Un empate que al 'Albinegro' le sentó de perillas

Podría haberlo ganado, pero careció de puntería. Quedó bien parado para la vuelta.

MAR DEL PLATA (Joaquín Peralta-Enviado especial).- Cipolletti mantiene su paso firme rumbo al ascenso. En la ida ante Alvarado consiguió un valioso 0-0, que pudo ser victoria de haber estado más preciso frente al arco.

Al albinegro le costó un tiempo acomodarse al piso del Mundialista, que por la lluvia se asemejaba a una «jabonera».

Que los volantes tuvieran poco protagonismo en el juego hizo que la pelota viajara de defensa a defensa. Así, Padua y Weisser pocas veces pudieron hacer pie. En ese período, el único responsable de que el partido esté sin goles fue el «Oreja» Ruiz y su seguridad.

En el segundo cambió la lectura del juego, la pelota pasó por los pies de los que más saben y así fue como 'Cipo' mejoró notablemente el rendimiento, al punto que creó tres situaciones muy claras pero falló en la definición.

En el final al local lo empujó su gente, pero estaba muy desordenado como para ganar.

En los primer 45 'Cipo' sólo llevó peligro a diez de empezado el encuentro, cuando el arquero Guillermo Benítez atoró justo al «Loco» Padua. A partir de ahí fue casi todo del local, que sin ser muy superior, lo arrinconó por los laterales. A los 18 Ruiz le tapó un remate en el primer palo a Revaneira, luego de una gran jugada individual del volante. Después sacó un centro que casi se le mete por arriba y sobre el final de la etapa un tiro libre al segundo palo que llevaba destino de red.

Perilli bajó del sector de cabinas (está suspendido) para refrescarles las ideas a los jugadores. Así trasformó su equipo, que controló mejor a su rival y fue mucho más punzante. A los 10 Carou lo dejó solo a Padua que en la corrida hacia el arco fue perdiendo velocidad y su remate se fue por arriba.

15 minutos después, el «eléctrico» Hugo Prieto ganó por derecha y le entregó el gol a Carou que, casi desde el punto penal, la tiró por arriba. El arco estaba cerrado para 'Cipo' y la comprobación final llegó cuando Figueroa le pegó casi desde el suelo y la pelota se deslizó hacia el arco, pero los ruegos locales fueron más fuertes y la redonda pegó en el palo y salió.

Entonces el albinegro entendió que el empate no era poca cosa y lo cuidó con mucha garra. Ahora necesita ganar, por el marcador que sea, en la revancha para pasar de ronda y clasificarse directamente a la final.


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