Ojos de Cielo, desde el oeste para los que menos tienen

A sólo dos kilómetros del hotel Llao Llao, en el corazón del barrio Villa Llanquihue, a unos 200 metros del kilómetro 23 de la avenida Bustillo, un grupo de 50 chicos acude a diario a una pequeña cabaña de madera donde practican deportes, reciben talleres culturales y ayuda escolar. Muchos aprovechan para tomar el desayuno, almorzar o merendar.

Desde hace tres años, Ojos de Cielo realiza una tarea silenciosa y enorme que ya escapa de la frontera del barrio. En un principio, sólo congregaba a chicos en situación de vulnerabilidad del Villa Llanquihue. En los dos últimos años, reciben a niños y adolescentes del kilómetro 10 al 25 de avenida Bustillo.

Sin embargo, el futuro de esta organización sin fines de lucro no es del todo prometedor. Por la pequeña cabaña donde funcionan actualmente pagan 1.200 pesos de alquiler. Pero en dos meses deberán devolverlo a sus “propietarios” que son, en realidad, ocupantes.

“Solía salir a trotar antes de dar clases. Cuando mis alumnos me veían, muchos me acompañaban. Empezamos a organizar caminatas por el bosque y esto empezó a crecer”, recuerda Nancy Bustos, la presidenta de la asociación Centro Ojos de Cielo que sigue ejerciendo como docente aunque trabaja solo en medio turno para poder dedicarse al centro.

La mujer de 45 años afirma que “el deporte ayudó con un montón de situaciones. Tenemos muchos problemas de adicciones y embarazos preadolescentes. Pero si los chicos crean un vínculo de confianza, a partir de ahí, es posible asistir distintas situaciones”.

Poco a poco lo que empezó como un proyecto deportivo se convirtió en un fuerte programa comunitario “autogestivo”. Los niños de 4 a 9 años que asisten al centro por la mañana y los de 10 a 16 años que concurren por la tarde pueden participar del coro, danzas, plástica, carpintería y manualidades, entre otros.

Solo el costo del coro es afrontado por el gobierno de la provincia y el municipio aporta “cuatro horas de deporte” que oscilan los 2.000 pesos que la organización destina a la compra de mercadería.

En el último tiempo, se incorporó una psicóloga que atiende casos de equidad de género.

“Hay mucha violencia invisibilizada en el oeste, y somos la única ONG que trabaja con lo social y está abocada al deporte”.