Un oasis cerca para bañarte en un tanque australiano, comer un corderito y pasar el finde largo

En Ramos Mexía, un bellísimo pueblito de la Línea Sur, hay un sitio de 8 hectáreas que invita a acampar y alquila dormis. Podés pasar el día o planear unas vacaciones. Acá te contamos todo

La Línea Sur rionegrina remite a paisajes color sepia dónde la aridez manda. Pero no todo es así. Existen valles llenos de encanto como la zona del bajo de Ramos Mexía, un lugar donde todo es verdor y el campo invita a disfrutar del verano bajo la sombra de álamos y de tamariscos.


Allí, sobre la ruta 23 (a 400 km de Viedma y 420 km de Bariloche) un cámping agreste llamado Tunquelén (lugar de descanso en idioma mapuche) propone gozar de sus 8 hectáreas, en las que todo está planificado para vivir a pleno la naturaleza y descansar al aire libre. Se pueden comer asaditos con carne de la zona, verduras y frutas orgánicas y compartir el día a día con animales como gallinas, guanacos y burros. De hecho un burrito recién nacido se convirtió en el protagonista de todas las selfies.

Un cámping agreste para descansar al aire libre


El espacio es un oasis donde todo está planificado para pasarla bien. Hay canchas de fútbol y de vóley, dos tanques australianos para darse los más refrescantes chapuzones, un mangrullo de dos metros para extasiarse con la vista y la posibilidad de descubrir el inmenso paisaje que el faldeo de la meseta de Somuncura despliega alrededor.

Las piletas y la zona de juegos, para el disfrute de los más chicos


En el sitio se puede acampar. Se cobran $4000 por persona-los menores de 5 años entran gratis- pero no hay que pagar ni por el auto ni por la carpa. También hay dormis, que son pequeñas cabañas con baño privado que salen $11.000 diarios. Los que lleguen para pasar el día (de 9′ a 20′ horas’) deberán pagar $1700 por visitante, y tendrán acceso a toda la infraestructura, que incluye parrillas, el sector de baños y espacios de sombra bajo los árboles con mesas y sillas para almorzar o cenar algo rico. A eso se suma el área recreativa, qué, más allá de las canchas y piletas, cuenta con juegos para los más chicos.

Espacios de sombra y relax


La gastronomía es otro de los grandes atractivos. Todo lo que se consume es fresco y cosechado en la zona de huertas, que se puede visitar. En esta época los melones y sandías más dulces son los que se saborean a todo hora, o se convierten en el postre ideal.

Los dormis, una de las opciones del lugar


Los que quieran comerse un corderito deberán avisar antes de llegar, para que todo esté listo. Ese tradicional plato, hecho a la estaca, sale $12.000 por persona, pero el monto no es porción, sino que cada comensal podrá servirse a gusto. En el espacio que funciona como comedor, se ofrecen, además, empanadas, pastas, carnes, milanesas y minutas varias acompañadas de ensaladas, puré o papas fritas. Un menú completo -con entrada y postre-ronda los $11.000.

El burrito «Tunque», el más fotografiado


Los animalitos son el imán para los más chiquitos. En la zona hay desde gallinas hasta especies nativas como guanacos. Un ejemplo es el burrito «Tunque», que nació hace unos días, es el habitante estrella del cámping y su ternura lo convirtió en protagonista excluyente de varias postales que se llevaron los visitantes. Además los que quieran pasear a caballo o recorrer al galope Ramos Mexia también podrán hacerlo, porque un vecino de la zona brinda esa opción.

Para informes, contactarse con el (2920) 611629, o el Instagram tunquelenlugardedescanso2022.


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