Corrupción K: las monjas admitieron que esperaban la llegada de López

Dijeron que les pidió estar “atentas al portón” porque esa noche iba a ir “José”. Y afirmaron que ignoraban el contenido de los bolsos, que cargaban u$s 9 millones.

Las monjas no son precisamente ajenas al trámite de confesión; lo que sí, pocas veces se ha visto religiosas ante un tribunal develando faltas ajenas. Dos de las cuatro monjas del convento, en el que el exsecretario de Obras Públicas José López intentó ocultar 9 millones de dólares hace un mes, prestaron ayer declaración testimonial ante la justicia: aseguraron que esa noche la madre Alba, a cargo del monasterio de General Rodríguez, les había pedido que estuvieran “atenta al portón” porque iba a ir “José” (López).

Las hermanas María y Marcela fueron citadas como testigos por el juez federal Daniel Rafecas, que lleva la causa por enriquecimiento ilícito contra el ex secretario de Obras Públicas, detenido in fraganti el 14 de junio cuando intentaba ocultar 8.982.047 dólares, 153.610 euros y 49.800 pesos, armado con un fusil semiautomático. Según trascendió, ambas señalaron ante el magistrado a Alba Día de España Martínez (o Madre Alba), de 94 años y supuestamente inmovilizada en su cama, como la persona que les advirtió que López llegaría esa madrugada.

“Esa noche la madre superiora sólo me dijo que ‘llamó José y que iba a venir’, nosotras no pedimos explicación a la madre superiora”, dijo Marcela, que aseguró que no sabían lo que había en los bolsos. “Como creímos que eran comestibles, Inés le pidió a José que los llevara a la cocina y después de eso, él se fue a la habitación de la madre Alba”, aseguró. Ambas religiosas dijeron que se asustaron luego cuando vino la policía y vieron el arma.

Más tarde, se enfrentaron en un careo por sus diferencias sobre el momento en el que cada una vio el arma que llevaba López. Marcela había declarado que recién vio el arma cuando se las mostró la policía, pero María había dicho que su compañera la había llamado a ver lo que había en la galería. Ambas se mantuvieron en sus dichos.

La testimonial de las dos religiosas comenzó alrededor de las 11 de la mañana. Rafecas ordenó blindar el sector del piso 3 donde se encuentra la sede del magistrado, especialmente el sector frente a los ascensores y escaleras. Además, dispuso una escolta para las monjas desde el ingreso al predio 7, las instalaciones del juzgado y lo mismo al salir. Curiosamente, las hermanas María y Marcela abandonaron tribunales tapadas, cada una, por una especie de bolsa de residuos.

Las religiosas del Monasterio de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora de Fátima quedaron en la mira de la Justicia tras de conocerse un video en el que se ve a una de ellas –Celia Inés Aparicio– ayudando a López a ingresar los bolsos repletos de dólares. La fiscalía, a cargo de Federico Delgado, también comprobó que esa noche hubo once llamados telefónicos entre un teléfono de la mujer de López, María Díaz, y otro perteneciente a la madre Alba. La justicia sospechó que las religiosas estaban al tanto de que el exfuncionario las visitaría.

María y Marcela viven en el monasterio bajo la modalidad de “clausura”, por lo que casi no tienen contacto con el exterior. Hasta ayer, Rafecas se inclinaba por desvincular a la madre Alba del proceso, porque por razones médicas no estaría en condiciones de declarar. Por otro lado, el magistrado tiene previsto indagar el 1° de agosto a la hermana Inés, a quien se observa en el video de las cámaras de seguridad del convento ayudando a López .

Las monjas, ocultas por bolsas, dejaban ayer Tribunales.
Dyn

Luego, las dos monjas se enfrentaron en un careo por sus diferencias sobre el momento en el que vieron el arma que llevaba López. Sostuvieron sus dichos.

Bolsos con 9 millones de dólares

José López fue detenido la madrugada del 14 de junio cuando intentaba ocultar casi 9 millones de dólares.

Dos días más tarde, el exfuncionario comenzó con su estrategia de hacerse el loco y se negó a declarar ante el juez Rafecas, que lo investiga por enriquecimiento ilícito. Quedó alojado en el penal de Ezeiza.

El 12 de julio trascendió un video en el que se ve a la hermana Inés ayudando a López. Al otro día el fiscal pidió su indagatoria, la de la mujer de exfuncionario y sus dos presuntos testaferros.

La Iglesia, salpicada por el escándalo, se despegó desde el principio del convento. Un mes más tarde, comenzó su propia investigación, paralela a la de la Justicia.

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Luego, las dos monjas se enfrentaron en un careo por sus diferencias sobre el momento en el que vieron el arma que llevaba López. Sostuvieron sus dichos.

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