Doce obispos en los Arcos Romanos del Parque Central

Con una misa de cierre en los Arcos Romanos del Parque Central, este domingo 20 de noviembre se dio por finalizado el V Congreso Misionero Nacional (Comina). El encuentro comenzó el viernes y reunió en las instalaciones del colegio Don Bosco a 12 obispos, 68 sacerdotes, 55 religiosos, 7 diáconos, 441 laicos y laicas, 400 personas de las diferentes pastorales de la diócesis de la provincia.

Durante los tres días que prolongó el evento se plantearon varios ejes de trabajo, desde la organización del detallaron que los objetivos fueron: acrecentar la dimensión misionera de toda la Iglesia en Argentina; convocar, fortalecer y animar a los equipos diocesanos de pastoral misionera y llevar las conclusiones al Congreso Misionero Americano que se realizará en Bolivia en el mes de julio de 2018.

En el congreso se organizaron diversas ponencias, trabajos en grupo, la exposición de cada región del país con sus diócesis y la exposición de stand de diversos lugares que presentaron trabajos y libros. El domingo los congresistas también celebraron misa en cada comunidad donde fueron hospedados y realizaron un gesto concreto, tal como lo pidió el papa Francisco para este día.

“Argentina en Misión, el Evangelio es Alegría”, bajo ese lema se realizó el Congreso, que por primera vez se llevó a cabo en la provincia de Neuquén.

El obispo emérito de Neuquén, Virginio Bressanelli, tuvo a cargo una de la moderación de las muestras. Al finalizar refirió que la vocación propia de la iglesia “es evangelizar, esa la misión esencial de la iglesia, es su dicha, su identidad más profunda, su ADN” y agregó que “evangelizar es tarea de todos los fieles, en la diversidad de servicios, según la vocación, y en la unidad de la misión de Cristo; enviados por la iglesia, sintiendo con la iglesia”.

En cuanto al cierre del Comina, el actual prelado de Neuquén, Fernando Croxatto, agradeció la gran participación y en su homilía expresó “estamos alentados a mantenernos firmes, llenos de valor, a preferir incluso la muerte antes que fallarle al Señor” y aseguró que “el verdadero misionero que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él”.