Roma: conocé a la cachorra de solo cuatro meses que se prepara para ser parte de la policía de Neuquén

Es la única hembra de una camada de siete perros y fue elegida para quedarse en la base de Valentina Sur. A través del juego y la constancia, Roma va dejando atrás la etapa de cachorra para convertirse en una pieza clave de la División Canes.

En la base policial del barrio Valentina Sur de la ciudad de Neuquén, una cachorra de solo cuatro meses comienza a dar sus primeros pasos en lo que podría ser una larga carrera como integrante del cuerpo de perros policías de la provincia. Su nombre es Roma y es la única hembra de una camada de siete perros que nacieron en enero. Su trabajo será el de deslumbrar a todos con su disciplina y compromiso.

Roma es una de las siete crías nacidas a partir de un proyecto institucional que la Policía impulsó el año pasado. “Este proyecto nace de una idea de la división para que haya más perros policiales en distintas funciones», cuenta el Jefe de la División Montada y Canes, el comisario Alejandro Medel.

De la camada, algunos fueron destinados a otras dependencias y disciplinas, y otros quedaron con nosotros”, explica Medel. Roma y su hermano Emir fueron los únicos que permanecieron en esa base capitalina.

En la división actualmente trabajan 16 perros en diferentes tareas específicas. «Tenemos tres disciplinas bien características: seguridad, exhibición y búsqueda de personas desaparecidas», detalla el comisario.

Según explicó, en la primera, están aquellos que tienen una actitud más predominante y que son adiestrados para «disuadir actitudes sospechosas». Son los típicos perros que vemos patrullando la ciudad.

La segunda es la más amigable, abocada a «demostrar todo lo que se hace con los animales». «Acá se ve la obediencia del perro, la disciplina y es la que más en contacto está con la gente», señala Medel. Su tarea es asistir a presentaciones y eventos.

La última está exclusivamente dedicada a la búsqueda de personas vivas. «También tenemos ciertos perros que buscan restos, pero esta área está dedicada a la búsqueda de personas que están desaparecidas«, explica el comisario.

Roma, aunque todavía es cachorra, empieza a mostrar condiciones para la segunda: la exhibición. Según Medel, “los perros que se orientan a la exhibición son los que tienen un carácter más juguetón, más sociable, y que conectan mejor con el público”. Roma encaja perfecto en ese perfil.

El adiestramiento de un perro policial como es ella empieza desde muy temprano, aunque los resultados visibles llegan recién al año y medio o dos años. Todo arranca con una primera etapa de sociabilización: los cachorros se integran a las rutinas del equipo, se los expone a ambientes ruidosos como el centro de la ciudad, y se los deja interactuar con el ser humano. Así evalúan cómo responden y qué actitudes tienen para el futuro.

En el caso de Roma, su energía y curiosidad natural la encaminan hacia tareas que requieren vínculos con la gente. “Se está orientando hacia la exhibición, porque le gusta el juego todo el tiempo. Tiene un carácter muy abierto, y trabaja muy bien con el sistema de recompensa”, dice el comisario.

El método de entrenamiento es dedicado. “Todo lo que el perro aprende, lo hace a través de juegos, premios y estímulos. No viene con nada incorporado como si fuera una computadora. Cada conducta se le va enseñando paso a paso”, explica Medel.

Roma, por ejemplo, ya sabe que si cumple con una orden, recibe su premio: una pelotita o un poco de comida, un mimo. «En este momento estamos trabajando con ella y sentimos que ya sabe que si hace las cosas bien, recibe su premio», asegura el jefe de la división. «Llegará un momento en que se incorpore y no necesariamente tiene que seguir estimulando lo aprendido. Únicamente con hablarle o con hacer alguna señal ya va a entender», agrega.

A diferencia de Roma, su hermano Emir muestra desde pequeño un perfil más serio. “Es todo lo contrario”, dice Medel. “Mientras Roma es juguetona, Emir es más reservado, más enfocado. Es probable que él termine orientado a tareas de seguridad, como patrullajes en el centro o presencia en eventos deportivos. Tiene un carácter más firme, es ideal para ese tipo de tareas”.

Ambos están aún en pleno proceso de crecimiento y formación, pero en unos meses más empezarán a definir su rol definitivo dentro de la fuerza. “Casi todos los cachorros pasan por un período de juego hasta los seis u ocho meses, y después empiezan a mostrar comportamientos más adultos. Ahí es cuando uno puede empezar a proyectar hacia qué función va a ir cada uno”, explica Medel.

La División Canes de Neuquén no solo es un espacio de trabajo: también es una gran familia de cuatro patas. “Cada perro que entra es evaluado constantemente. Si a futuro alguno no cumple con los requisitos necesarios para desempeñar una función específica, no se lo descarta. Se lo reubica», dice el comisario.

Hoy los perros que se preparan para el futuro no solo tienen un lugar donde dormir calentitos, comer comida todos los días y un patio grande para corretear. Sino que están sumamente vigilados con los veterinarios de la división, que trabajan exclusivamente para el cuidado de la manada.

Roma solo tiene cuatro meses, pero sin dudas un lugar asegurado. Corretea, aprende, juega, y cada día suma nuevos comandos y desafíos que la transformarán en mucho más que una perra policía: en una compañera leal, valiente y siempre dispuesta a demostrar sus habilidades.

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