El transporte urbano sin cambios hasta febrero
Las actuales prestadoras acordaron seguir a cargo de los recorridos mientras el grupo Semisa afina su logística. La negativa de Dina Huapi, un factor decisivo.
El transporte urbano sin cambios hasta febrero
Una reunión a puertas cerradas en la Intendencia terminó por definir que las actuales prestadoras del transporte urbano continuarán hasta mediados de febrero. El jefe de gabinete, Pablo Chamatrópulos, celebró el “acuerdo trabajoso” y reconoció que la decisión de Dina Huapi “sorprendió” al gobierno municipal.
El nuevo esquema determinó que la firma Amancay terminará por hacerse cargo de los recorridos en dos etapas. El primer día de febrero reemplazará a Transporte Las Grutas y el 15 del mismo mes ocupará las líneas de Autobuses Bariloche.
Chamtrópulos dijo que el hermetismo que reinó durante los últimos días tuvo que ver con la coordinación de gestiones con el gobierno nacional y los actores locales. La nueva prestadora, que usará el nombre de fantasía MiBus, tendrá que ajustarse a los subsidios por combustible, por personal y adoptar el sistema de boleto electrónico Sube.
Entre los motivos por los que Amancay no cumplirá su contrato se mencionó la reubicación de los galpones, el factor Dina Huapi y el apuro del propio municipio en acortar plazos. Chamatrópulos reveló que la empresa había solicitado entre 4 y 5 meses para la puesta en marcha del servicio.
El jefe de Gabinete entendió que una decisión favorable por parte de los concejales dinahuapenses los ponía en una “relación virtuosa” con Bariloche. Explicó que desde un inicio el predio cerca de la ruta 23 se había contemplado como un lugar “temporal” y que “nadie suponía que iban a negarnos esa posibilidad”.
A pesar de que el grupo terminó por adquirir una serie de galpones de la calle Vereertbrughen, el funcionario confió que Semisa continuará buscando un predio único para construir su propia sede.
Luego de las declaraciones cruzadas con los representantes de Autobuses y Las Grutas, Chamatrópulos descartó que hubieran “marchas y contramarchas” en las decisiones del gobierno, y atribuyó el silencio municipal a dos días del nuevo contrato a una estrategia responsable mientras continuaban las tratativas.
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