¿Desarmar a la policía?

Teresa Rodríguez, Carlos Fuentealba, Rodrigo Barreiro, Luis Bastidas son solo algunos ejemplos trágicos de razones por las que la policía no debería llevar armas letales a manifestaciones publicas. Incluso el caso de Fuentealba nos permite ver que armas que en principio no deberían ser letales, lo pueden ser bajo determinadas condiciones y uso.

Otros casos, aun en circunstancias que no eran siquiera conflictivas, como el homicidio del joven Brian Hernández por un policía en funciones en un procedimiento de tránsito, nos permiten ver la gravedad del riesgo que implica el uso de armas que son propiamente letales por personal policial en situaciones de alta conflictividad. Por eso la iniciativa del diputado Romero junto a varios diputados de distintos bloques, lejos de ser demagógica encuentra fundamento, no solo en la teoría, sino en la práctica e historia local.

El abogado de la Policía expresó en este mismo diario que los policías tienen la obligación de portar armas en toda ocasión, como si esto fuera un destino inmodificable, y si no, los policías se convertirían en una suerte de “Boy Scouts”. En esto vamos a recordar el caso de joven Matías Casas, asesinado por un funcionario policial estando fuera de servicio, así como varios otros casos de homicidios, femicidios y suicidios facilitados por la obligación de portar armas las 24 horas del día.

Los ejemplos de aquí, de Neuquén, no hacen más que demostrar que la portación de armas por la policía debe darse en el marco de la función, la necesidad y evitando todo riesgo innecesario, y no como regla, pues lejos de tener fundamento alguno en razones de seguridad o conveniencia publica, son una costumbre institucional que pone en riesgo grave las vidas de las personas en general.

Según datos del CELS, respecto del año 2015: “…en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, 80 civiles resultaron muertos como consecuencia del accionar de las fuerzas de seguridad al 2 de Septiembre del 2015. Entre ellos, 55 personas fueron muertas por policías que estaban fuera de servicio, el 68% del total. Los hechos de los que tenemos registro muestran una tendencia al aumento de la cantidad de civiles muertos por policías que no estaban de servicio. Si esta tendencia se mantuviera, entre 2010 y 2015 el aumento porcentual de estos hechos alcanzaría el 80%…”

Esta además, no es una propuesta original, ya que en los “Criterios Mínimos sobre la Actuación de los Cuerpos Policiales Fuerzas de Seguridad en Manifestaciones Públicas” fijados por el Ministerio de Seguridad de la Nación en el año 2011 se estipulaban prohibiciones de utilizar armas letales o potencialmente letales en manifestaciones publicas.

Podemos afirmar entonces, que la portación constante de armas reglamentarias en toda circunstancia, lejos de hacer un aporte a valores superiores como el derecho a la protesta, (que algunos consideran el primer derecho, ya que nos permite ayudar a la defensa de los otros derechos), y principalmente, el derecho a la vida, constituye un serio riesgo a la misma, ocasionado muertes que seguimos lamentando en nuestra provincia.

*Asociación Pensamiento Penal del Comahue

La portación de armas reglamentarias en toda circunstancia, lejos de hacer un aporte a valores como el derecho a la protesta, constituye un serio riesgo a la vida.

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La portación de armas reglamentarias en toda circunstancia, lejos de hacer un aporte a valores como el derecho a la protesta, constituye un serio riesgo a la vida.

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