El espacio cultural La Casita Azul cerró sus puertas

La coordinadora del centro explicó que no sólo nunca recibió apoyo del municipio para llevar adelante este espacio autogestivo e independiente sino que además, “se cansó de los obstáculos” para funcionar.

El espacio cultural La Casita Azul cerró sus puertas

Luego de un año cargado de unos 70 espectáculos y una gran variedad de talleres artísticos para niños y adultos, el espacio cultural independiente La Casita Azul, ubicado en la esquina de Rolando y Tiscornia, cerró sus puertas. Ayer fue la última función.

Su impulsora, Gabriela Arias, culpó de la decisión a la gran cantidad de trabas desde el municipio.

“No hay en Bariloche una política de gestión y acción cultural para que los artistas de la ciudad podamos trabajar dignamente. Tampoco hay una política de preservar las casas de Patrimonio Histórico y apoyar emprendimientos que allí se realicen procurando los requisitos que fueran necesarios para su seguridad y funcionamiento”, indicó Arias, a través de las redes sociales.

Relató que en febrero del 2016, solicitó la habilitación cultural pero “nunca tuve una respuesta en la que notificaran sobre los requisitos faltantes o rechazaran la solicitud de habilitación impidiendo continuar la actividad”.

Diez meses después, Arias ingresó una nota en diversas áreas municipales, exigiendo una respuesta pero tampoco hubo respuestas. “La Casita Azul siguió funcionando al amparo de la ordenanza de los espacios autogestivos. Los que conocieron el espacio saben que para entrar existió un bono contribución como forma no excluyente para apreciar el arte, los espectáculos fueron siempre de carácter artístico, finalizando antes de las 12 sólo viernes y sábados y nunca se excedió el número declarado de 40 espectadores”, aclaró Arias.

El desenlace del espacio se precipitó a mediados de noviembre cuando al término de una obra de teatro, dos inspectoras municipales y dos policías infraccionaron el lugar. “No especificaron la ordenanza que estaría siendo infringida y ni siquiera leyeron los papeles que intenté mostrarles que me autorizaban a funcionar con la habilitación en trámite”, indicó.

Días atrás, Arias se reunió con la subsecretaria de Cultura, Ana Gerón. “Dijo que el inmueble era inseguro, amparándose en un informe realizado en 2016 del que nunca se me notificó ni se me entregó copia con una descripción de requisitos de seguridad faltantes”, advirtió.

Arias fue contundente: “Frente a todas estas trabas es que decido cerrar un espacio tan importante para la cultura local. Porque no sólo no recibo ningún apoyo sino que tengo que lidiar con una gran cantidad de impedimentos y obstáculos que al día de hoy me superan. Cierro porque me cansé”.


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