Comedor universitario: el plato del día por $ 60

Un almuerzo rápido, a principios de semana, donde se alimentan estudiantes y vecinos de la Universidad Nacional del Comahue en la capital neuquina.

Comedor universitario: el plato del día por $ 60

Un almuerzo rápido, a principios de semana, donde se alimentan estudiantes y vecinos de la Universidad Nacional del Comahue en la capital neuquina.

Los estudiantes con carnet abonan $ 30 la comida.

Recetas de hechura casera y nutritiva son un excelente aporte al bienestar estudiantil.

Alrededor de las 12 comienza a servirse el almuerzo.

El comedor queda detrás de la sede central de la UNCo, en Neuquén capital.

Llueve, pienso en frotar la lámpara de la ciudad y encontrar un relato diferente, un sitio distinto a los otros. Amo la alta cocina y los salones con glamour, pero también más adoro los ámbitos populares donde se come la cotidianeidad y se escuchan historias.

Es lunes y podríamos estar dentro de un capítulo de Game Of Thrones por el frío que hace. En este comedor de la Universidad del Comahue en Neuquén en mis épocas de pogo los vi a todos. A los 16 vine a ver a Los Piojos presentando Ay Ay Ay cuando no los conocía ni el loro, a Fun People con Nekro en la cresta de la ola y a varios más.

Lejos de esa postal hoy el piso está lustrado, es de día, no hay olor a porro y hace un frío cavernícola porque las calderas están en reparación. Un estudiante putea por lo bajo porque recién comienzan a servir el morfi en 20 minutos. Son las 11:47 y la realidad es que nadie podría comer en la ciudad por ese dinero un plato de comida casera. Lo aseguro.

Pastas, pan de carne, hamburguesas y guisos suelen alternarse como plato principal.

Quienes no cuentan con carnet de estudiante abonan $ 60 la comida.

La mecánica es entrar, comprar el bono en una taquilla y estar atentos cuando se arma la cola. Si sos estudiante con carnet el plato del día te sale 30 pesos, si no tenés carnet te sale 60. Incluye pan, sopa y agua y el plato del día, obvio.

Cuando fui estaba escrito en la pizarra que las milanesas salían con arroz, y salieron con pasta. Puede variar, igual de rico y casero.

Las colas son largas, llegan a subir al primer piso donde se dicta apoyo educativo para los estudiantes que lo necesiten y en un momento la cocina se queda sin comida. Tipo 12 del mediodía comienzan a servir.

La gente que viene de afuera llega con tupper. Algunos se quedan a comer ahí otros se van. Las mesas están repletas de estudiantes que las usan para reunirse con sus compañeros y estudiar. Tiene prioridad el que morfa para usarlas.

Hay Wi Fi libre y la sopa de hoy viene atrasada porque el camión de las verduras llegó demorado.

Los bonos se adquieren cada día y hay que estar atentos cuando se arma la cola.

El servicio se prolonga hasta que la cocina se queda sin comida.

Desde el salón se ve una típica configuración de cocina de comedor con 3 industriales de 6 hornallas cada una, además del horno. Cocineras y cocineros con cofia y sus uniformes blancos preparados. En la semana alternan entre pastas, pan de carne, hamburguesas y guisos. Los estudiantes repasan o vienen antes y desayunan mientras estudian y organizan sus vidas académicas entre todos.

En la punta de la barda, detrás de la universidad cualquiera puede venir a comer. No hay que pertenecer y el menú es rico en calorías y sabor.

La lógica de los comedores populares es esta. Deberían existir otros que incluyan en su andamiaje productos y productores de la zona. Está repleto. Activaría las economías regionales, daría trabajo local y se fomentarán productos increíbles, ricos y sanos no solo en la comunidad educativa sino con toda la población.

Funciona detrás de la sede madre de la Unco, sobre final de calle Buenos Aires.


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