Supercopa: La Banda, descontrolada en los bares de la zona

De repente, las calles quedaron vacías y el ruido se encapsuló entre cuatro paredes. Las de los bares y restó, que se transformaron en el lugar preferido para los hinchas que no quieren o no pueden o se niegan a pagar el fútbol codificado. La imagen se multiplicó en toda la región, en una noche para la historia.

En el centro de Neuquén, varios locales estuvieron desbordados, con gente que quedó afuera, pero igual no se perdieron detalles. En muchos casos invirtieron en pantallas gigantes y otros apostaron por varios led distribuidos de manera estratégica.

En algunos bares, los hinchas estuvieron separados, pero en otros se mezclaron y reinó la paz.

En las confiterías de Roca también se vivió un superclásico en paz. El lleno total fue el común denominador de la noche, que reflejó de alguna manera toda la pasión que se vivió en el estadio mundialista mendocino.

La capacidad de los bares estuvo a full. Los propietarios felices y los hinchas de River también. Fue tal la concurrencia de los simpatizantes a las confiterías para ver el partido con transmisión codificada, que algunos dueños, una vez que vieron colmada la capacidad de sus locales, cerraron la puerta principal con llave y no dejaron ingresar a la gente que intentó, al menos, por un lugar en la vidriera.

La desconcentración fue en paz y esta vez la alegría fue millonaria. Poco después, fue tiempo de los festejos callejeros con este revivir de River.

El Pity Martínez ya transformó el penal en gol y el público millonario explota de alegría.

ANDRÉS MARIPE

Algunos propietarios de los colmados bares de la región optaron por cerrar la puerta de sus locales dada la enorme afluencia de hinchas para ver la final.

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