La Justicia ordenó el traslado de Gustavo al Fleni

El amparo resultó favorable a la familia del niño atropellado. Ahora podrá seguir su rehabilitación físico neurológica en Buenos Aires.

La familia de Gusty pelea contra su traslado a Bariloche

A contrarreloj la familia de Gustavo Alvarado, el niño atropellado en la calle Rolando, intenta dar continuidad a su tratamiento en Buenos Aires. Esta mañana la obra social Ospat le comunicó telefónicamente que los médicos auditores decidieron “dar de alta” al niño y programar su retorno a Bariloche.

“Es el parecer de la obra social, no es lo que los doctores dicen”, explicó la madre de Gustavo, Ruth Rivera, desde la puerta del Fleni. Dijo que el 13 de marzo los médicos a cargo de la rehabilitación solicitaron otro mes de tratamiento, pero desde Ospat evaluaron lo contrario.

Ruth se quejó por las múltiples trabas que tuvo desde el accidente de su hijo. “No acatan nada”, aseguró respecto al amparo que libró la justicia para que el niño fuera enviado a Buenos Aires ante la falta de profesionales adecuados en la ciudad.

La mujer recordó que la falta de compromiso fue una constante desde su llegada a la clínica el 8 de febrero. “La consulta con el neuroftalmólogo la tuve el 20 de marzo cuando se pidió desde el principio”, añadió para mencionar uno de los casos.

“Dependo del juez, sino nos tenemos que ir”, dijo acerca de las gestiones a último momento para evitar el regreso y completar el pedido de los médicos del Fleni.

En conversación con “DeBariloche”, Ruth explicó que la recuperación de Gustavo demandará al menos seis meses. Entendió que deberá continuar el tratamiento en Bariloche, pero insistió en culminar el trabajo realizado en Buenos Aires para luego contar con un plan de ejercicios definido por los médicos tratantes.

“Empezamos de nuevo, desde los pañales y enseñarle a hablar”, comentó sobre las primeras semanas en la clínica. La mujer se mostró conforme con los avances del niño, quien ya puede caminar, pero dijo que existen lesiones en el oído derecho que le hicieron perder la audición.

Gustavo tiene 12 años pero no podrá volver al colegio. “Está recién en la tabla del dos”, dijo Ruth acerca del trabajo que queda por delante, aunque se esperanzó en que su hijo pueda retomar su vida tan pronto como le sea posible.

“En Bariloche voy a depender de la voluntad que tengan ellos (Ospat)”, opinó acerca del futuro del tratamiento médico en la ciudad.


Gusty superó compleja cirugía y va por la recuperación

Gusty se sometió a una craneoplastía con injerto óseo que duró casi 4 horas. Ahora va por la recuperación.

“Gusty” salió el miércoles por primera vez de la sala de Pediatría del Hospital Ramón Carrillo. Fue a visitar a sus abuelos en el barrio El Mallín, con autorización de los médicos. Después de casi un mes de internación, Gusty respiró durante unas horas otros aromas y volvió a escuchar el bullicio de una ciudad que casi nunca duerme. Fue una visita corta, pero intensa. “Reconoció a sus abuelos”, contó ayer su padre, Gustavo Alvarado.

El niño fue sometido ayer por la mañana a una nueva cirugía. El jefe de Pediatría, Andrés Little, informó que salió bien de la intervención quirúrgica. Explicó que se trató de una craneoplastía con injerto óseo. Los especialistas volvieron a colocar el pedazo de cráneo, que le habían retirado por la inflación que presentaba su cerebro a raíz del grave traumatismo de cráneo, que sufrió el niño tras ser atropellado.

Duró casi cuatro horas la cirugía, pero todo salió bien”, indicó, tranquilo, el padre a “Río Negro”. Es otro paso más en la recuperación de su hijo. Gustavo y su esposa Ruth Rivera saben que la lucha sigue.

Gusty fue embestido alrededor de las 14 del 13 de diciembre pasado por un Citroen C3, que conducía una mujer. El niño caminaba con su hermana por la calle Rolando en dirección a Fagnano. Allí, Gustavo y su hermana tenían previsto separarse. Gusty se dirigía a la Escuela 273, porque los chicos de sexto les habían preparado un agasajo a los alumnos de séptimo que egresaban. Su hermana, en cambio, tenía que rendir un examen en el Colegio San Esteban.

Unos 60 metros antes, Gusty fue atropellado. Estuvo en terapia intensiva pediátrica y su vida corrió riesgo. Pero salió adelante, junto a sus padres, que están día y noche a su lado. Gustavo y su esposa se turnan para no dejar solo a su hijo. Tienen otros tres hijos que también los necesitan. Por fortuna, sus empleadores los liberaron de sus compromisos laborales para que puedan estar con su hijo.

Por el violento impacto, el niño sufrió un grave traumatismo de cráneo que además provocó un daño neurológico importante. Hasta ese momento Gusty era un niño normal al que le gustaba andar en bicicleta, jugar al fútbol y divertirse con sus amigos. Ahora, se comunica mediante gestos con sus padres. “Tiene que volver a aprender a hablar”, explicó su papá.

Dijo que su hijo no recuerda, por ejemplo, la clave de su celular. Por eso, quieren que el tratamiento sea en un lugar adecuado, porque hay mucho trabajo por hacer. El anhelo es que la obra social autorice la derivación a la Fundación Fleni, de la ciudad de Buenos Aires, para la rehabilitación.

Ruth relató esta semana que le compró a su hijo “juguetes de tres meses hasta dos años”. Gusty tiene que volver a empezar. Cada pequeño avance que muestra el niño fortalece a sus padres que nunca se dieron por vencidos. Tampoco Gusty, que tiene un largo camino por delante.

Los padres están agradecidos con los médicos, enfermeras y todo el personal del hospital “por la atención excelente”.

Lamentan que la mujer que manejaba el Citroen C3 nunca se acercó a preguntar por la salud de su hijo. La mujer está imputada en una causa penal, que avanza lentamente.


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