Llegaría a juicio la muerte de Garrido en un calabozo

Pasaron 6 años de la muerte del joven en un calabozo de la comisaría de El Bolsón.

Llegaría a juicio la muerte de Garrido en un calabozo

“Han sido muy duros estos seis años”, explicó ayer Carmen Silva. Pero está convencida de que este año se hará el juicio para tratar de saber qué ocurrió la noche del 13 de enero de 2011, en el calabozo de la Comisaría 12 de El Bolsón, donde hallaron ahorcado a su hijo Guillermo “Coco” Garrido.

“Este año esperamos que se haga el juicio y queremos que se haga en El Bolsón”, afirmó la madre en diálogo con “Río Negro”. Dijo que desde el viernes juntan firmas para que el juicio se haga en esa localidad. Estimó que hasta ayer por la tarde habían recolectado alrededor de 600 firmas que avalan el pedido, que se presentará en los próximos días a la Cámara Criminal Primera de Bariloche, que debe hacer el juicio.

“Toda la gente de Epuyén, de El Bolsón lo recuerda a Coco con mucho cariño y me dice que siga adelante, que no deje el caso”, explicó Carmen.

Los padres de “Coco” Garrido son querellantes en la causa que lleva seis años de idas y vueltas, pero todo indica que ahora se encamina hacia el juicio. La abogada Marina Schifrin, que representa a los padres de Garrido, informó ayer que la causa la tiene el juez subrogante Juan Martín Arroyo.

Indicó que Arroyo envió a principios de diciembre pasado el expediente a la fiscalía para que elabore la requisitoria de elevación a juicio porque considera que la etapa de instrucción está cumplida.

Es el paso previo al cierre de la instrucción, aunque falta conocer la opinión de la defensa de los dos policías que están imputados por el delito de homicidio culposo.

Schifrin explicó que como querellantes adhirieron a la acusación de la fiscalía contra los policías Laura Leiva y Emilio Oyarzún, que eran los oficiales a cargo de la guardia cuando ocurrió la muerte de Garrido, en el calabozo de la comisaría de El Bolsón.

Indicó que a los dos policías se les atribuye haber actuado de manera negligente, sin cumplir los reglamentos policiales, porque no le sacaron el cinturón a Garrido antes de que ingresara al calabozo.

Según la acusación fiscal, Garrido fue demorado la noche del 13 de enero de 2011 tras protagonizar un choque sin lesionados en el centro de El Bolsón. El joven manejaba un Renault 12 y presuntamente tenía aliento etílico.

Garrido entró a las 21.40 a la comisaría. A las 21.45 fue trasladado hasta el hospital local para constatar su estado de salud y, después, regresó alrededor de las 22 a la unidad policial. A las 22.50, hallaron al joven ahorcado con su cinturón, que estaba atado a un reja del calabozo. Tenía 24 años.

Los familiares no creyeron durante años la versión oficial que indicaba que Garrido se había suicidado. Pero las pericias y pruebas recolectadas no abonaron la hipótesis de un supuesto homicidio.

Schifrin explicó que adhirieron a la acusación fiscal que atribuye el delito de homicidio culposo a los policías imputados “porque nosotros no queremos que esta muerte quede impune”. “Es una muerte en una comisaría”, advirtió.

La causa pasó por las manos de los jueces Ricardo Calcagno y Martín Lozada, pero no logró avanzar. Por eso, el expediente fue a parar al despacho de Arroyo, que es juez de ejecución penal.

Schifrin recordó que Arroyo procesó tiempo atrás a Leiva y Oyarzún, porque estaban a cargo de la guardia cuando ocurrió la muerte de Garrido. La Cámara Criminal Segunda rechazó los recursos de apelación y confirmó los procesamientos y, por eso, la causa siguió adelante.


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