Por Dios y por la patria

El 18 de enero ya no tiene significado, o al menos el que solíamos darle. Fue hace 2 años cuando Argentina comprendió que en un país sin justicia es muy peligroso tener razón. El eje de la política se corrió aquel día: el fiscal Nisman había sido asesinado. Su denuncia no sólo revelaba una trama de encubrimiento y corrupción, sino también una supuesta traición a la patria por parte de altos funcionarios de la administración anterior, que habían jurado por Dios y por la patria cumplir la Constitución. El memorándum de entendimiento firmado por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el de Irán es inconstitucional. La presunta injerencia islámica en las decisiones que se tomaban en Buenos Aires representa un insulto para nuestra soberanía. Y se contrapone irónicamente con el DNU por el cual la entonces presidenta promovió al 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional. Una cortina de hipocresía que cae por si sola. Por esto, invito a la hoy senadora por la provincia de Buenos Aires a renunciar a sus privilegios parlamentarios y someterse a la justicia de los hombres, ya que por la divina clama ser inocente. Al fin y al cabo, “la patria es el otro”, ¿no es cierto?

Pedro Cabral

DNI 43.156.512

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