Un hombre murió y sospechan que intentaba robar cables cerca de Chichinales

Operarios de Edersa acudieron a un llamado por la interrupción del servicio y encontraron el cuerpo en el lugar.

Un hombre murió en un establecimiento frutícola y los investigadores sospechan que habría intentado robar un tramo de cable de una subestación transformadora. El hecho ocurrió en un chacra ubicada entre Valle Azul y Chichinales.

Según informaron fuentes policiales y de la empresa Edersa, un grupo de operarios acudió a las 17 a ese lugar por un reclamo de vecinos que habían denunciado que no tenían energía eléctrica.

Cuando llegaron encontraron el cuerpo del hombre y dieron aviso a la policía.
En el lugar está trabajando personal del Gabinete de Criminalística y del Ministerio Público Fiscal.

Fuentes de Edersa señalaron que en las instalaciones funcionaron todos los elementos de precaución correctamente.

El robo de cables se ha intensificado en los últimos meses afectando a usuarios y generando un gran peligro para quienes cometen estas acciones.

“Lamentamos profundamente la pérdida de una vida, el lamentable desenlace. Ocurrió lo que tanto temíamos, y que veníamos repitiendo una y otra vez: el riesgo eléctrico al que se exponen quienes vandalizan y roban transformadores o cables es enorme”, explicó Sebastián Busader, responsable de Comunicación Institucional y RRII de Edersa.

A diario ocurren ataques contra instalaciones eléctrica, tanto en media como en baja tensión, particularmente en el corredor valletano que une Allen con Chichinales. Tanto es así, que a la fecha ya se registraron alrededor de 130 robos de transformadores de potencia o distribución.

“Es necesario que se entienda el enorme peligro que provocan este tipo de robos y vandalizaciones. Quienes los ejecutan muchas veces lo hacen sin tener experiencia en el manejo de tensión, con elementos rudimentarias y carentes de las mínimas condiciones de seguridad. Además, ponen en riesgo a los vecinos de las zonas afectadas, perjudican el servicio, y generan complicaciones de todo tipo”.

“Llamamos nuevamente a la conciencia, a que se detengan este tipo de ilícitos, que en la jornada de hoy terminaron lamentablemente de la peor manera”.

Solo este año la empresa Edersa calculó una pérdida económica de $130 millones por la sustracción de cables de baja tensión (unos 10.000 metros), de media tensión (alrededor de 5.000) y transformadores.

Además del robo de cables, los ladrones también recurren a la vandalización de transformadores de potencia para extraer el cobre de los equipos y venderlo.

Desde principios de 2022 a esta parte se han robado en toda la provincia alrededor de 130 transformadores, con un dato fundamental: más del 90% de los hechos ocurrieron en el corredor que va de Allen a Chichinales, la mayoría en zona rural.


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