Un yacimiento de arte rupestre para conocer

El Parque Arqueológico Colomichicó, ubicado en el norte neuquino, es uno de los más importantes del país y el mundo.

LAS OVEJAS (ACHM).- Permanecen en el lugar desde hace cientos de años, silenciosos, imponentes, soportando la rigurosidad de los inviernos y veranos, con sus grabados en la roca como si se tratara de mensajes del pasado para quienes habitamos la tierra en estos tiempos. Se calcula que en el sitio existen unas 800 rocas al aire libre con inscripciones diseminadas en una superficie de más de 70 hectáreas, convirtiéndolo en uno de los de mayor concentración de arte rupestre de la Argentina y el mundo. Según los estudios, estos grabados tienen por lo menos 1.500 años y probablemente fueron confeccionados por los Pehuenches, el pueblo originario que habitaba el Norte del Neuquén y que posteriormente recibió la influencia de los araucanos o mapuches. Las figuras contienen círculos, líneas en distintas direcciones, formas ondulatorias, paralelas serpentiformes y puntas de flecha en sucesión y no se descarta que las mismas estén ligadas a cuestiones místicas y religiosas como la gran mayoría del arte rupestre. El lugar se llama Colomichicó, nombre mapuche que traducido al castellano significa “agua negra escondida”, y está ubicado a la margen izquierda del río Neuquén. Se puede acceder desde la localidad de Varvarco (100 kilómetros al Norte de Chos Malal) por la Ruta Provincial 39. Colomichicó fue declarado por la provincia parque arqueológico en 1987, a través de la ley 1730, y forma parte de un área mayor de arte rupestre que se extiende por varios sectores del departamento Minas. En los últimos años y merced al trabajo conjunto entre el Estado provincial, municipios y la Universidad Nacional del Comahue (UNC) en el sitio existe un circuito que permite interpretar parte del legado de los antiguos habitantes de la región. En la zona hay una decena de guías habilitados para que el visitante pueda acceder con comodidad al espacio y obtener la información más relevante sobre los grabados.

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Leyenda de una ciudad inca Los grabados de Colomichicó dieron origen a una leyenda sobre la existencia de una ciudad oculta en la que moraban los sobrevivientes incas que escaparon de los españoles que invadieron el Alto Perú. En la zona todavía recuerdan que en la primera mitad del siglo XX un minero yugoslavo, Bela Veiko, que llegó a trabajar a las minas de oro de Andacollo, se entusiasmó con la leyenda y emprendió la desesperada búsqueda de la entrada a ese mundo. Utilizando dinamita causó grandes destrozos en las piedras grabadas, hasta que finalmente fue llevado a Buenos Aires. Según la leyenda, el hombre (que perseguía otra leyenda) terminó internado en un psiquiátrico. Confitería y artesanías Con la construcción de una confitería, un salón de artesanías y una casa para un cuidador, el Centro de Servicios Turísticos del Parque Arqueológico Colomichicó está prácticamente listo. Sólo resta terminar las conexiones eléctricas a cargo del EPEN. Se estima que el nuevo centro impactará en la experiencia de los visitantes, ya que brindará nuevos servicios y más comodidad para la realización de la excursión a los grabados, que requiere un trekking de 12 kilómetros con una duración de aproximadamente cuatro horas –ida y vuelta–, cruzando el arroyo Colomichicó y subiendo el faldeo de la Cordillera del Viento. La confitería, con capacidad para entre 20 y 32 comensales, contará con un deck exterior, cocina, despensa, sanitarios, un sector de Turismo y venta de artesanías. En el centro se podrá contratar un guía de trekking o el servicio de cabalgatas, además de comprar dulces, tejidos, artesanías y otras producciones regionales.


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