Vergonzosa justificación de una violación grupal en Chubut

Los acusados del llamado caso "la manada de Chubut" no tendrá encarcelados, porque el fiscal Rivarola dijo que fue un "desahogo sexual". Repudio en todo el país.

Redacción

Por Redacción

Estupor. Indigación. Repudio. Estas fueron las reacciones en redes sociales y pronunciamientos en todo el país por la resolución del fiscal Fernando Rivarola de Chubut al justificar la violación grupal a una chica de 16 años en 2012, en Playa Unión, bajo el argumento de que fue un “desahogo sexual”.

Los acusados, que fueron a juicio abreviado.

Los cinco jóvenes acusados y señalados como «la manada de Chubut” no tendrán pena de prisión ya que este fiscal de Rawson disminuyó la calificación de «abuso con acceso carnal» a «abuso sexual simple» y consideró que se trató de un «accionar doloso de desahogo sexual».

Rivarola aceptó el pedido de la defensa de los cinco imputados y ninguno de ellos, con la nueva calificación, será encarcelado.

Dos de los imputados habían sido sobreseídos porque eran menores de edad y los tres restantes admitieron haber cometido «abuso sexual simple», es decir «manoseos y tocamientos pero sin acceso carnal» por lo que irán a juicio abreviado en el que se aseguran una pena menor a tres años, es decir de prisión en suspenso.

Uno de los abogados defensores -bajo  reserva de identidad-  le explicó a la agencia Télam que «el episodio fue denunciado 6 años después de ocurrido y la chica asegura que no se acuerda de nada, con lo que no hay forma de acreditar el supuesto delito y todo queda en la palabra de uno contra la del otro».

Colectivos feministas expresaron su repudio a través de las redes sociales al trascender el fallo y la expresión que empleó el fiscal al fundamentar su medida y establecer que no se trató de un abuso agravado sino de un «accionar doloso de desahogo sexual».

También dirigentes políticos, sociales y sindicales del Chubut y otros puntos del país expresaron repudio a la decisión del fiscal Rivarola, luego de un año y medio de proceso judicial y de haber escuchado a más de 60 testigos que sostenían la versión de la víctima.

El fiscal Rivarola, quien justificó la violación bajo el término de «desahogo sexual».

Más indignación generó el dictamen considerando que se produjo  en vísperas de la conmemoración de los cinco años de la primera marcha por “Ni una menos”.

En un comunicado institucional que emitió hoy la fiscalía justificó la expresión y aclaró que «el abuso sexual es justamente una conducta que busca el desahogo sexual del autor sabiendo que lo hace sin el consentimiento de la víctima, que va a cometer una ataque sexual, que se trata de un delito, y consciente de ellos avanza sin consideración del daño que va a provocar en esta».

«Eso es dolo», aclara el pronunciamiento del ministerio público y «por eso, en el contexto de una exposición, el uso de la frase ‘desahogo sexual doloso’, resume lo que escribimos en varios renglones fundamentalmente si se hubiera utilizado en el contexto de audiencias o escritos reservados a los que solo debieran acceder profesionales del derecho».

El caso transcurrió en estricto hermetismo hasta ahora porque a las características de reservas del caso que impone la presencia de menores se sumó el aislamiento por la pandemia que redujo la actividad judicial y desvió la atención pública hacia otros temas.

Si bien los hechos ocurrieron en 2012, la causa se inició recién hace un año y medio cuando la joven identificada como SAVD aceptó radicar formalmente la denuncia que hasta ese momento había descrito solamente a través de su cuenta en Facebook.

Según lo que la joven describió en su momento «habíamos ido una fiesta a la casa de RV y a poco tiempo de llegar perdí la conciencia y es ahí cuando una de mis amigas me encontró en una habitación siendo abusada por un grupo de cuatro varones (EQ, LDV, LM, RV) mientras JP era testigo y TS sostenía la puerta evitando que entre alguien o que pueda salir», contó.

La joven -hoy mayor- asegura que cuando reaccionó «estaba en estado de shock y como estaba desnuda» buscaron su ropa, «que estaba desparramada en la habitación oscura y llena de camas donde sucedió la violación».

«En ese momento -prosigue- el dueño de la casa echó a todo el mundo de la fiesta al grito de que no cuenten nada. Al volver a (Puerto) Madryn tuve un intento de suicidio, me encontraron mi mamá y mi papá y les conté lo que pasó, me llevaron al médico e hicieron el protocolo para la atención integral de la víctima de violencia sexual».

La primera audiencia se realizó el 1 de agosto del año pasado y a poco de comenzar la investigación uno de los señalados (JP) fue desvinculado por haber sido ajeno al episodio aunque estuvo en la escena.


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