Un consumo que no para de crecer
Neuquén requiere cada vez más electricidad. Obras grandes en la mira.
El 2013 tuvo la mayor demanda de la década
La capital neuquina protagoniza por estas horas una carrera contra el consumo eléctrico. La nueva gestión de la cooperativa CALF realizó días atrás un estudio sobre la energía facturada en el 2013. Las conclusiones encendieron una luz amarilla: el año pasado se registró el crecimiento interanual más alto de la década, con una diferencia del 4,78%. Lo curioso es que la suba ocurre en momentos en los que la economía está lejos del boom de los primeros años de la posconvertibilidad. Evidentemente, calculan desde la distribuidora, la compra de electrodomésticos está disparando el consumo domiciliario. Pero existe otra causa detrás de ese número: los edificios. La inflación y la restricción a la compra de dólares aceleraron la creación de fideicomisos para la construcción de nuevas torres. Por ahora, CALF está otorgando factibilidades, pero un pico de temperatura como el que ocurrió en diciembre pasado pone en serio riesgo todo el sistema. “En el acumulado 2012-2013 compramos 584.000 megawatts hora, contra 557 del año anterior”, explicó Fernando Garayo, titular de la cooperativa. Sostuvo, sin embargo, que para el 2014 esperan un alza aún mayor. Es que hay dos obras que dispararán el consumo: la puesta a punto de la Ciudad Judicial y el shopping center. “Nos estamos preparando para que esa demanda no nos afecte. Estamos construyendo subestaciones, fosas para circular las líneas”, indicó el gerente de CALF. Recordó a su vez que las obras necesarias para su abastecimiento las realizan los privados y luego son devueltas por la cooperativa a través de la tarifa. Déficit Mientras tanto, CALF comenzó con un proceso para achicar su déficit, cifrado al 31 de enero en 66 millones de pesos. Para Garayo, fue clave el incremento del 9,4% que autorizó la Municipalidad de Neuquén y que permite cubrir una parte del rojo mensual de 2,6 millones de pesos que mantiene el organismo. A su vez , señaló que ya se puso en marcha “un gran ajuste, de un 10 ó 12%, en los costos operativos”. Aclaró que eso no incluye a los trabajadores y que se busca cortar, sobre todo, con las subcontrataciones de servicios, una de las salidas más gruesas que tiene el presupuesto de CALF. Garayo explicó que los acreedores son principalmente la Provincia, el municipio y los proveedores.
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