Ciberataques: las personas, la primera línea de defensa de las empresas
Actualmente, la ciberseguridad empresarial depende más de la preparación y conciencia de las personas que de la sola implementación de herramientas. La opinión de un especialista.
“La mayor vulnerabilidad sigue estando puertas adentro”, aseguró Maximiliano Galante, Regional Cybersecurity Practice Director de KC Latam. Clics impulsivos, contraseñas recicladas y validaciones laxas abren brechas que ninguna tecnología puede anticipar. “El primer muro de defensa no es un firewall: es el comportamiento humano”, advirtió el experto. Sin hábitos seguros y entrenamiento continuo, cualquier inversión tecnológica queda expuesta.
Ciberataques: personas, procesos y tecnología, la combinación clave
Durante años, las empresas reaccionaban solo después de un incidente. Hoy, explicó Galante, la meta es anticiparse: entender qué se quiere proteger, quién tiene acceso y cómo minimizar el impacto. “La resiliencia no se logra comprando tecnología, sino construyendo una estrategia donde las personas, los procesos y la infraestructura trabajen en conjunto”.
No solo los empleados representan un riesgo. “Los procesos que ordenan la gestión del riesgo también lo son”, recordó Galante. Conocer la superficie de ataque, clasificar la información crítica y auditar accesos de manera continua marca la diferencia. Simulacros de phishing y ejercicios de respuesta a incidentes transforman las políticas en reflejos operativos.
Frente a amenazas crecientes como la IA generativa, los deepfakes y la computación cuántica, Galante afirmó que la tecnología debe usarse estratégicamente: visibilidad y detección temprana (EDR/XDR/SIEM), automatización, parcheo constante, cifrado robusto y segmentación son esenciales. “La inteligencia artificial no reemplaza al humano: lo obliga a estar mejor preparado”, aseguró.
Aunque la conciencia sobre ciberseguridad crece, Galante advirtió que “Argentina sigue rezagada frente a marcos regulatorios más actualizados de la región”. Hasta que exista un marco robusto, las empresas deben autorregularse con estándares exigentes: proteger la información es proteger la reputación.
“La madurez digital hoy se mide menos por cuántos ataques se evitan y más por la capacidad de resistir, recuperarse rápido y aprender de cada evento”, concluyó Galante. Y ese recorrido, inevitablemente, comienza por las personas.
“La mayor vulnerabilidad sigue estando puertas adentro”, aseguró Maximiliano Galante, Regional Cybersecurity Practice Director de KC Latam. Clics impulsivos, contraseñas recicladas y validaciones laxas abren brechas que ninguna tecnología puede anticipar. “El primer muro de defensa no es un firewall: es el comportamiento humano”, advirtió el experto. Sin hábitos seguros y entrenamiento continuo, cualquier inversión tecnológica queda expuesta.
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