Vacunas: ¿solidaridad, compromiso e innovación?

Señora Gobernadora de Río Negro, en su emotivo discurso de asunción al cargo que hoy preside, (aquel que heredó de su padre político), usted mencionó “…creemos en un futuro grande para Río Negro pero no queremos que nadie se quede en el camino; queremos llegar sanos, bien alimentados, educados, con una arraigada cultura del trabajo y del esfuerzo…”, además citó varios pilares que apalancarían su gestión tales como “solidaridad y compromiso” e “innovación”.

Antes de continuar, quiero presentarme: soy nacido y criado en Río Negro, en la olvidada y abandona Línea Sur, hijo de un matrimonio que nació y vivió los años más productivos de sus vidas en la misma región, fueron ellos los que forjaron “una arraigada cultura del trabajo y esfuerzo”, porque hasta mi primer grado del primario, año en que mis padres decidieron buscar un futuro mejor para sus hijos emigrando de la región sur, la mejor decisión que pudieron tomar, lejos estaba la provincia en aquellos años de ser “solidaria”, lejos de la “innovación” que sólo estaba reservada para las zonas más desarrolladas de la provincia, (entre ellas, sin dudas su capital, Viedma).

Mi corta edad no me dejaba entender por qué en un lugar donde las temperaturas en invierno alcanzaban los -20°C había sólo leña para calefaccionar, o no había energía eléctrica, con suerte agua corriente con altos contenidos de arsénico, (años después nos enteramos), lejos estábamos de tener televisión, o teléfono, el asfalto era una quimera, por qué no había jardín de infantes y sólo escuela primaria, una sola construida en la década de los años 50, que aún sobrevive.

Recuerdo los viajes a Viedma, “a la civilización”, donde veía que existían los juguetes y las jugueterías, el asfalto, la tele, había gas y electricidad, escuela secundaria, (a la cual asistían mis hermanos, destetados de sus padres durante todo el año para que pudieran estudiar). Esa era la realidad de la zona sur, esa era la realidad de mis padres que, gracias a su esfuerzo nos posibilitaron “llegar sanos, bien alimentados, educados, con una arraigada cultura del trabajo y del esfuerzo”, eso mismo que usted anhelaba y que textualmente leyó cuando asumió.

La vida y el destino, y la búsqueda de una vida mejor, encontró a mis padres con sus 81 años en General Roca, encerrados por casi un año, por esta pandemia que nos atraviesa a todos, protegiéndose de un enemigo invisible que los podía alcanzar, que les podía cortar los pocos sueños que les quedan por delante: terminar de ver crecer a sus nietos, a sus bisnietos.

El tiempo pasó, las vacunas empezaron a ser una realidad, una luz de esperanza de repente se encendía en cada integrante de la familia que mis padres forjaron, la vacunación inclusive en franja etaria inferior a la de mis padres había comenzado, ¡y por casualidad en Viedma!

De más está decir que ni bien el registro se habilitó para solicitar turno, mis padres estaban anotados para ser vacunados, por la vacuna que fuera, pero el tiempo pasó, sin entender por qué en la ciudad Capital de la Provincia estaban vacunando a personas de una franja etaria menor a la de mis padres, mientras ellos seguían esperando el llamado que les podía devolver un poco más de calidad de vida…

Fue un viernes 19 de marzo de 2021 que finalmente el llamado para vacunar a mis padres llegó, (en realidad, fueron tres llamados, uno para mi padre, otro para mi madre y luego otro llamado más para ambos).

Fue ese viernes en donde la “innovación”, y “Solidaridad y Compromiso” que usted nombró como pilares de su gestión empezaron a hacerme un poco de ruido: primero porque llamaron tres veces para confirmar el bendito turno de vacunación, segundo porque hacía un mes atrás, en la hermosa Capital de la provincia había comenzado la vacunación y en una franja etaria menor a la de mis padres, tercero porque en la provincia vecina de Neuquén la franja etaria de 70 y 80 años ya estaba vacunada en un 85% y estaban llamando a vacunarse a los ciudadanos de franja etaria de 60 años… mientras tanto, mis padres de 81 años recién habían sido llamados el 19 de marzo de 2021, creo que una parte importante de su anhelo de Solidaridad, Compromiso, e Innovación estaba fallando, con total éxito, con rotundo éxito, le agregaría además que su paupérrima gestión en esta pandemia carece Igualdad y empatía.

¿Por qué carece de igualdad? Explíqueme por qué empezó la vacunación en la capital de la provincia un mes atrás en una franja etaria menor a la de mis padres.

¿Y por qué carece de empatía? pude comprobar el sábado 20 de marzo de 2021 que el lugar donde mis padres fueron citados a vacunarse, (Casino de Suboficiales de General Roca), tiene escalones de 40 centímetros en sus accesos, que dificultan con todo éxito el andar de los jóvenes de la tercera edad, no tiene rampa para aquellos jóvenes que les gusta andar en sillas de ruedas y además, la fila hacia donde estos jóvenes debían esperar su turno, estaba emplazada en una vereda completamente destruida, no había siquiera una persona con un mínimo de empatía o innovación o compromiso que tuviera la amabilidad de indicar cuál era el procedimiento de espera, o bien que dispusiera sillas para que los jóvenes se sentaran…por si esto fuera poco, una joven muy atenta tomaba nota en papel, si gobernadora, registraba el ingreso de aquellos que se querían vacunar en un papel, muy lejos de anotar los registros con una simple computadora asociada a una base de datos, (sabrá alguien de su equipo qué es una base de datos?)….

Su gestión, que se percibe por estos pequeños grandes hechos, está muy lejos de la innovación que usted pregonó como pilar.

Por si esto fuera poco, el martes 23 de marzo de 2021, recibimos un cuarto llamado recordando el turno de vacunación de mis padres… parece que su campaña de vacunación es literalmente un desastre Señora Gobernadora.

Alguna vez escuché que la vida es un ciclo que se repite, y es así gobernadora, en mis padres esto cierra perfectamente: nacieron y se criaron forjando una cultura del trabajo y del esfuerzo en una región olvidada, maltratada, carente recursos, sin igualdad, comparada con lo que yo mismo veía en nuestros viajes a la “Capital”, y lo terminan de la misma manera: mi padre falleció aquel 19 de marzo de 2021 por covid, una hora antes que lo llamaran tres veces para anunciarle que tenía un turno de vacunación y un mes después que empezó la campaña de vacunación en la “Capital”, en una franja etaria menor a la de él.

Por si no se dio cuenta, termina de la misma manera que comenzó su vida: maltratado, (si tiene unos minutos, visite el hospital público de General Roca- donde pude ver por última vez la mirada ya diáfana de mi padre-, no le da vergüenza?), olvidado y sufriendo una injusta desigualdad.

Usted no tiene la culpa del contagio, pero tiene la culpa que lo implementado es completamente desigual, carente de “innovación”, lejos de la empatía, lejos siquiera de sentido común, lejos de lo que se esperaría de un gobernante y su equipo, con un mínimo de idoneidad para resolver problemas.

Cristian Eduardo Sarhan

DNI 23.434.513


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