Confirmaron la sentencia que condenó al fotógrafo abusador

Los jueces Richard Trincheri, Fernando Zvilling y Florencia Martini confirmaron el fallo que condenó al fotógrafo Ernesto “Pollo” Olivera a seis años de prisión de cumplimiento efectivo por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante.

“La sentencia no ofrece resquicios en cuanto a algún quiebre en el razonamiento o alguna ilogicidad en el proceso de valoración entregado en la sentencia”, indicó Trincheri en su voto, al que adhirieron los restantes magistrados.

Los hechos por los que encontraron responsable a Olivera ocurrieron durante 2013 durante una sesión fotográfica que se desarrolló en su vivienda. En ese momento la víctima tenía 14 años.

El fotógrafo Ernesto “Pollo” Olivera fue condenado ayer a la pena de seis años de prisión de cumplimiento efectivo por abusar sexualmente de una adolescente de 14 años en Centenario.

La sentencia fue emitida por los jueces Martín Marcovesky, Diego Piedrabuena y Cristian Piana, quienes el 14 de marzo pasado ya habían declado culpable al fotógrafo por el delito de abuso sexual gravemente ultrajante.

En el juicio se abordó la situación vivida por una adolescente que en ese momento tenía 14 años y cuyo abuso se dio en medio de sesiones de fotos que la joven había pautado como parte de las actividades para su cumpleaños de quince.

Pero luego de que se conociera su caso, otras jóvenes también manifestaron que Olivera habría tenido actitudes similares con ellas durante sus sesiones de fotos.

El caso salió a la luz el año pasado cuando Olivera fue encontrado en la zona de meseta de Centenario por la policía, después de haber sufrido una golpiza. Tenía una letra v tajeada en el rostro, que luego se supo que correspondería a la palabra “violador”.

El martes en la audiencia de determinación de la pena el fiscal que tuvo a su cargo el caso, Germán Martín, solicitó que se imponga a Olivera una condena de ocho años de prisión efectiva.

En tanto que el defensor del fotógrafo, Juan Manuel Coto, planteó que sólo sea condenado a cuatro años de prisión domiciliaria.

En sus alegatos el fiscal había planteado que “el acusado no mostró actitud de arrepentimiento, ni empatía, sino que incluso se autovictimizó”.

Sostuvo que “para establecer la pena, hay que tomar en cuenta a la víctima, el vínculo, la modalidad, la extensión del daño y la necesidad social de castigo”.

Es que el fiscal también remarcó que “hay un “reclamo social de un cambio de paradigma social que llevan adelante las mujeres y que esto tiene que tenerse en cuenta para fijar la pena, ya que la pena tiene un valor simbólico muy fuerte, que se dirige al público general, no solo a las víctimas.”

El fiscal indicó que el delito fue con mucha preparación y que la forma de este abuso fue una de las más crueles: aprovecharse de una relación de poder.