Daniel Finzi: la música, sus colores y matices

El director neuquino estrenará este sábado, en Canadá, su “Concerto du Madawaska” con la Orquesta Filarmónica de Haut-Saint-Jean.

El sábado 20 en el Auditorio Richelieu de Grand-Saut y el domingo en la sala Léo-Poulin d’Edmundston, la Orquesta Filarmónica de Haut-Saint-Jean (OPHSJ) bajo la batuta del neuquino Daniel Finzi (40), y Suzanne Nadeau-Porter en violín, estrenarán su “Concerto du Madawaska”. Completan el programa Décimo Aniversario, su “Symphonie des Terres et Forêts” en cuatro movimientos, con las sopranos Marie-Ève Cron y Mélanie Dupuis, y la citada violinista, junto al Grupo Tambores Malécites Kapskuksisok, los Bailarines de Madawaska y los coros Mimi Musique y Vers ton Rêve et St-Michel; más el poema sinfónico “Finlandia” Op.26, presentado por vez primera en 1899, probablemente la obra más conocida del finlandés Jean Sibelius (1865-1957).

“Finlandia” es una obra nórdica que encaja muy bien en los paisajes de Nouveau-Brunswick (donde Daniel trabaja y vive con su familia) y técnicamente no es muy difícil de abordar para orquestas no profesionales”, le cuenta a “Río Negro” el director neuquino.

P- ¿Y para quien dirige?

R- Es muy hermosa. No tiene complicaciones.

P- Debe ser una sensación poderosa abrir los abrazos pidiendo un forte como los que pide la obra…

R- Sí, lo es y resulta bello empezar el concierto con ese poema sinfónico. Lo elegí porque en el primer concierto que dimos hace diez años, fue lo primero que tocamos. Abrir el recital Décimo Aniversario de la orquesta es hacerle un guiño al repertorio de entonces.

P- ¿En la década transcurrida, qué ha cambiado de aquella formación, cómo ha crecido expresivamente?

R- En gran parte es una orquesta de aficionados y para esta presentación contratamos músicos profesionales, de modo que será una versión diferente, pero muchos de los que estaban al principio y siguen hoy, son mucho mejores ejecutantes. Ahora me conocen, los conozco de memoria, así que desde ese punto hubo una evolución muy grande. Por otra parte, se dieron recambios porque había estudiantes que marcharon a estudiar a las universidades de Ottawa y otros lados, otros que ingresaron, algunos se fueron y volvieron; entonces hay una base que se mantiene fija y los que van recambiando cada año. El promedio es una orquesta totalmente distinta. Pensá que la empezamos de la nada. Hicimos un llamado en los diarios para saber si había músicos en la zona que quisieran tocar con otros y así se fue armando. Últimamente apareció un fagotista en el norte del Maine, Estados Unidos, perdido en medio del bosque. Supo de nuestra búsqueda y se acercó.

P- La solista de tu “Concerto du Madawaska”, Suzanne Nadeau-Porter, viene también de ese país.

R- Es una chica que durante varios años fue primera violín de la OPHSJ y por esas cosas de la vida está viviendo en Colorado (a 2.600 kilómetros de distancia). El concierto lo escribí para ella y viaja especialmente para tocarlo.

P- ¿Cómo te ves, diez años después?

R- Con la orquesta fuimos aprendiendo juntos. Yo empecé con ellos como director, así que tenemos hoy más cancha los dos. Y eso la hace más expresiva, tiene muchos mejores reflejos, reacciona más rápido. La gama de matices es mucho mayor ahora que al principio. En comparación, es otra orquesta. Es muy lindo musical y humanamente también.

Historia de la sinfonía

Cuenta Finzi: “ Symphonie des Terres et Forêts es una obra que compuse por encargo. Me pidieron que fuera para orquesta, por supuesto, coro y dos cantantes, sopranos, que intervienen en el último de los cuatro movimientos de esta sinfonía. Además, debía incluir el himno acadiense, un canto gregoriano, en realidad, Ave Maris Stella que originalmente se cantaba en latín y fue pasado al francés con algunos cambios en la armonía. Yo tomé la primera parte de ese himno y a lo largo de la sinfonía aparecen pasajes, hasta que cerca del final surge completo por un momento, y luego lo desarmo para terminar de una manera más rítmica y folclórica”.

“El título, ‘de las Tierras y Bosques’, porque es una zona más que nada marítima, pero la región donde yo trabajo es de montañas, bosques y valles. El primer movimiento representa los espacios y las tierras; otro tema refiere a los bosques, más mágico, y se van superponiendo, entrelazando de varias formas y ritmos. El segundo, que llamé orígenes, representa a la comunidad de los pueblos originarios, con tambores que están invitados para los dos conciertos del 20 y 21. Y el tercero es mucho más folclórico. Sigue estando el himno acadiense más con giros irlandeses que existen aquí”.

P- ¿Cómo definís tu “Concerto du Madawaska”, para violín y orquesta?

R- Es un gran divertimento, en realidad. Es muy libre y refleja un poco, mi experiencia en esa zona (del noreste de EEUU, orillas del fronterizo río San Juan). Todo material propio que representa mi percepción de esa región geográfica. Hay algo de folclore con influencias irlandesas, un blues, y partes más clásicas al estilo barroco. Aparecen también mis orígenes argentinos con pasajes piazzollianos. Es una mezcla equilibrada de todo eso, de colores y matices diferentes, relacionada con un rollo mío de estar acá viniendo del exterior. De estar en un lado y en otro, al mismo tiempo. Es una gran fiesta este concierto.

P- Conocimiento y emociones interactuando…

R- Sí, esta nueva presentación de la OPHSJ es muy especial para mí porque en diez años, con estos compañeros –incluyendo los cambios- he evolucionado como músico, como director. Éramos muy poquitos y ahora somos muchos, hacemos obras más complejas. Me emociona ver hasta dónde llegamos. Y por el lado de la creación, las dos obras que voy a presentar las creé de la nada. Apareció un tema en mi cabeza, lo escribí en un papel, después lo puse en la computadora y ahí empezaron a armarse. De allí salieron las partituras, comenzamos a ensayar, estaban los nervios de cómo los músicos las iban a recibir…

Llegar hasta el presente con instrumentistas que vi crecer, y con mi música que también creció, es fascinante, hermoso, y además de muchísima tensión. Yo ahora estoy muy nervioso, no sé qué hacer, no puedo pensar en otra cosa hasta el 20 y 21 que empiece el concierto. En ese preciso instante, eso termina. El público va a juzgarme como director y como compositor. Es muy lindo y a la vez un tanto loco. Un vértigo seductor…

La OPHSJ,

origen y presente

La Orquesta Filarmónica de Haut-Saint-Jean (OPHSJ) fue fundada en octubre de 2007 con músicos amateurs de la región de Madawaska, Maine y Québec, localidades fronterizas del este canadiense y estadounidense. La generadora del proyecto Huguette Desjardins, reconoció en Finzi, también cofundador, un calificado director de orquesta y compositor brillante. Daniel, profesor de violonchelo en la Escuela de Música Les P’tits Violons de Mgr Lionel Daigle, propuso el nombre con el deseo de crear lazos en el territorio de l’Acadie des terres et forêts y reconocer la diversidad de instrumentistas allí residentes, cuyas edades varían entre 15 y 76 años, haciendo de la orquesta un modelo multigeneracional. Acadie ( es el nombre de las antiguas colonias de Nueva Francia en las provincias marítimas canadienses de Nueva Escocia, Nuevo Brunswick e Isla del Príncipe Eduardo, parte de Quebec y una pequeña porción de la isla de Terranova.


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