mirar el cielo en forma constante, ver sus cambios, asentar la hora de inicio y fin de los fenómenos”.

“Si bien están los registradores, los instrumentos, el ojo humano es más preciso”, añade.


Firme, al pie del termómetro


Rodolfo durante la toma del registro de termómetro de mínima, a 5 centímetros sobre suelo. (Foto Florencia Salto)

La pregunta surge inevitable: ¿Qué hace Rodolfo cuando no está pensando en el clima?

“Y… no mucho -responde- estoy todo el día pendiente cuando es mi turno. A lo mejor me voy a tomar unos mates a casa con Liliana, mi señora, pero siempre pendiente. Pasa algo y me voy a la estación para enviar el informe”.


El día que pasó los datos a los gritos


Merlino ha transmitido los datos meteorológicos de múltiples formas, en función de los cambios tecnológicos que se fueron sucediendo: telegramas, BLU, teletipos, teléfonos, correos electrónicos y ahora por WhatsApp.

Recuerda esas noches de invierno en Paso de los Indios, uno de los lugares más inhóspitos del país y con viento patagónico. Debía transmitir los datos por BLU a Comodoro pero no le escuchaban nada. “A veces estábamos con mi auxiliar una hora a los gritos para dar la última observación. Por suerte siempre aparecía un compañero de otra estación que comprendía, los tomaba y los pasaba”.

Su tarea en la estación Cipolletti sigue un protocolo. Lo primero que hace al llegar es medir la presión atmosférica. Un dato especial es el registro de la presión en altura que sirve para el vuelo de las aeronaves.

La mesa de trabajo del meteorólogo, en la estación Cipolletti del SMN

La tarea sigue con la observación de las nubes, características, altura y la dirección en que se mueven. Con la veleta obtiene la velocidad y dirección del viento.

Luego, Merlino mira el estado del suelo. Si hubo lluvia mide la altura y a qué hora empezó y culminó.

Explica que el termómetro de máxima y de mínima lleva lecturas a las 9 y a las 21 horas. “La observación de las 9 debe estar en Buenos Aires cinco minutos más tarde, y a los 15 minutos ya está volcada en el mapa meteorológico argentino. De allí sigue a Washington, al mapa meteorológico mundial”, describió.

“Muchas veces me he quedado haciendo vigilia en la estación hasta la medianoche, esperando que aparezca el viento y se fuera la helada”.

Rodolfo Merlino, observador meteorológico

La tarea que realiza el meteorólogo siempre fue de importancia especial para los chacareros que buscan salvar sus cosechas y defenderse de las heladas, pero hoy, con el mayor impacto del cambio climático, todos están pendientes de las variaciones bruscas que puede presentar el clima, ya sea en forma de aguaceros, granizadas o vendavales.

Merlino colaboró con varios programas radiales que acompañaron a los productores en la lucha contra las heladas tardías. “Al pie del termómetro”, que conducía Raúl Ferragut por LU19 y “Radiocentígrados” en LU18 fueron algunos de ellos.


La primera de la norpatagonia


La Estación Meteorológica de Cipolletti fue creada el 21 de julio de 1902.

La estación está ubicada en Irigoyen y Kennedy de Cipolletti (Foto Florencia Salto)

Heladas tardías – Desde la estación se gestaron las antiguas campañas de lucha para brindar los datos del clima a los productores.

16 sub-estaciones satélite- ubicadas a lo largo del Alto Valle brindaban sus registros que se centralizan en Cipolletti. Abarcaban desde Regina al este hasta Plottier al oeste. Asi funcionó hasta 1950

Aeropuerto de Neuquén – Desde su inaguración el 19 de diciembre de1971, la estación cipoleña perdió su gran protagonismo.


«Estamos en un proceso de recalentamiento continuo»


La voz pausada y sin altibajos de Merlino mientras brinda explicaciones, de repente se vuelve dura y acelera. Fue cuando se le preguntó por el cambio climático y sus consecuencias.

“Estamos en un proceso de recalentamiento continuo de la

tierra, pero en los últimos 25 años todo se aceleró”, asevera.

Fiel a su oficio marcado por el manejo de estadísticas, recurre rápido al dato para ilustrar. Dijo que en los 120 años de vida que tiene de la Estación Meteorológica de Cipolletti, la temperatura máxima histórica registrada fue el 22 de enero de 2021, con 43,8 grados.

Citó también como extremos los 38° en la estación de Maquinchao el domingo 8 de enero de este año y el record histórico que se dio ese mismo día en la estación de SAO: 42,2°.

Como una observación de que las temperaturas propias del verano se fueron anticipando a noviembre, el meteorólogo dijo que siete días tuvieron registros de entre 35° y 39° en el 2020; 9 días muy calurosos en el mismo mes en 2021 y en 2022 todas las jornadas tuvieron temperaturas por encima de los 30º.

Merlino sostiene que el cambio climático se manifiesta con tormentas cada vez más severas y

granizadas mas grandes.

“Al registrarse mayores temperaturas en el mar, se da mayor evaporación, con la consiguiente formación de nubes y más precipitaciones. Donde antes había lluvias de 30 milímetros como lo normal, hoy duplican y no hay capacidad de absorción del terreno”, sintetizó.


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