Vocación por la danza y la lucha

NEUQUEN (AN y Télam).- Para el cineasta Stephen Daldry su filme «Billy Elliot», significa el gran debut como director cinematográfico. Reconocido como la «cara del teatro contemporáneo», el director artístico del Royal Court -el teatro más exitoso de Inglaterra- y a la vez productor, director y creador de una sucesión de aplaudidas producciones teatrales de Londres y Broadway, Daldry reunía todas las condiciones para incursionar en el terreno cinematográfico.

El largometraje que trata sobre un chico que cambia el boxeo por su afición a la danza, llega con el aval que significan sus tres postulaciones a los próximos premios Oscar. Ha sido protagonizada por Jamie Bell, Julie Walters y Gary Lewis, está postulada a las estatuillas de la Academia de Hollywood a mejor director, mejor actriz de reparto (Walters) y mejor guión original (escrito por Lee Hall).

Hijo de un minero en los días en que Margaret Thatcher aplicó sus más drásticas medidas contra la clase obrera inglesa, el adolescente Billy (Bell) está a punto de sufrir un milagroso cambio en su vida cuando los pasos que da sobre el ring del club de su pueblo llaman la atención de la señora Wilkinson (Walters), una profesora de ballet.

Integrado al grupo estudiantil de Wilkinson, Billy se transforma en la obsesión de la docente, que deja al resto en un plano muy secundario, al tiempo que el padre del muchacho (Gary Lewis) y su hermano Tony (Jamie Driven) están en huelga y pasan la mayor parte del tiempo al frente de los piquetes.

Sólo Michael, amigo de Billy, sabe de su pasión por el baile clásico, pero cuando su padre descubre que el dinero que le entrega para estudiar boxeo lo gasta en un arte considerado poco varonil, irrumpe en la clase, se lo lleva por la fuerza y le prohíbe salir de la casa.

Con la señora Wilkinson la relación llega al punto de que las discusiones entre ambos parecen peleas de amantes. Ella sigue dándole clases, en secreto y a escondidas de su padre, para que el chico pueda dar una prueba para ingresar en la Escuela Real de Ballet, en Londres.

Billy se presenta a la prueba bajo la mirada escrutadora de un panel muy exigente, pero tras rendir un examen brillante recibe la orden de retirarse y esperar en su casa la carta que va a sellar su futuro.

El director Stephen Daldry, que realizó con «Billy Elliot» su primer trabajo cinematográfico, es conocido en la capital británica como «la cara del teatro contemporáneo» y ha sido productor y director de notorias producciones teatrales montadas en los escenarios del West End y Broadway.

«Al recibir el guión del escritor Lee Hall -dijo Daldry-, me conmovió tanto que supe al instante que quería dirigirlo. Creo que la gente se identifica fácilmente con una historia de lucha, en este caso la de un niño de once años que busca una forma de expresión ante circunstancias muy difíciles».

Con apenas 13 años cumplidos, Jamie Bell, oriundo de Birmingham, no podía creer la suerte que tuvo al triunfar sobre 2000 aspirantes a su papel: comenzó a bailar a los 6 años, cuando vio a una chica en un concurso de tap «que equivocaba infinidad de pasos; le dije a mamá que yo podía hacerlo mejor y ella me compró zapatos de tap y me envió a estudiar».

Julie Walters es una reconocida actriz inglesa de teatro, cine y tevé, que recibió un Globo de Oro por su labor en «Educando a Rita» y fue candidata al Oscar por ese mismo filme, además de haber actuado en la vitriólica «Servicios personales», de Terry Jones, y en «Susurros en tus oídos» de Stephen Frears.

Gary Lewis, por su parte, recibió el reconocimiento internacional por su trabajo en «Mi nombre es todo lo que tengo», de Ken 1Loach, logró diversos premios por su actuación y ha desarrollado una muy intensa carrera en el teatro inglés.