Recaudan fondos para el desarrollo de equipamiento médico

La empresa que imprime partes del cuerpo humano busca financiarse para llegar a los hospitales públicos. Esperan obtener 100 mil pesos para la compra de equipamiento.

Premio al mérito al joven que imprime partes del cuerpo humano

Santiago Birkner de Miguel recibió el premio al mérito científico, tecnológico y social por su aporte a la medicina. La distinción le fue otorgada esta mañana en el Concejo Municipal a partir de una iniciativa del concejal Andrés Martínez Infante (JSB).

“Arrancó como un hobby y hoy es una imprenta 3D que le permite a los cirujanos trabajar con mayor precisión, lo que incide claramente en la salud”, destacó el concejal que además insistió en la importancia del Estado para “socializar” la propuesta que se gestó en la Pyme de base tecnológica Mirai.

Al momento de la entrega de una placa, Birkner reconoció que uno de sus objetivos es hacer que la herramienta se accesible para todos: “Sabemos que es complicado porque, como todas las tecnologías nuevas, es caro. Pero la idea es llevarla al hospital”, proyectó.

El presidente del Concejo, Diego Benítez (JSB), aseguró que el Cuerpo legislativo tiene el “desafío” de generar condiciones para que más barilochenses puedan volver a la ciudad y progresar.

El proyecto que encabeza Birkner provee a los médicos de partes del cuerpo impresas en 3D para diseñar la cirugía antes de que el paciente ingrese al quirófano. De esta manera se reducen los errores que pudieran surgir por el uso de simples imágenes.

En una charla con este diario, Birkner dijo que el proyecto surgió de junto a sus socios, Lucas Mey y Matías Biancucucci, mientras estudiaban ingeniería biomecánica en la Universidad Favaloro. En este lugar ya se comprobó su eficacia en intervenciones al corazón, la válvula aorta, y tumores de rodilla.

El método se utiliza en Europa y Asia, aunque habría que esperar otro poco hasta la reforma de las leyes actuales.


Será cuestión de tiempo que un médico repase la cirugía que le toca hacer a la mañana siguiente en una copia exacta del órgano que debe intervenir en su paciente. Un barilochense creó una empresa que imprime en 3D partes del cuerpo humano.

Las gestiones para que el hospital Ramón Carrillo pueda contar con este avance ya se iniciaron.

La ventaja de utilizar esta impresora 3D es evidente: una pieza de plástico frente a las 40 -o hasta 300- imágenes que un médico utiliza para recrear en su cabeza lo que está dentro del cuerpo.

La idea surgió de tres estudiantes de ingeniería biomecánica de la Universidad Favaloro.

Se gestó durante el invierno de 2014 en Bariloche y se puso en marcha seis meses más tarde. Hoy se transformó en una revolución en los quirófanos del país.

Santiago Birkner de Miguel (que tiene 22 años) y sus amigos –ahora socios– Lucas Mey y Matías Biancucci enfrentan un desafío que no se esperaban: administrar una empresa de tecnología dedicada a la medicina sin siquiera haber terminado la facultad.

“Nunca lo vimos con un fin comercial”, repite Santiago.

El armado de una impresora 3D, a partir de un código open source, fue solo un hobby que rápidamente escapó de sus manos.

Indagaron sobre su uso en otras partes del mundo y quisieron aplicarlo a su campo de estudio. Los biomodelos que construyen son el reflejo de tomografías computarizadas.

El procedimiento busca reducir el margen de error humano haciéndolo accesible a cualquier sala pública. Cada modelo tiene un costo aproximado de 6.000 pesos. “Lo mismo que una sutura mecánica”, dice al comparar con métodos habituales en cirugías de mediana o alta complejidad.

“Tenemos casos en los que se ahorraron seis suturaciones con el valor de un biomodelo”, agrega.

Es que ese proyecto de tres amigos, bautizado Mirai, ya generó casos reales en intervenciones al corazón, la válvula aorta, y tumores de rodilla.

Para ellos no es inusual que los traumatólogos pidan copias de huesos para programar cómo será su reparación. “Le ponen placas metálicas o tornillos al plástico, se fijan como queda y en base a eso hacen la cirugía”, detalla.

Futuro

Recientemente el Ministerio de Producción de la Nación seleccionó su idea a través del programa PAC. Ahora cuentan con un aporte de dinero para el desarrollo de la empresa.

Además de afianzar lo logrado, comprar maquinaria y materiales biocompatibles, ese aporte servirá para dar paso al siguiente proyecto: implantes para el cuerpo.

El método podría estar listo en dos años, ya se utiliza en Europa y Asia, aunque habría que esperar otro poco hasta la reforma de las leyes actuales. “Como debe ser, sino sería un peligro”, comenta sobre la responsabilidad que asumieron en la medicina del bienestar.

Costo

Tecnología y salud

Santiago no quiere ser médico. Prefiere la tecnología y aplicarla a la salud.

Reconoce que, en ocasiones, puede ser difícil que algunos profesionales se animen a probar algo nuevo. Pero sus primeros gestos de confianza llegaron de la mano de los cirujanos de la Fundación Favaloro. “Sabemos que esto ayuda a la gente y su recuperación”, asegura.

“Con una buena planificación, tenés menos tiempo al paciente dentro del quirófano, menos anestesia, menos sangrado, y su recuperación es más rápida”.

“Tenés exactamente lo que tiene el paciente en la mano. Como si me quitara el brazo y pudiera saber qué se va a encontrar”.

Santiago Birkner, cofundador de Mirai.

Datos

$ 6.000
es el costo de un biomodelo. Lo mismo que una sutura mecánica en el quirófano.
“Con una buena planificación, tenés menos tiempo al paciente dentro del quirófano, menos anestesia, menos sangrado, y su recuperación es más rápida”.
“Tenés exactamente lo que tiene el paciente en la mano. Como si me quitara el brazo y pudiera saber qué se va a encontrar”.

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