Historias de familias que viven en casas de madera, nailon y cartón
Los recursos son escasos. Los alimentos no alcanzan, a tal punto que uno de los chicos se desmayó en la escuela. El frío y la lluvia agravan el escenario.
Roca es una ciudad con contrastes muy fuertes, y la zona norte lo siente en carne propia. En el últimos años se ha urbanizado y expandido en varias direcciones. Sin embargo, las viviendas precarias, la falta de servicios y los inviernos duros tienen a mal traer a ese sector de la población.
Faltan recursos para poder construir una casa de material y no es casual que recurran a casillas de madera y materiales como nailon y otros objetos que encuentran en basurales.
Esos vecinos no cuentan con el servicio de gas y se calefaccionan con leña, lo que entraña riesgo para sus vidas por el peligro de la combustión de los materiales que usan, plástico y madera, como de intoxicarse con monóxido de carbono. Las precarias instalaciones eléctricas potencian los riesgos.
El escenario se puede ver en el extremo norte de la ciudad, casi en el límite con los hornos de ladrillo.
Norma Rodríguez tiene 30 años y hace tres vive en una casilla de 4 x 2 metros junto a su esposo y tres de sus cinco hijos.
“Tengo cinco hijos, pero dos viven con mi mamá porque acá es muy chiquito, cuando vivíamos todos juntos algunos dormían en el piso”, explicó Norma.
Su hijo más pequeño tiene un año y once meses y padece de bronco espasmos a causa del frío que sufre en su casa.
“Es muy bravo acá, se me llueve todo pasamos mucho frío, a pesar de que tenemos todo encartonado por dentro”, lamentó Norma.
Para poder calefaccionarse usan la leña que les manda el municipio, tres bolsas cada 20 días y cuando se acaba buscan en el basural.
Hace dos semanas su humilde vivienda casi se incendia. “En la esquina donde está la estufa casi se prende fuego, vimos que estaba echando humo y con mi nene comenzamos a echarle agua”.
En el piso colocaron algunos cerámicos y como entra mucho el frió pusieron un nailon en el techo y en las paredes del lado de adentro cartones.
También recordó las intensas lluvias registradas en mayo, “la pasamos bastante mal, porque entró agua donde está el caño de la estufa y los cartones se mojaron”.
El marido de Norma trabaja en el Consorcio de Riego limpiando canales, un trabajo temporal que dura un par semanas hasta arrancar nuevamente en verano.
Junto con su familia padecen el frío y también la falta de alimentos. “El año pasado sufrí cuando mi nene se desmayó en la escuela porque no había para comer y no lo envíe más al colegio, después vino la asistente social y me ayudó un poco con comida”.
Para poder acceder a una vivienda a través de Desarrollo Social, le piden la tenencia precaria pero no tiene esa documentación.
césar izza
Radiografía de carencias cotidianas
Las casillas están construidas con maderas y nailon, que son altamente inflamables.
Para calefaccionarse usan estufas precarias.
Cada 20 días trae leña el Municipio y, cuando escasea, buscan en los basurales cercanos.
Muchas de las instalaciones eléctricas son muy precarias y corren el riesgo de que se incendie la vivienda por algún cortocircuito.
El número
“Es muy bravo acá, se me llueve todo, pasamos mucho frío, a pesar de que tenemos todo encartonado por dentro”.
Norma está rodeada de carencias y espera ayuda al (298) 154246979.
“Si hace frío, hay que acostarse temprano”
Más incendios que en el resto de la ciudad
Datos
- 10
- incendios se registraron en el norte de la ciudad en lo que va del año, todos en casillas.
- “Es muy bravo acá, se me llueve todo, pasamos mucho frío, a pesar de que tenemos todo encartonado por dentro”.
- Raúl Osvaldo Coria tiene 55 años y es otro vecino que vive en una casilla de madera y chapas, pero no tiene piso y al igual que Norma padece mucho el frío. La humilde casa es de su hermano que vive en el campo y la cuida hace cuatro meses hasta poder el tener algo propio.
- “Me caliento con una estufa de chapa y la leña la acarreo del basural, para sobrevivir hago changas como limpiar patios”. Antes vivía en Cervantes en un “rancho” y trabajaba en la chacra, pero cuando falleció su mamá se vino a Roca.
- “Acá las noches soy muy frías, si no hay leña hay que acostarse temprano, el frío entra por los costados, es un castigo”, expresó Raúl.
- Además de no poder acceder al gas, tampoco tiene el servicio de agua y debe esperar a un camión que traiga el preciado insumo para poder asearse y beber.
- “Tengo un terrenito pero no me alcanza todavía para hacerme un rancho”, dijo Raúl, que necesita postes y chapas para poder levantar su casilla.
- Raúl también recuerda que hace un mes se quemó una casilla, situación que pudo presenciar: “no duró ni diez minutos, desde que se inició el fuego”.
- Leonardo Sandoval es el jefe del Cuerpo de Bomberos de Roca. Le dijo a “Río Negro” que los incendios en el norte de la ciudad son más numerosos que en otros sectores. Los siniestros en esa zona registrados durante este año son 10 y este mes ocurrieron 2. Los desastres suelen producirse pasadas 12.
- En todos los casos, los daños en las viviendas precarias son totales, ya que los materiales son muy inflamables.
- “Generalmente las causas de los incendios son descuidos de los vecinos, que se fueron a dormir o a visitar a alguien y dejan la estufa prendida”, dijo.
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