Vivir del tenis… y no siempre como jugador

Federico Büker tenía 19 años cuando partió de Roca y de a poco fue madurando la idea de ingresar al mundo de los courts y las raquetas. Hoy es encordador, vive en Londres y trabajó en el US Open.

Redacción

Por Redacción

Federico Büker con el gran Roger Federer, en una visita del suizo a Londres.

Federico Büker con el gran Roger Federer, en una visita del suizo a Londres.

La perseverancia y la pasión como combustible necesario para la materialización de los sueños. Estar cerca y ser parte, sea como sea. Federico Büker no pudo ser jugador de tenis y quedó en el camino como tantos miles que intentan llevar una vida dentro de un court. Sin embargo, este roquense que dejó la casa paterna a los 19 años siempre supo que, tarde o temprano, su vida estaría ligada al tenis profesional.


Luego de un largo recorrido que incluyó Buenos Aires, Bariloche, Barcelona y Mallorca, la búsqueda de aquello que tanto deseó lo llevó hasta Londres. Hoy Büker es un renombrado encordador de raquetas, una tarea que le permitió seguir metido en el tenis, su gran pasión.

Federico en su lugar de trabajo, en el corazón de Londres.


“Mi casa en Roca estaba a cuatro cuadras del Luis Maiolino y empecé a jugar regularmente al tenis a los 14 años en el Deportivo Roca de la mano de Gustavo Romera”, cuenta Federico desde Londres, cuando todavía la idea de ser tenista profesional era concreta como la de cualquier pibe que hace deporte, sea cuál sea la disciplina. “Me acuerdo que la primera raqueta que encordé fue con una máquina que tenía Carlitos Bestvater”, quien desde hace un par de décadas es profesor de tenis del Depo.
Esa experiencia marcó al joven Federico, aunque en ese momento no imaginó que ser encordador sería el oficio con el cuál se ganaría la vida.


Büker se fue a Buenos Aires a los 19 años a estudiar educación física, donde además hizo el curso de profesor de tenis, y también de paddle. “La fiebre por ese deporte en la década del ‘90 era tremenda”, recuerda el roquense, que poco después iría a Bariloche a enseñar tenis.
Entrando al nuevo milenio y poco antes del estallido social que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa, Federico se fue para Europa. Tenía 32 años y aún no lograba concretar todo aquello que deseaba: estar ligado al ambiente del tenis profesional.
Pasó por Barcelona, después por Mallorca, donde puso un restorán, hasta que un día se asoció con un amigo para poner una tienda de tenis en la isla española. Ahí comenzaría otra historia. “Lo vi como una oportunidad de estar más cerca del tenis”, asegura Büker.

La mejor experiencia laboral de su vida: trabajar en el US Open


Luego la vida lo llevaría a recalar en Londres y la oportunidad de trabajar como encordador en una de las principales tiendas de tenis de la capital inglesa. Allí, cuando corría la última parte del 2015, comenzaría a vivir lo que siempre imaginó: estar cerca de Wimbledon, contarle los secretos del cordaje al mismísimo Roger Federer o darse el lujo de trabajar en las entrañas de la Gran Manzana durante la disputa del US Open hace un par de años.

“Siempre quise estar relacionado con el tenis y de alguna manera meterme en el circuito profesional. El hecho de estar en Londres, me dio esa posibilidad”.

Federico Büker, encordador profesional


“Cuando se juega Wimbledon, se revoluciona absolutamente todo. Los negocios de la villa que rodean al centro deportivo, tengan que ver o no con el tenis, hacen la decoración de sus vidrieras en alusión al torneo. El simple hecho de pasear por esas calles durante la disputa de Wimbledon, es realmente espectacular”, cuenta Federico sobre el mítico torneo británico, aunque afirma que la frutilla de su historia en la búsqueda de un estilo de vida fue haber llegado a trabajar en el US Open.
“No me tocó ser jugador, pero hay otros caminos para estar ligado a lo que más amas. Y para mí, el tenis es mi vida”.

LO QUE PIDEN LOS TENISTAS

“La foto es en Milan, en 2018. Soy miembro de la Asociación de Encordadores de Europa todos los años se hace un simposio donde se dan a conocer las actualizaciones sobre el cordaje. ¿Qué es lo que piden los tenistas? La tensión de la raqueta es a pedido. Hay quienes no le importan las superficies, ni los climas o si se juega en indoor o al aire libre. Rafa Nadal por ejemplo, siempre juega con el mismo cordaje y la misma tensión. Federer en cambio, suele modificarla en casi un kilo la tensión si el torneo es indoor o si la superficie es rápida o lenta”. Federico y el particular oficio que le dio un lugar en el tenis profesional.


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