Un proyecto abandonado

Las obras de sistematización y regadío del Valle Inferior de Viedma se iniciaron en 1951. Un estudio elaborado en 1960 por la empresa Italconsult determinaba que se podían irrigar 73.525 hectáreas. Han pasado 56 años desde la apertura del primer tramo del canal principal y el Instituto del Valle Inferior informa que en la actualidad son solamente 18.000 las hectáreas empadronadas bajo riego. Se ha ejecutado solamente el 25,71% del total de la iniciativa. Gobernantes y políticos no incluyen en su agenda la culminación del viejo proyecto de desarrollo. Quedan por habilitar 50.000 hectáreas, o sea, el 74,29% de las obras planificadas.

Los estudios de aprovechamiento e irrigación del Valle Inferior de Viedma se iniciaron en 1880, cuando el coronel Álvaro Barros se hizo cargo de la Gobernación de la Patagonia.

En relación con este trascendente proyecto regional, la historia oficial de la provincia de Río Negro no registra que el gobierno de Juan Domingo Perón incluyó el emprendimiento en su Primer Plan Quinquenal e incorporó en 1946 una partida al presupuesto nacional de 50 millones de pesos para la iniciación de los trabajos de riego en una superficie estimada de 48.000 hectáreas en las inmediaciones de Viedma.

El ingeniero agrónomo y ex funcionario de Agua y Energía Eléctrica de la Nación (AYEE), Osvaldo M. Casamiquela, en su libro «El riego en la provincia de Río Negro, auge, crisis y futuro», editado en 1995, refleja la participación del peronismo en el nacimiento de esta importante obra de desarrollo patagónico.

En ese trabajo se recuerda que en 1900 la Dirección General de Irrigación designó al ingeniero Ramón Quartino para iniciar los estudios de riego del Valle Inferior en una superficie de 46.342 hectáreas. Recién en noviembre de 1930 el organismo nacional aprobó el proyecto que, de acuerdo con los planos generales que tienen fecha de 1913, ubicaba la boca toma en las proximidades de Segunda Angostura, frente a Guardia Mitre.

En 1937 se produjo una reactualización del proyecto, que reubicaba la boca toma y reducía la superficie regable a 13.500 hectáreas. Pero en 1943, durante el gobierno de facto del general Edelmiro J. Farrell, el ingeniero Juan Carlos Passalacqua estableció definitivamente el punto de partida de la boca toma del agua del río Negro en el paraje Segunda Angostura y llevó el área a dominar a 50.000 hectáreas.

Recuerda Casamiquela que recién «en los primeros meses de 1951 el nuevo organismo Agua y Energía

Eléctrica de la Nación (AYEE) inició las obras de la primera etapa del proyecto de regadío del Valle Inferior del río Negro».

Se construyeron 60 kilómetros del canal principal con un caudal de 40 metros cúbicos por segundo y algunos secundarios. Se levantó el edificio de la boca toma y también un descargador-regulador con espacio para una pequeña central hidroeléctrica y se habilitó el sifón de cruce de la ruta nacional número tres.

Con el derrocamiento de Perón en setiembre de 1955, las obras de riego se paralizaron hasta 1958, cuando asumió en Río Negro el primer gobernador provincial. Éste, Edgardo Castello, de la Unión Cívica Radical Intransigente, reanudó los trabajos y continuó con la segunda etapa de las obras planificadas.

Durante su gestión encargó a la empresa Italconsult un plan para el desarrollo del Valle Inferior del río Negro que la consultora entregó en 1960 en 13 tomos y que determinó que la superficie que abarcaría el plan sería de 73.525 hectáreas. En 1961, por ley 200, se creó el Instituto del Valle Inferior (Idevi), se solicitó apoyo a la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y se gestionó un crédito internacional ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El gobierno provincial de aquel momento y toda la clase política eran conscientes de la necesidad de superar las diferencias que caracterizaban la situación provincial. Se trabajaba en el proyecto de creación del Idevi, junto con otras iniciativas de significativa magnitud que también comenzaban a elaborarse y a ponerse en marcha en esa época. Se apuntaba a un objetivo superador mediante una estrategia que buscaba, junto con el logro de los equilibrios interzonales, ubicar a la provincia en un rango acorde con sus reconocidas potencialidades en el concierto nacional.

Durante el gobierno de Carlos Cristian Nielsen Unión Cívica Radical del Pueblo, en 1963 la FAO comenzó su actividad en Viedma y el BID concedió un préstamo para el riego de 8.700 hectáreas y la ejecución de la aerofotogrametría en todo el valle. También se contrató la prolongación del Canal Principal desde el kilómetro 60,3, construido en 1951, hasta la progresiva del kilómetro 90 y se inició la construcción de la Estación Experimental de Riego y Cultivos.

Durante los gobiernos militares de facto de 1967, el comodoro José Homero Lanari inauguró la Estación Experimental y en 1969 otro interventor militar, el general Roberto Vicente Requeijo, produjo un hecho trascendental para el Valle Inferior del río Negro al inaugurar la derivación de agua, por primera vez, desde la boca toma hasta las primeras parcelas del Idevi. Durante su gobierno se adjudicaron las subzonas A, B y C del proyecto de riego.

Mario José Franco, el primer gobernador que asumió en representación del peronismo y sin ninguna proscripción cívica el gobierno de Río Negro en 1973, obtuvo un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para la construcción de la segunda etapa y adjudicó la subzona D del proyecto.

En 1975, el gobernador justicialista entregó las parcelas correspondientes a la subzona E e inició posteriormente la construcción de las obras y estudios de la organización de la intendencia de riego del Idevi.

Derrocado el 24 de marzo de 1976 el gobierno de Franco, asumió la titularidad del Ejecutivo de facto rionegrino el contraalmirante Aldo Luis Bachmann, quien continuó las obras de la segunda etapa que comprendían las subzonas F, G y H y concretó un acuerdo con Agua y Energía Eléctrica de la Nación para el estudio integral de rehabilitación del Canal Principal.

Ese gobierno militar inició la ejecución de la tercera etapa del proyecto que posteriormente, sin ningún tipo de explicación, se interrumpió y lamentablemente quedó inconclusa hasta la fecha.

Recordábamos que el estudio elaborado por la empresa Italconsult en 1960 determinaba que se podían irrigar en el Valle Inferior del río Negro 73.525 hectáreas planificadas en ocho etapas. 56 años después de que el gobierno conducido por Juan Perón inició, en 1951, las obras del canal principal y otras complementarias nos encontramos con sólo 18.000 hectáreas sistematizadas y bajo riego que integran las primeras tres etapas del emprendimiento.

El organismo solamente se limita a implementar cursos de capacitación y a concretar diversos programas que incluyen el de los «olivares de zonas frías» o de «avellanos y nogales en el Valle Inferior», pero ha abandonado el sueño acuñado en la década del '60, cuando «se estimaba que en un plazo mediano se produciría el ingreso a la Patagonia de un millón de argentinos y el Idevi produciría para el sur argentino carne, frutas, hortalizas y leche».

Hay extensas áreas de tierra para poner bajo riego y habilitar: 50.000 hectáreas esperan para cumplimentar los objetivos originales del proyecto orientado a la superación de las asimetrías entre las distintas zonas del territorio que afectaban la posibilidad de concretar un proceso de integración y de crecimiento armónico de la provincia de Río Negro.

Incluso si los sucesivos gobernantes hubieran mantenido con firmeza el objetivo de continuar el emprendimiento con recursos propios y modestas partidas presupuestarias, ejecutando y sistematizando con riego un área de apenas 1.000 hectáreas por año, la colonización total del Valle hoy sería una realidad.

Lo lamentable es que la continuidad de este viejo proyecto de irrigar 70.000 hectáreas en Viedma para modificar la estructura productiva y laboral de la zona y abrir perspectivas económicas y sociales infinitas no estuvo incluida en la agenda de los sucesivos gobiernos provinciales a partir de 1983 ni en las propuestas de los partidos políticos, así como tampoco en los reclamos de las instituciones intermedias de la zona.

Un área similar y equiparable a toda la zona irrigable y productiva del Alto Valle de Río Negro está paralizada y abandonada desde 1978. Se ha ejecutado solamente el 25,71% del proyecto de Italconsult, para frustración de los rionegrinos y fundamentalmente de los ciudadanos del Valle Inferior, que siguen esperando resignadamente los trabajos que habiliten las restantes 50.000 hectáreas del plan original.

Pero lo incomprensible es que ningún gobernador a partir del proceso democrático iniciado en 1983 haya vislumbrado o incorporado en su gestión la continuidad y culminación de este viejo y apasionante proyecto de desarrollo regional. Desde la oposición, ningún político candidato a conducir los destinos de la provincia ha mostrado desde su propuesta la intención de desarrollar y habilitar con riego e infraestructura las áreas productivas detectadas hace 50 años. Tampoco tuvieron en cuenta las perspectivas que presenta esa posibilidad para el desarrollo de la agroindustria y la generación de empleo.

Es decepcionante comprobar que los gobernantes y políticos de Río Negro abandonaron y soslayaron la firme convicción de los legisladores que aquel lejano 4 de agosto de 1961, cuando sancionaron la ley 200, establecieron que «la Provincia declara su intención y propósito de ejecutar íntegramente todas las etapas del programa de desarrollo Agrícola del Valle Inferior del Río Negro y de manejar ese programa a través del Idevi, como una unidad desde el punto de vista técnico-económico».

El sueño y el objetivo de Perón y Castello y también la ilusión de los profesionales y trabajadores que concretaron las primeras etapas del proyecto deben ser una idea fuerza a reflotar cuanto antes. La posibilidad de irrigar en forma total las tierras aledañas a la histórica capital de la Patagonia sigue siendo el eje del progreso futuro de Viedma y también la palanca de desarrollo de una extensa zona del Valle Inferior.

 

HÉCTOR JORGE COLÁS (*)

Especial para «Río Negro»

(*) Periodista. Viedma


Las obras de sistematización y regadío del Valle Inferior de Viedma se iniciaron en 1951. Un estudio elaborado en 1960 por la empresa Italconsult determinaba que se podían irrigar 73.525 hectáreas. Han pasado 56 años desde la apertura del primer tramo del canal principal y el Instituto del Valle Inferior informa que en la actualidad son solamente 18.000 las hectáreas empadronadas bajo riego. Se ha ejecutado solamente el 25,71% del total de la iniciativa. Gobernantes y políticos no incluyen en su agenda la culminación del viejo proyecto de desarrollo. Quedan por habilitar 50.000 hectáreas, o sea, el 74,29% de las obras planificadas.

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