Tras contestarle a Krueger, el gobierno ahora recibe presión desde Europa 14-6-03

Aníbal Fernández sostuvo que «no tiene sentido pelearse con Anne Krueger». BUENOS AIRES.- Una nueva voz de reclamo debió escuchar ayer el gobierno nacional, cuando todavía resonaban los ecos de las exigencias que planteó la Nº 2 del Fondo Monetario Internacional, Anne Krueger de reestructurar el pago de la deuda pública y aumentar las tarifas. Esta vez los acreedores que reclamaron reglas claras fueron los banqueros alemanes. Plantearon que el gobierno nacional debe dar señales claras sobre cómo piensa encarar la discusión para salir del «default» y cumplir con sus obligaciones. Así, la Agencia de Acreedores de Banco Alemanes (ABRA) adelantó cuál es el humor de los tenedores europeos de títulos públicos argentinos que la semana próxima recibirán al secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen. Nielsen visitará París, Frankfurt, Londres y Zurich, en la búsqueda de consenso entre los acreedores para evitar una ola de juicios que amenaza con levantarse contra el Estado argentino. Argentina debe en moneda extranjera cerca de 110.000 millones de dólares, de los cuales 28.000 millones corresponden a emisiones en eurobonos y 15.000 millones a bonos en dólares estadounidenses, según el Hypo-Vereinsbank, de Munich. Este banco encabeza el grupo de 20 instituciones financieras internacionales que representan a poseedores de bonos argentinos en el exterior (Argentine Bonds Restructuring Agency, ABRA), que sopesa la posibilidad de entablar demandas judiciales contra el Estado argentino para cobrar. Ayer, tras las palabras de Krueger, el gobierno volvió a manifestarse a favor de una revisión de las concesiones de los servicios públicos a empresas privadas, a la vez que impulsará un «nuevo marco legal» que permita al Poder Ejecutivo definir los ajustes de las tarifas. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, sostuvo ayer que «no tiene sentido pelearse» con la subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional. Fernández indicó que «la Argentina durante un año (2002) luchó por demostrar que tenía una posición distinta que el Fondo». «Pudimos lograr una economía estable», destacó Fernández a radio Continental, por lo cual estimó que «pelearnos otra vez con Krueger no tiene mucho sentido». En cuanto al aumento de las tarifas, Fernández señaló que «las concesionarias requieren de una revisión pormenorizada». Agregó que los contratos «muchas veces no se cumplieron porque el concesionario no los llevó a cabo o la situación las hizo diferente». El funcionario subrayó que las concesiones de los servicios públicos «requieren de un contrato claro, de un organismo de control asegurado, de una moneda estable, de financiamiento, y de una solución de controversias acordadas». En ese sentido, Fernández advirtió que si se analiza «cada uno de estos puntos necesarios en este tipo de concesiones se va a dar cuenta que los contratos no son todo lo transparentes que debieran serlo» porque tienen «muchas zonas grises». (DyN/DPA)


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