Soria justificó el desempeño de la SIDE

BUENOS AIRES (ABA).- En una declaración rodeada de un marco muy tenso que incluyó cruce de palabras, risotadas y hasta el desalojo de una de los familiares de las víctimas; el ex titular de la SIDE, Carlos Soria, afirmó que en los días en que se produjo la «masacre de Avellaneda» «se estaba radicalizando cada vez más la protesta social, generando así un claro peligro para la sociedad», a la vez que señaló que en la marcha que terminó con la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán «se advirtió la presencia de grupos radicalizados y de movimientos no afines, como no se había registrado en las manifestaciones anteriores».

Soria -quien entonces estaba al frente de la Secretaría de Inteligencia del Estado- hizo tales manifestaciones ante el Tribunal en lo Criminal Nº 7 de Lomas de Zamora donde tramita el juicio oral sobre el acontecimiento que precipitó la salida anticipada de Eduardo Duhalde, quien en ese momento ocupaba la Casa Rosada por decisión de las cámaras legislativas.

El actual intendente de Roca, expresó que su accionar concreto se limitó a informar a quien era ministro de Justicia, Jorge Vanossi, de una desgrabación sobre una Asamblea Nacional Piquetera realizada el 22 y 23 de junio tres días antes de los trágico episodios. En ese Congreso desarrollado en Villa Dominico -detalló el declarante- se hablaba de volver al 19 y 20 de diciembre, y hasta de una revolución armada.

Cuando la acusación le preguntó a Soria si realmente creía que los sucesos de Avellaneda podrían derivar en una revuelta para tomar el poder, el rionegrino contestó que había que enfocarse en aquellos momentos en la que «sectores banqueros, comerciantes y de la industria se sentían perjudicados por las cosas que ocurrían y sentían una situación de riesgo», aunque agregó: «en la Argentina de los últimos años siempre vivimos en peligro», deslizó Soria.

Por su parte, Jorge Chiodo, defensor del ex comisario Franchiotti se mostró satisfecho con las expresiones vertidas por Soria. «Esto demuestra la sensación de peligro que había y el contexto en el que ocurrieron los acontecimientos».

En un momento de su testimonio, Soria recordó que los activistas habían amenazado con cortar los cinco canales de acceso desde la provincia de Buenos Aires a la Capital Federal y que desde el gobierno se había advertido que se iba a garantizar la libre circulación.

«Había que poner orden», afirmó el testigo, lo que despertó una risotada de un sector de los asistentes. «¡Qué orden que pusieron!». «Sí, la democracia funciona con orden», fue la respuesta cortante de Soria, tras la primer advertencia que hizo la presidenta del Tribunal Elisa Beatriz López Moyano de desalojar la sala.

De todos modos, Soria insistió en un par de oportunidades en que la indicación del Presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, había sido la de «no criminalizar la protesta», actuando con prudencia».

En esa instancia sostuvo que el entonces jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, se había regido por los mismos principios.

Así contradijo el testimonio anterior del ex secretario de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Luis Genoud, quien en la declaración que abrió la jornada indicó que Atanasof había creado un clima de «agitación» y «provocación» que no les hacía nada bien a la situación que se estaba desencadenando.

Insultos y entredichos

Carlos Soria pudo declarar sobre su papel al frente de la SIDE por haber sido relevado del secreto de Estado mediante un decreto firmado por el presidente Néstor Kirchner. Sin embargo, se justificó con una excepción legal no comprendida por el decreto, para no nombrar a quien estaba al frente del Area de Reunión Interior, desde donde habría partido un llamado hacia el acusado comisario Mario Franchiotti. Los querellantes hicieron reserva de la cuestión, entendiendo que el decreto también lo liberaba el silencio en este tema.

El último cruce conflictivo ocurrió cuando la hermana de Kosteki la emprendió verbalmente contra Soria y el abogado de Franchiotti. Fue cuando el jefe comunal de Roca aseveró que le llegó a su conocimiento que un grupo de protesta había tomado un colectivo y lo quemaron. Cuando Chiodo pidió que quede constancia en actas de dicha frase fue cuando Vanina Kosteki la emprendió a los insultos contra ambos acusándolos también de mentirosos. La jueza entonces ordenó que sea sacada de la audiencia.

«Todos se lavan las manos cuando la responsabilidad política por agitar la mano dura fue evidente», sostuvo Alberto Santillán el padre de la otra víctima al salir del Tribunal.

Los abogados del CELS, Rodrigo Borda y Gerardo Fernández que actúan por tres de los heridos coincidieron en que Soria abonó la hipótesis que desde el gobierno nacional tenían el resorte de la situación, pero en lugar de apostar por la disuasión con las sospechas de que se podía estar por gestar una revolución pusieron el combustible para el fuego. (ABA)


BUENOS AIRES (ABA).- En una declaración rodeada de un marco muy tenso que incluyó cruce de palabras, risotadas y hasta el desalojo de una de los familiares de las víctimas; el ex titular de la SIDE, Carlos Soria, afirmó que en los días en que se produjo la "masacre de Avellaneda" "se estaba radicalizando cada vez más la protesta social, generando así un claro peligro para la sociedad", a la vez que señaló que en la marcha que terminó con la muerte de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán "se advirtió la presencia de grupos radicalizados y de movimientos no afines, como no se había registrado en las manifestaciones anteriores".

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