Tratamientos para mejorar la piel

Con el paso del tiempo y el consecuente envejecimiento natural, la piel comienza a arrugarse, quebrarse y perder su expresión natural. Sin embargo, existen distintos tratamientos sin cirugías que, desde luego sin prometer las características de la piel de los 20 años, logran recu

Todo depende del tipo de piel que la persona tenga. Hay una clasificación que de acuerdo con la claridad de la pigmentación determina entre otras cosas un mayor o menor grado de vulnerabilidad a la radiación del sol, y va desde el Tipo 1, que identifica una piel muy blanca, hasta el Tipo 4, que caracteriza la piel morena.

Pero no sólo los rayos solares son causantes del deterioro de la piel: también hay que considerar la edad como factor determinante en sí y, en los adultos mayores de 60 años, las enfermedades crónicas como la diabetes, los problemas renales y el hipertiroidismo, sin dejar de lado las interacciones medicamentosas, que a esa edad se dan con más frecuencia cuando diferentes especialistas recetan medicamentos para diferentes afecciones, muchas veces sin una coordinación clínica adecuada.

El envejecimiento de la piel se manifiesta -arrugas, flaccidez, desecamiento o manchas- de acuerdo al tipo de piel de la persona y sus características personales. «Para el desecamiento -aclara la Dra. María Antonia Barquin, médica dermatóloga del hospital Francés y Co-coordinadora del Programa Nacional de Prevención del Cáncer de Piel, implementado por la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD)- se utiliza cualquier crema hidratante que puede ser a base de urea, vitamina A o colágeno.»

 

Para tratarse en invierno

 

En el tratamiento contra las arrugas ha demostrado gran eficacia el ácido retinoico, que se utiliza en forma de cremas, liposomas o geles. La Dra. Graciela Rodríguez Costa, del servicio de Dermatología del hospital San Martín de Buenos Aires, remarca la importancia del control dermatológico del paciente «al menos una vez al mes en este tipo de tratamientos tan específicos», y enfatiza que las aplicaciones de ácido retinoico «sólo se deben realizar durante el invierno, debiendo ser discontinuadas en verano». Sin embargo, durante el verano pueden obtenerse resultados muy similares con otras drogas de aplicación local (el ácido glicólico o la furfuryl adenina) aunque existen ciertos pacientes que no tienen una buena tolerancia hacía ellas. A determinada edad la salvaguarda que puede brindar un protector solar es muy relativa en relación a la cantidad de daño ya acumulado sobre el tejido cutáneo. Las mal llamadas «manchas seniles» o lentigos solares, generalmente de color muy oscuro, no surgen como consecuencia directa del paso de los años sino que son una manifestación tardía del exceso de sol cuyo efecto se fue acumulando y actuando en la piel de la persona durante la vida. Son en realidad manchas solares, por lo tanto. Estas manifestaciones se pueden tratar, también sólo en invierno y bajo claras indicaciones de un especialista en el tema, con ácido tricloroacético.

 

Lo importante va por dentro

 

La nutrición de la piel, opuestamente a lo que a veces se sugiere desde la publicidad, no tiene tanto que ver con la aplicación externa de nutrientes, sino con una directa y estrecha relación con factores como la alimentación y la irrigación sanguínea. La vitamina A y E son administradas en varios casos como complemento de tratamientos dérmicos, ya que tiene un efecto concreto sobre todos los epitelios, y la piel es uno de ellos.

La técnica de mesolifting, indicada para un rejuvenecimiento facial y para tratar arrugas leves, consiste en una serie de microinyecciones muy superficiales, a muy poca profundidad, mediante las cuales se incorporan a la piel sustancias regeneradoras, tensoras, hidratantes, nutritivas y destructoras de grasa. De esta manera la piel posee una mejor circulación y oxigenación. Otra de las técnicas utilizadas para el rejuvenecimiento es el peeling, que se basa en procedimientos que llevan a la renovación celular de la capa córnea. La sustancia más utilizada en es el ácido mandélico y existen distintas maneras de practicarlo, pero lo esencial es que el método elegido se adecue a las necesidades cosméticas y dermatológicas del paciente.

 

Cuidados especiales

 

Ya al margen de cuestiones relacionadas sólo con el aspecto, la Dra. Barquin explica que «las personas con diabetes tipo 2 deben cuidarse de sufrir lesiones en la piel, ya que existe más riesgo de contaminarse, y la falta de sensibilidad puede provocar úlceras en las piernas». En el tratamiento para estos casos, generalmente se combina el dermatólogo, el diabetólogo y un traumatólogo.

Por otra lado, la Dra. Rodríguez Costa resalta como una de las enfermedades más relevantes en relación con el deterioro de la piel al hipertiroidismo por su efecto de resecamiento. En este caso el tratamiento debe centrarse, desde luego, en la patología de base. Es cierto que aplicar una crema hidratante no necesita casi ningún tipo de precauciones, pero sí, a determinada edad es condición necesaria tener en cuenta que la absorción de los medicamentos es diferente y que la interrelación entre las drogas es fundamental.


Todo depende del tipo de piel que la persona tenga. Hay una clasificación que de acuerdo con la claridad de la pigmentación determina entre otras cosas un mayor o menor grado de vulnerabilidad a la radiación del sol, y va desde el Tipo 1, que identifica una piel muy blanca, hasta el Tipo 4, que caracteriza la piel morena.

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