Una etapa tan dura como accidentada

El fuerte viento complicó el penúltimo parcial. Desde la largada misma, el grueso cable de la Balsa de Sauce Blanco a Guardia Mitre fue el primer escollo que debieron salvar los palistas.

Unas cuatro horas duró la durísima penúltima etapa entre la balsa de Sauce Blanco de Guardia Mitre y el campo de Malaspina, sobre un recorrido de 37 kilómetros de recorrido.

El último bote en cruzar la meta de llegada lo hizo con el suspiro final en una de las etapas que siempre fue un problema para los palistas. Incluso la elite utilizó más de dos horas para surcar esa parte del río ya que el viento provocó un oleaje importante durante toda esa etapa que en 2016 había sido suspendida por el intenso viento y por pedido de la Prefectura.

Esta vez el viento no fue tan importante como en esa edición pero fue intenso provocando olas importantes y donde el río se hace ancho de difícil acceso a las orillas sumado a la corriente que arrastra con furia hacia la capital rionegrina.

Los palistas que acarrean un desgaste importante sufrieron el doble para completar el desafío, muchos se dieron vuelta a mitad de camino y tuvieron que salir a la orilla auxiliados por las diferentes lanchas, no sólo de la organización sino también de las radios que transmiten la prueba.

Algunos palistas lograron encontrar en el camino a otro bote para tirar juntos y darse ánimo, pero otros quedaron solos y en la llegada se desahogaron en llanto porque dieron hasta la última gota de la poca fuerza que quedaba.

Por si fuera poco, la largada en Sauce Blanco en Guardia Mitre fue accidentada debido a que el cable de la balsa estaba muy bajo y varios competidores no advirtieron esa situación sumado al error del Comité Organizador de no largas unos metros más adelante.

En plena largada el público les gritaba a los competidores que agachen la cabeza pero algunos no escucharon esa advertencia y se dieron vuelta en el agua. Lo peor se lo llevó Juan Huentemilla, ya que la pala pegó en el cable y se rompió en dos partes donde una de ellas le provocó un pequeño corte en la frente.

A pesar de esa herida y junto a su compañero Carlos Jara llegaron a la orilla para pedir una nueva pala y seguir en competencia en K2 travesía “B”.

Otros palistas se dieron vuelta por evitar ese cable y tuvieron que ser ayudados por la lancha de Prefectura que los llevó a la costa para luego retomar la prueba.

En esta penúltima etapa, la llegada en el campo de Malaspina estrenó nuevo ganador. Hasta ayer, los hermanos Franco y Dardo Balboa, líderes de la general, habían prevalecido en los cinco parciales disputados pero ayer el sprint final fue de los campeones defensores.

El español Kiko Vega Suárez y el esloveno Jost Sakrajsek fueron los primeros que escucharon el silbato de sentencia para quebrar así la hegemonía de los palistas de Ceppron, quienes quedaron terceros. En segundo lugar arribaron los multicampeones Néstor Pinta y Martín Mozzicafreddo.

Hoy se corre

la última etapa

Hoy a partir de las 10 de la mañana se disputará el último parcial de esta 42ª edición de la Regata del Río Negro y si el viento es tan intenso como ayer, será una exigencia extra para los palistas. La distancia aproximada será de 24 kilómetros y el lugar de Largada en Balneario de la localidad de San Javier, ubicado sobre la Ruta Nº 3 a la altura del kilómetro 991. La llegada será como siempre en Playa de los Palistas, sobre la costanera de Viedma.


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