Un apuñalado murió porque no quiso ayuda médica, dice un fallo

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El defensor Vitale planteó que no fue un caso de homicidio.

NEUQUÉN (AN)- La Justicia llegó a la conclusión de que un hombre apuñalado murió porque se negó a ser trasladado al hospital, donde le podrían haber salvado la vida. En consecuencia, el autor de la herida no será acusado de homicidio sino de lesiones graves, por lo que podrá recurrir a la suspensión del juicio a prueba, o probation. El caso ocurrió en Rincón de los Sauces el 2 de mayo de 2010 y se ventiló en juicio oral la semana pasada. Al contrario de lo que suele suceder, la prueba científica resultó equivocada: la forense dijo que por las características de la lesión, la víctima no podría haber sobrevivido más de 30 minutos, pero los testigos demostraron que agonizó casi 7 horas. La resolución conocida ayer alivia la situación de Miguel Castro (48), quien llegó a juicio imputado del homicidio de Delfín Nonato Pichún, a quien le aplicó una puñalada que le hizo colapsar un pulmón. En el juicio, el fiscal Pablo Vignaroli pidió una condena de 8 años de prisión, pero el defensor Gustavo Vitale planteó que la muerte de la víctima se debió a una concausa: su propia negativa a recibir asistencia médica. La agresión se produjo en un ambiente de extrema marginalidad. La víctima, el autor y los testigos son alcohólicos crónicos. La forense Haydée Fariña estimó una sobrevida de la víctima como consecuencia de la herida no mayor a 30 minutos, y opinó que habría muerto aunque le hubieran dado asistencia médica inmediata. Pero dos personas que estaban en el lugar del hecho dijeron que Pichún recibió la puñalada a las 21, que se acostó, y que a las 5 de la mañana del día siguiente aún se quejaba de dolor. Por ese motivo, la Cámara Segunda concluyó que “existieron factores o circunstancias que concurrieron a provocar la muerte de la víctima independientemente de la obra del agresor: su propia negativa a ser conducido al hospital”.