La Regata de los errores y el papelón

Luego del control antidoping todo se descontroló y llegó el peor final. Los organizadores quedaron en el ojo de la tormenta y los deportistas repartieron críticas sin parar. Se imponen cambios.

La Regata del río Negro no se merecía un final como el que se vivió el sábado en Viedma. El Comité Organizador copó la escena con sus desaciertos, el desenlace fue inevitable y el torrente de la desidia se llevó puesto todo lo que encontró a su paso, principalmente al grueso de los palistas, que son el alma de la travesía.

En los últimos tres días, la Regata hizo agua. Todo el romanticismo sobre aquellos competidores cuyas historias de sacrificios alimentan la mística de la legendaria prueba, fue devorado por la vanidad de los que se creen ilustrados olvidando que lo primordial será siempre la grandeza del deporte, en este caso el canotaje.

La travesía más famosa del mundo, por su historia, extensión y la espiritualidad de los esforzados del agua, no es merecedora de que le falten el respeto.

El actual Comité Organizador del Club Náutico La Ribera, que el año pasado reflotó el sentido más genuino de la prueba luego de algunos años de desaciertos, no supo cómo manejar ciertas cuestiones relacionadas a la parte competitiva, ni tampoco algunos temas que desbordaron el río como el control antidoping que quiso imponer sin el adecuado marco legal.

En el comunicado que los responsables de la prueba emitieron poco antes de la largada del último parcial, intentaron dejar en claro que con la implementación del fallido control su intención fue premiar el esfuerzo y dedicación de aquellos palistas que “no recurren a aditamentos químicos”. Quiso darle un marco de seriedad al evento y terminó siendo un papelón. Una de las ocho muestras analizadas dio positivo y la muy mala noticia afectó más a la organización que al supuesto infractor.

Que diera positivo una de las muestras fue un problema para la Regata. No porque avale el dopaje, sino porque el operativo estuvo lleno de irregularidades y sin respetar ningún protocolo para este tipo de situaciones. Careció de armas para defender lo que quiso evitar. Si todas las muestras hubieran resultado negativas, el Comité hubiera reforzado su imagen de seriedad y los palistas analizados, la de integridad deportiva.

El doping le explotó en las manos a la Regata y no supo qué hacer. En Conesa, la travesía 2018 se quebró para siempre y ya no hubo retorno. Franco Balboa, insuperable en el agua, salió a defenderse porque los rumores lo involucraban a él y hasta habló de un complot contra los palistas neuquinos como si los clubes de esa provincia recién comenzaran a competir en la Regata, cuando en realidad históricamente contribuyeron y mucho para la grandeza de la prueba. ¿O no Juan de la Cruz Labrín?

Quizás sea tiempo de otra fiscalización para la categoría de la elite K2, con comisarios deportivos oficiales y avalados para tomar decisiones.

El gran perdedor está claro fue el Comité Organizador, ya que no pudo penar al supuesto dopado por no tener las armas legales. Quiso aclarar y oscureció. Hasta uno de los palistas más ganadores de la prueba, Néstor Pinta, criticó los desaciertos. A tal punto que se negó a ir a la premiación final por su disconformidad con la organización de no dar a conocer el nombre del “positivo”.

“Tenemos que aprender muchas cosas… Cuesta trabajo pero se pueden hacer bien”, dijo Franco, el ganador de la prueba junto a su hermano Dardo, antes de la premiación en Viedma. En la Balsa de Sauce Blanco dijo que la Regata “no la corre nunca más”. ¿Mantendrá su palabra el ahora tricampeón?

Pinta dijo muy enojado que “se tapa todo”, aunque admitió que “vamos a seguir corriendo”. El Piri ya ha dicho que él se ha hecho un nombre gracias a esta prueba. No la abandonará y con tiempo su enojo se irá con el agua.

Lo cierto es que la Regata excede, y por un buen margen, a Pinta y Balboa. Y los responsables de la histórica prueba deberán estar a la altura para honrar a la Regata, que es, fue y será de los palistas. Cuando la actual conducción entendió eso, la Regata recobró el brillo. Ahora, habrá que recuperar la memoria y aceptar de que los errores también se crece.

Los hermanos Balboa brillaron en el agua, pero explotaron después del desprolijo control que se hizo en Conesa.

andrés maripe

Los responsables de la histórica prueba deberán estar a la altura para honrar a la Regata, que es, fue y será de los palistas.

jorge tanos

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Los responsables de la histórica prueba deberán estar a la altura para honrar a la Regata, que es, fue y será de los palistas.

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