Cómo elegir la mejor playa en San Martín de los Andes: el paraíso de la Patagonia bajo el sol

La hermosa ciudad de la cordillera neuquina ofrece los mejores escenarios para los chapuzones de verano. ¿Venís a recorrerlos?

Decir San Martín de los Andes es decir lagos, montañas y playas. Y si de buscar los mejores lugares para los chapuzones de verano en la Patagonia se trata, la deslumbrante ciudad de la cordillera neuquina tiene mucho para ofrecer. Aquí una recorrida en imágenes con las que seguro, te van dar ganas de ir….

El paseo empieza por Playa Bonita y la Islita, espectaculares opciones para divertirse en la arena y el lago Lácar en las afueras de la aldea de montaña neuquina, con un gran valor agregado: están a sólo seis kilómetros del centro. Por eso, muchos llegan caminando, otros en bicicleta y hay hasta quienes se acercan remando. Del otro lado del Lácar, en el Camino de los Siete Lagos, está Catritre.

Foto: Patricio Rodriguez

La playa de La Islita es corta y de arena rodeada de rocas: se llega por un sendero entre los árboles de unos 600 metros. Otros cruzan nadando desde la Bonita: son unos 150 metros de brazadas y la profundidad máxima es de unos dos metros.

La belleza del Lácar en Playa Bonita y la Islita. Foto: Patricio Rodriguez

En el medio hay un camping organizado que administra la comunidad mapuche Curruhuinca, que además de los sectores de acampe dispone de fogones, bancos, mesas, parrilla, proveeduría y baños, con servicio de 8 a 24 horas. Entre las comidas rápidas que ofrecen hay sandwiches, pizzas y tortas fritas que hacen furor por las tardes, a la hora de la ronda de mates y las charlas.


Quila Quina, el paraíso ubicado a 18 km de San Martín de los Andes es un clásico de San Martín al que se puede llegar en vehículo por un camino sinuoso en las alturas, que a veces se angosta demasiado y hay que andar con cuidado, sobre todo en las curvas. Y sin olvidar que hay quienes se aventuran en bicicleta y que pastan los animales de los crianceros en el Parque Nacional Lanín.

Quila Quina, de cara al lago Lácar. Foto: Patricio Rodriguez

También se puede llegar en las embarcaciones de la naviera Lácar & Nonthue (2.500 pesos para mayores de 16 ida y vuelta) que parten desde las 11 de la mañana cada hora. Menores de 4 años, sin cargo.

El muelle y el resto bar, dos clásicos de Quila Quina. Foto: Patricio Rodriguez

Tardan 30 minutos, unos 15 menos que si salís en auto de San Martín, tomás la mítica 40 a orillas de uno de sus siete lagos, hacés cinco km hasta el balneario Catritre y seguís un km más hasta el desvío rumbo a Quila Quina, al que se accede a 640 metros sobre el nivel del mar y se asciende hasta los 900 sobre ripio consolidado, siempre con las luces bajas encendidas y a baja velocidad, por eso se tarda más que en catamarán en verano, con tanto tráfico.


Para llegar a Meliquina desde San Martín de los Andes, tomas la ruta 40, o el camino de los Siete Lagos como yendo a Villa la Angostura, y a apenas unos 25 km surge la ruta 63, ahí, justo en donde Gendarmería Nacional tiene un destacamento. Seguís unos 4 kilómetros por el ripio, y a la izquierda, entre retamas de amarillo furioso y coloridos lupinos, nace el camino que te lleva a la cabecera del lago, unos 600 metros en bajada.

Meloiquina. Foto: Patricio Rodriguez

En territorio del Parque Nacional Lanín, tenés un espacio amplio para estacionar el vehículo, hay una bajada para lanchas, y después una extensa playa hacia la izquierda, siempre bañada por el agua azul y fría del lago Meliquina, que te llevan hasta el río Hermoso.

Con expectativa de vivir una gran temporada por las reservas y consultas, «desde la Asociación Vecinal de Villa Meliquina. con la colaboración de 80 emprendimientos, todos los días de 11 a 17, hasta el 15 de marzo, se atenderá en la oficina de turismo sobre la ruta 63, frente al destacamento de bomberos”, dijo Mariela Colla, presidenta de la Asociación.

A remarla en Meliquina. Foto: Patricio Rodriguez

Los kayaks con habilidosos timoneles de todas las edades, llenan de color, el azul profundo del lago. Apenas a unos 20 metros de la costa, el veril cae abruptamente y las aguas se oscurecen.

“El lago tiene diversas y extensas playas como la Central, Punta del lago, Península. Se puede nadar, hacer kitesurf, pesca. El río bordea todo el pueblo y tiene unos rincones hermosos. A pocos kilómetros, cerca de Casa de Piedra, tenemos los rápidos y los pozones de Caleufu. En el pueblo hay pequeños recorridos, tres miradores y sumaremos, los fines de semana, en la plaza, una feria de artesanos y emprendedores”, contó Mariela Colla.


Son cinco las playas de Yuco, conectadas por unos 600 metros de senderos.

Foto: Patricio Rodriguez

Las tres primeras, las de las bahías, son las más elegidas: Turquesa (la uno, de alrededor de 100 metros de largo por unos ocho de ancho en esta época); Arenosa (la dos, de alrededor de 150 metros de largo por 15 de ancho) y la más chica, Rocosa (la tres, de unos 10 metros de largo por 10 de ancho). Del otro lado, ya sobre lago abierto, aguas frías y sin reparo están Muelle viejo (la cuatro) y Del bosque (la cinco).

Foto: Patricio Rodriguez

La cantidad de visitantes que nota este diciembre el guardaparque Esteban Saez es el anuncio de que será un verano con lleno completo en este paraíso de la cordillera en el Parque Nacional Lanín. “Ya hay mucha gente de otras provincias”, explica.

El sol marca el ritmo. Hasta las 14, cuando entra en sombra, la mayoría elige la Turquesa, para después mudarse a Arenosa y Rocosa. A partir de las 15.30, hay éxodo a Muelle viejo y Del Bosque, aunque las piedras son una opción que varios aprovechan.


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