Una estrategia violenta y efectiva

El ataque comando implicó un ataque directo a la sede de Prosegur, y también el cerco a la Jefatura Policial de Alto Paraná, así como la implementación de bloqueos de calles con la quema de vehículos para impedir toda reacción de la Policía.

Mientras un grupo volaba con explosivos especiales una de las dos bóvedas de Prosegur, otro grupo que se estima incluía mujeres quemó vehículos con cartuchos de bala en torno a la jefatura policia con la intención de que al estallar por el fuego dieran la apariencia de un tiroteo.

Se cree que francotiradores resguardaban desde puntos elevados el tráfico por la Ruta Internacional Nº 7, alejando con disparos a cualquiera que se acercase al lugar. También se encontraron vestigios del uso de armas con munición antiaéreas, con posibilidad de perforar blindados, del calibre 0.50.

Testigos aseguran que los francotiradores con miras láser efectuaban disparos a los vehículos para tapar el camino que pudo utilizar la Policía si reaccionaba.


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