Números absolutos y relativos

Mirando al sur

A esta altura del año los indicadores de la economía se prestan a interpretaciones que, en apariencia, parecen contradictorias, aunque no necesariamente estén equivocadas, según cómo se analicen los números absolutos y relativos.

Uno de los ejemplos más elocuentes está en la inflación. Tiene razón el gobierno cuando habla de su descenso, en comparación con el 40% del 2016. Pero en los primeros tres meses del 2017 ya acumula algo más de un tercio de la meta oficial para todo este año (17%) y complica la recuperación del poder adquisitivo de los salarios. El principal motivo de este repunte es el aumento de las tarifas de luz y gas, principalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) donde se sinceran gradualmente después de años de retraso, por lo cual suben mucho más que la inflación, obligan a reducir otros gastos e influyen en los costos de otros bienes. En estos casos resulta difícil conocer el precio absoluto de un producto: las ofertas por cantidad en los supermercados (2 al precio de 1, 3×2, 4×3, pago de 50/70% en la segunda unidad) hacen suponer liquidación de stocks y/o márgenes demasiado elevados.

Los analistas económicos coinciden en que, técnicamente, la recesión quedó atrás después de dos trimestres consecutivos sin retrocesos del PBI. No obstante, la reactivación viene a marcha lenta y todavía no se hace sentir porque resulta muy heterogénea. Hay subas en la actividad agropecuaria, servicios sociales y obras públicas, mientras la mayoría de los sectores industriales no repunta, aunque atenuó el ritmo de caída productiva.

En este marco, otro caso llamativo es el mercado automotor. En el primer trimestre se patentaron 230.000 vehículos 0 kilómetro, con una suba de nada menos que 42,5% respecto del mismo período del 2016. Adicionalmente repuntó 11,5% la venta de usados, que llegó a 407.000 unidades después del desplome del año anterior. Un dato importante en ambos casos es que entre los más vendidos se ubicaron los modelos más pequeños y medianos, a diferencia del 2016, cuando la reactivación del sector agropecuario pampeano empujó las ventas de pick-ups. Sin embargo, a pesar de estos “brotes verdes”, la producción automotriz cerró el trimestre con 90.000 unidades y un retroceso de 7,5%, tras caer 10,2% el año previo.

Esta aparente paradoja tiene su explicación: un 50% de la producción local se destina a Brasil, donde la recesión fue más fuerte que en la Argentina; y aquí la mayor demanda fue cubierta con modelos importados, principalmente de origen brasileño. Para reducir esta dependencia, el Ministerio de Producción acaba de firmar un acuerdo con Colombia para exportar 9.000 vehículos con arancel cero este año y llegar progresivamente a 42.000 en el 2021. Pero este volumen no deja de ser relativamente pequeño, en vista de los números anteriores y del objetivo del plan oficial para producir un millón de unidades dentro de cuatro años.

Algunos indicadores conocidos en estos días también marcan otros contrastes.

Por un lado, el índice Construya mostró en marzo una suba de 11,2% interanual en las ventas de materiales e insumos para la construcción y de 3,3% (desestacionalizado) con respecto a febrero. En este sector se destaca el alza de 15,1% en los despachos de cemento; aunque el indicador estrella es la producción de asfalto, que se duplicó en un año (112%) hasta un récord histórico debido a la aceleración de obras viales. Aun así, la dispersión geográfica de la obra pública hace que sus efectos sobre el empleo no siempre sean visibles, si bien el Estudio Bein estima que aportará más de un tercio (1,2/1,5%) al crecimiento del PBI de este año (3,4%). A su vez, los $ 35.000 millones en créditos hipotecarios a 30 años, ajustables por inflación (UVA), lanzados por los bancos oficiales, sólo se harán sentir progresivamente ya que financian entre 75% y 80% del valor de compra de la vivienda y, por lo tanto, requieren de ahorro previo, además de gastos de escrituración.

Por otro lado, según CAME, las ventas minoristas de marzo registraron en volumen una baja interanual de 4,4% (y de 3,7% en el primer trimestre), con reducciones en todos los rubros. Esto revela que el consumo interno (que representa 70% del PBI) sigue sin repuntar, al menos hasta que no se cierren más paritarias. Además, otro dato significativo fueron las caídas registradas en Mendoza (11%), Misiones (12%), Entre Ríos (9,3%) y Santa Cruz (7,2%), donde los consumidores optan por realizar compras en los países limítrofes (Chile, Paraguay, Uruguay) para aprovechar las diferencias de precios en electrodomésticos, ropa, calzado, juguetes o útiles escolares. A la inversa, el dólar “planchado” desde hace un año frente a la inflación torna a la Argentina más cara tanto para exportadores como para turistas extranjeros.

Los tours de compras son asimilables a importaciones aunque no se contabilicen como tales. De hecho, la salida de divisas por viajes y turismo al exterior totalizó en el primer bimestre u$s 3.200 millones (que se sumaron a los 8.500 millones del 2016) e indirectamente afecta al consumo interno. En cuanto a las importaciones propiamente dichas, un informe de la consultora Ecolatina revela que en el 2016 representaron sólo 10% del PBI y ubican a la economía argentina como una de las más cerradas del mundo y la región (donde el promedio alcanza a 30%), e incluso por debajo del 14% que se registraba en el 2011, antes del cepo cambiario. No obstante, destaca que en el primer bimestre de este año crecieron significativamente en algunos de los sectores más protegidos, como juguetes (24% interanual), calzado (30%) e indumentaria (43%).

El mismo informe de CAME señala mejores perspectivas para abril y los próximos meses en las ventas minoristas, por la eliminación de aranceles de importación (para notebooks y tablets); la prórroga de los planes Ahora 12 y Ahora 18; los pagos en 3 y 6 cuotas sin interés para compras de ropa, calzado y marroquinería de producción nacional y la flexibilización del régimen de Precios Transparentes, sin obligación de diferenciar contado y financiado en los locales comerciales (aunque sí en los avisos publicitarios). Este último argumento no deja de ser paradójico: en las últimas semanas se advirtieron en algunos hipermercados subas de 10 a 25% en precios de electrodomésticos con un solo pago, que se distribuyen en las cuotas fijas. O sea que, según la óptica oficial, si el consumidor puede acceder al pago de las cuotas es preferible que no repare en el sinceramiento del costo financiero.

Técnicamente la recesión quedó atrás pero la reactivación viene a marcha lenta y todavía no se hace sentir porque resulta muy heterogénea.

El indicador estrella es la producción de asfalto, que se duplicó en un año (112%) hasta un récord histórico debido a la aceleración de obras viales.

Datos

Técnicamente la recesión quedó atrás pero la reactivación viene a marcha lenta y todavía no se hace sentir porque resulta muy heterogénea.
El indicador estrella es la producción de asfalto, que se duplicó en un año (112%) hasta un récord histórico debido a la aceleración de obras viales.

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