“Trainspotting 2”: sin nostalgias, el mismo espíritu
La película de Danny Boyle, que se estrenó el jueves pasado, 20 años después de su precuela homónima, es una producción con identidad propia, y con guiños a aquel ícono de los 90.
Con un halo de madurez, tanto en su director Danny Boyle como en el elenco original, y que comprende el paso del tiempo de toda una generación se estrenó “Trainspotting 2”.
Es una película que muestra cómo Mark Renton (Ewan McGregor), Spud (Ewan Bremner), Sick Boy-Simon (Johnny Lee Miller) y Franco Begbie (Robert Carlyle) no pueden escaparle a su pasado y quedan anclados no sólo por la vieja disputa económica, sino, también, por no poder continuar con sus vidas.
Si la primera película fue el grito de toda una juventud desahuciada y sin objetivos, víctima del thatcherismo y el desempleo posindustrial, ésta es todo lo contrario: desde el minuto uno se ve a una Edimburgo cosmopolita y próspera, producto del petróleo y de su membresía en la Unión Europea.
El hijo de Spud, con pocos minutos en cámara, demuestra que está en las antípodas drogadictas de su padre, al igual que sucede con el hijo de Begbie, quien prefiere estudiar administración de hoteles antes de seguir los pasos delictivos de este psicótico y violento personaje.
Siempre se especula con que “las segundas partes no son buenas”, algo que desde el primer minuto Boyle tuvo en cuenta, no sólo en la película, sino, también, desde que en su cabeza se inició la idea de darle vida cinematográfica al libro “Porno”, de Irvine Welsh, sucesor de “Trainspotting”, la novela cumbre de este escocés.
“Ya no tengo esa edad ni esa inocencia y no puedo fingir, eso sería terrible. Creo que hay una energía que recuerda a la primera, pero los personajes han avanzado. Intentan revivir el pasado, pero el resultado no es el mismo”, comentó el realizador, ganador de un Oscar por su dirección en “¿Quién quiere ser millonario?” (2008).
La diferencia sustancial entre ambas películas radica en un par de observaciones, para nada menores: “Trainspotting 2” tiene más humor (aunque del ácido británico) y por momentos se convierte en un thriller, con Begbie persiguiendo a Renton.
Ese es el motivo, esgrimió el director de “La playa” y “Tumba al ras de la tierra”, por el cual se tomó 20 años para rodar el filme, estrenado en el Festival de Cine de Berlín, pese a que una década atrás ya tenía un libreto: “No llegué a enviarle el guión (al elenco) porque sabía que no tenía la calidad suficiente”.
En cuanto al argumento, “Trainspotting 2” era lo que uno se podía imaginar con la escena final de la parte 1: Renton, quien le robó 16.000 libras a Begbie y Sick Boy, decide regresar a Edimburgo, luego de estar dos décadas escapando de su heroinómano pasado. Begbie está en la cárcel, donde terminó con ayuda de Renton; Sick Boy (nombrado como Simon, su nombre de pila) dirime su tiempo entre chantajes y el management de un lúgubre bar familiar, mientras que Spud continúa en su lucha contra las adicciones, apoyándose en el amor que siente por su hijo adolescente.
En ningún momento Boyle intentó despegar esta historia de la anterior, sino que, por el contrario, se hizo cargo de ello pinchando imágenes de la antigua “Trainspotting”, con las cuales se explican los momentos clave de la narración.
Si hasta revive el emblemático y escéptico “Elige la vida” (”Choose Life”), que Renton recita al inicio de la uno, con “Lust For Life”, de Iggy Pop, sonando de fondo y la clásica sonrisa socarrona de McGregor tras ser atropellado por un auto. “Elige la vida. Elige Facebook –dice ahora ‘Rentboy’–, Twitter, Instagram y Snapchat con la esperanza de que a alguien, en algún lado, le intereses. Elige buscar antiguos amores, deseando haber hecho todo diferente. Y elige lo mismo para tus hijos, pero peor, y asfixiar el dolor con una docena de drogas desconocidas, hechas en la cocina de alguien. Elige tu futuro. Elige la vida”.
La frase y la escena resumen todo: Renton empieza a explicarle esta ocurrencia, sobre un eslogan antidrogas de los 80, con una risita inocente a Verónika (Anjela Nedyalkova), pero en vez de causar gracia, culmina por entender el fracaso y la desazón que reinan en su vida. Todo un punto de vista para una generación que hace 20 años reinaba en las calles y que hoy está guardada en oficinas, viendo cómo sus hijos son los que rompen los límites, los corren a ellos a un lado y empiezan a ver el mundo con sus propios ojos.
Además, nuevamente la banda de sonido acompaña a la película y merece comprarse el soundtrack con canciones de Iggy Pop, Lou Reed, Blondie, Queen, RUN-DMC, The Clash, Fat White Family, Underworld y Frankie Goes To Hollywood.
“The Trainspotting” es un hobby escocés, “considerado el más estúpido de todos” -dice Welsh en su novela-, que consiste en sentarse a ver pasar los trenes, anotar el número de placa y, al final del día, el que más patentes tiene, gana.
Ver pasar la vida, sin destinos ni objetivos, siendo “esclavos de un sistema”, es lo que Doyle con su excepcional tratamiento de cámaras y el magistral guión de John Hodges muestra en las dos películas.
Ficha técnica
Dirección: Danny Boyle
Guión: John Hodge, basado en la novela “Porno”, de Irvine Welsh
Fotografía: Anthony Dod Mantle
Edición: Jon Harris
Intérpretes: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Jonny Lee Miller, Ewen Bremner
“Ya no tengo esa edad ni esa inocencia y no puedo fingir, eso sería terrible. Creo que hay una energía que recuerda a la primera, pero los personajes han avanzado”.
Danny Boyle
Datos
- “Ya no tengo esa edad ni esa inocencia y no puedo fingir, eso sería terrible. Creo que hay una energía que recuerda a la primera, pero los personajes han avanzado”.
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