llevó a Italia la historia de Martín Bresler

Esta nota debería llamarse, ‘La Conmemoración de la Matanza de Zainuco en Italia’. El 30 de mayo pasado se cumplieron cien años de cuando el gobernador (Eduardo) Elordi mandó matar a presos que se fugaron de la cárcel, la famosa fuga que encabezó Martín Bresler. En la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue hubo un acto conmemorativo de la masacre, donde la policía mató a ocho presidiarios con un tiro en la nuca, o sea que fueron ajusticiados…” Así comenzó Alejandro Finzi este diálogo telefónico con “Río Negro”, en su casa a cuatro cuadras del contaminado río Limay, donde vive con su esposa, Laura Vega, desde 1984.

“Ese hecho histórico, yo lo evoco en una pieza que tiene dos versiones. La primera (de 1992) es el monólogo “Martín Bresler”, que estrenó Daniel Vitulich, lo llevamos al Festival de Oporto en Portugal con José Luis Valenzuela, y después hicieron en Neuquén Carlos Cepeda con Marcelo Lirio, y luego se montó en San Juan, San Luis… Más tarde escribí otra versión para seis personajes con la idea de hacer una cantata que nunca encontró compositor que escribiera la música, y tradujo al italiano Mariano Dolci, célebre marionetista y pedagogo peninsular. El mismo 30 de mayo, cuando participaba en el acto en Humanidades, en Pésaro (sobre el mar Adriático) se estrenaba mi obra en la institución educativa “Galilei”, de ochocientos estudiantes. Contemporáneamente, se empieza a ensayar, con dirección de Romina Mascioli y Vito Minoia, en la cárcel de Pésaro con el grupo de detenidos y detenidas, Lo Spacco, nombre que traducido al castellano quiere decir la hendidura”, resume Finzi.

“Cuando viajé en noviembre, me encontré con ellos y conversamos. Una charla que, para mi vida de dramaturgo, fue un terremoto. Pocas veces pude encontrarme con un colectivo teatral que conociera tan pero tan profundamente mis trabajos y la historia del norte patagónico. Me hablaron de Abel Cháneton, de Elordi, de José Edelman (cofundador en 1908, con el primero, del diario Neuquén), figuras asociadas a la fuga de Martín Bresler en 1916, con un conocimiento que me desarmó. Me conmovió que en un sitio tan lejano, creadores detenidos en una cárcel supieran tanto. Cuando dialogábamos, me hacían preguntas muy difíciles y yo no sabía, a veces, cómo contestar.

Tal su grado de preparación y cómo habían trabajado mi texto. Mi segunda versión, que se montó en la escuela Galilei en mayo, el venidero marzo se estrenará en la cárcel de Pésaro y tendrá unas diez funciones. Ahí están Bresler, Edelman, el juez Zinni, Mary, la araña Solange. A Martín lo hacen tres actores según la época de su vida, en una propuesta escénica muy rica e interesante. Minoia es especialista en teatro carcelario, ganador del premio internacional Antonio Gramsci, y dirige la revista “Teatro de la diversidad” que se ocupa de teatralidades relacionadas con poblaciones socialmente marginadas, inmigrantes, enfermos mentales, personas encarceladas…

De la condición humana

“La experiencia de ‘La aventura de Martín Bresler’, tal el nombre del espectáculo en italiano, tuvo un impacto social descomunal para mí. Un regalo de la vida porque nunca imaginé que esas personas tuvieran un conocimiento tan grande de un episodio clave de la historia patagónica”. remarca Finzi.

P- ¿Les preguntaste el por qué de su interés?

R- Bueno, mi obra relata una fuga carcelaria, pero ellos –a propósito del gobernador que mandó matar a los prisioneros evadidos- me dijeron: en Italia hay muchos Elordi, Maestro Finzi. Así me llamaban… Ven una asociación entre los sucesos de Zainuco, la actualidad italiana y su condición de detención. Me señalaban que era un material que hablaba en realidad, de la condición humana, sobre la prisión y el sentido de la libertad. Yo estaba muy emocionado, y también me deslumbró –les llevé mis libros de regalo- que dejárselos fue como darle a un chico un kilo de dulce de leche. (Reímos). La avidez y el entusiasmo con que los recibieron, fueron inimaginables. Un amor, un fervor, unas ganas de leer entre los integrantes de Lo Spacco; uno se puso a hacer su propia traducción de “Martín Bresler”. Me la regaló. La charla se desarrolló en la sala teatral del Penal, estaba presente Laura…

Los Bresler vinieron en 1902, después de la Guerra Bóer, desde Sudáfrica, y Daniel Martín fue acusado de robar tres reses. Se fugó, cruzó la cordillera, llegó a Estados Unidos, peleó para la corona británica en la Primera Guerra Mundial, pero volvió a Neuquén para demostrar su inocencia porque no había robado esas vacas. Inmediatamente, una semana antes que su causa prescribiera, fue encarcelado y mandado a Buenos Aires. Él se tiró del tren y los carceleros creyeron que estaba loco…

P- Lo mandaron al Neuropsiquiátrico Borda.

R- Donde murió en 1942 diciendo que no había robado tres vacas. No era culpable, su vecino Urquiza lo acusó para tener vía libre y engatusar a su esposa Mary. Esa es la historia de este espectáculo en Italia, cuyo estreno en la segunda quincena de marzo, en el año del centenario del asesinato de Abel Cháneton –primer mártir del periodismo argentino del siglo XX que denunció la masacre en su diario, figura descomunal a la que también dediqué una obra (en 1993)- coincide con el de mi última obra, “La historia de Don Cristóbal”, el 21 en el Teatro Nacional de El Salvador. Se la dediqué a Lionel, el más chico de mis nietos, y completa un ciclo que escribí para ellos.

P- En la cárcel de Pésaro te dijeron que “Martín Bresler” habla de la condición humana, atributo del que se pueden jactar no muchos creadores literarios y dramaturgos.

R- Me quebró la cabeza porque acá en la zona, además del acto conmemorativo en la Facultad de Humanidades, organizado por el Departamento de Historia, no se dijo más nada. El diario Río Negro editó una nota importante sobre el acontecimiento. Pero las autoridades no lo tomaron para socializarlo. La muerte de ocho prisioneros a manos de la policía de Elordi, cien años después, debería visibilizarse, hacerse pública. Eso no ocurrió aquí, importó en Italia. Esto es lo conmovedor, lo maravilloso. El norte patagónico está regado de jóvenes que han muerto, dieron la vida incluso en democracia. Sergio Ávalos, Carlos Fuentealba, murieron en condiciones terribles. No olvidemos que el gobernador Jorge Sobisch sigue vivito y coleando.

Si el Estado no se hace cargo de socializar un recuerdo semejante, y sí ocurre en Italia, vía el arte, yo como autor del texto me siento hondamente conmovido. El largo y entrañable diálogo con los integrantes de Lo Spacco, Vito Minoia y los jóvenes escolares de la escuela pública Galilei, es estremecedor. Yo diría que no hubiese estado mal que en nuestra región, los Consejos Provinciales de Educación tomaran la fecha de la masacre de Zainuco, que se continúa en las de Santa Cruz (1921), sigue por Trelew (22-8-72), para que el estudiantado se la apropie como una cuestión de aprehensión de identidad. Insisto, no ocurre acá, sí en Italia… La puesta en valor de un capítulo histórico regional, en un lugar tan remoto, para mí como artista, como dramaturgo, es algo enorme, totalmente infrecuente. Salí conmovido hasta las lágrimas…

El efecto fue multiplicador porque la cabeza se me llenó de ideas, con otros proyectos… Es una ola inmensa que colma el corazón y me arrastra. También me hace reflexionar sobre el sentido más profundo de lo que hago, del trabajo dramatúrgico, porque llega a poblaciones donde la cultura no es consumo sino alimento que permite crecer y desarrollarse.

El dramaturgo estuvo en noviembre pasado en Pésaro, Italia, donde fue testigo del conocimiento de los sucesos de Zainuco a partir de su obra.

“Esta nota debería llamarse, ‘La Conmemoración de la Matanza de Zainuco en Italia’, el dice Alejandro Finzi a “Río Negro” en el comienzo de la nota.

“El norte patagónico está regado de jóvenes que han muerto, dieron la vida incluso en democracia”.

sostiene Finzi, hablando de la masacre de Zainuco ocurrida hace cien años.

“La puesta en valor de un capítulo histórico regional, en un lugar como Italia, para mí como dramaturgo, es totalmente infrecuente. Salí conmovido hasta las lágrimas…”

revela Finzi sobre su obra acerca de Zainuco y Martín Bresler.

En Pésaro, Italia, “La aventura de Martín Bresler” fue puesta en escena en un colegio y en marzo la interpretarán los presos de una cárcel.

La muerte de ocho prisioneros a manos de la policía de Elordi, cien años después debería visibilizarse, hacerse pública. Eso no ocurrió aquí, importó en Italia. Esto es lo conmovedor, lo maravilloso”.

Remarca Alejandro Finzi sobre el impacto de su texto en Italia.

Datos

“Esta nota debería llamarse, ‘La Conmemoración de la Matanza de Zainuco en Italia’, el dice Alejandro Finzi a “Río Negro” en el comienzo de la nota.
“El norte patagónico está regado de jóvenes que han muerto, dieron la vida incluso en democracia”.
“La puesta en valor de un capítulo histórico regional, en un lugar como Italia, para mí como dramaturgo, es totalmente infrecuente. Salí conmovido hasta las lágrimas…”
En Pésaro, Italia, “La aventura de Martín Bresler” fue puesta en escena en un colegio y en marzo la interpretarán los presos de una cárcel.

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