Importación de fruta chilena afecta a productores de la Comarca Andina

1000 toneladas fue la cosecha de frutas finas en la última temporada en Comarca Andina.

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“Hay productores locales que aún tienen la fruta de la temporada pasada conservada en reefers, lo que provoca un incremento a la hora de evaluar costos”, reflejaron funcionarios del Inta tras la última reunión de la Mesa de Desarrollo Comarca Andina, celebrada esta semana.

En ese marco, “surgió como preocupación común la dificultad que enfrenta el sector por el stock de fruta fina almacenado en cámaras de frío, correspondiente a la cosecha de la última temporada, que no puede comercializarse por la competencia de la importación de fruta desde el vecino país de Chile”, graficó Javier Mariño, uno de los técnicos consultados.

“Es un tema importante y a trabajar en el corto plazo, porque es una actividad que mueve bastante la economía regional”, amplió. “Chile es uno de los productores más grande de frutas finas (tienen casi 14 mil hectáreas en producción). El volumen que ingresa es de distintas calidades, pero el block que se usa para industria puede llegar a tener un 30 o 40 % de diferencia con la fruta argentina”, remarcó.

Precisamente, según datos del Inta, la cosecha en esta zona andina fluctúa entre las 800 y 1000 toneladas anuales que van al mercado interno, con un porcentaje superior al 65% que se vuelca a la industrialización zonal (hay unas 25 dulcerías). Incluso, este año las exportaciones fueron prácticamente nulas debido a que “al momento de cerrar el negocio (pactado previamente en U$S 5.20, intentaron bajarlo a U$S 4”, se explicó.

Hay plantadas unas 250 hectáreas, distribuidas en chacras de El Bolsón, Lago Puelo, El Hoyo y Epuyén, lo que representa un ingreso aproximado a los 70 millones de pesos. En promedio, cada hectárea produce unos 7.000 kilos, a un valor unitario de $65 por kilo de fruta fresca.

La principal superficie de cultivo está dedicada a las frambuesas, seguida de frutillas, cerezas, grosellas, guindas, boysemberries, moras, corintos, cassis y arándanos. Entre las silvestres sobresale la rosa mosqueta, sauco y maqui.

Otras variables, como el “estancamiento de los precios de venta respecto al año pasado y el aumento en los costos de producción (gas, energía, combustibles y otros insumos básicos) imposibilitan estimaciones y proyecciones precisas. La situación es dificultosa y de incertidumbre”, indicaron los chacareros.

Con todo, rescataron que durante el último verano “las ventas de producto fresco al comercio y al turismo respondieron a las expectativas” y permitieron ingresos “para seguir creyendo en nuestra actividad”, que ocupa unos 400 cosecheros por temporada.

Entre las acciones directas a implementar en lo inmediato, plantearon “la búsqueda de nuevos mercados, pedir un arancelamiento a la entrada de fruta chilena y la compra conjunta de insumos básicos”, entre otras.


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