Paran obra del puente a Isla Jordán

“El tema puntual es la deuda que tiene el gobierno con la empresa”, explicó un empleado de la firma Luciano SA. José es una de las pocas personas que queda en la base ubicada en la margen sur, a la vera del río Negro. El resto de los trabajadores que estaban dedicados a la construcción del puente de la Isla Jordán fueron trasladados –hace poco más de una semana– a otros puntos de la provincia donde la firma tiene obras en marcha.

De un momento a otro se paralizaron los trabajos en ese sector. Según informaron a este medio allegados a la empresa, todo se desencadenó por una deuda de 40 millones de pesos que tiene Vialidad de Río Negro con Luciano SA. Mientras tanto, el desconcierto y el malestar se acrecientan en los habitantes de ese lugar porque aseguran que se sienten aislados.

No es la primera vez que se prorroga la fecha de inauguración del puente. Las autoridades de la provincia anunciaron en su momento que la habilitación de la inmensa mole de cemento sería a fines de marzo de este año, luego se postergó nuevamente y hasta hace unas semanas desde la empresa indicaban que a mediados de este mes la obra iba a estar finalizada. El movimiento de las máquinas y la ausencia notoria de personal llevó a consultar a los lugareños sobre el destino de la tan ansiada obra (ver aparte).

Los mismos trabajadores fueron los que tuvieron la tarea de anunciarles a las familias que viven allí que la obra se paralizó por “una deuda”. Según la información a la que accedió este medio, las autoridades de Luciano SA elevaron un escrito a Vialidad Provincial para anunciar la interrupción de los trabajos en la margen sur. ¿El motivo? Una deuda que escala a los 40 millones de pesos que abarca la construcción del puente y los trabajos en la Ruta 2 de San Antonio Oeste. A raíz de esto, alrededor de diez empleados permanecen a la espera de que se reanuden los trabajos y el resto fueron reubicados en otras obras que tiene la firma en la provincia, detallaron.

Hace dos semanas, unos 20 trabajadores cumplían funciones en la margen sur. Actualmente quedan “alrededor de siete personas en el sector: dos empleados administrativos, dos serenos, un maquinista y personal que está en el área de laboratorio”, confió unos de los empleados. Hoy sólo se ven un par de máquinas, de todas las que adornaban el paisaje.

En enero de este año el gobernador Alberto Weretilneck visitó la obra en construcción. Acompañado por autoridades de la empresa recorrieron la estructura de 300 metros de largo por casi 10 metros de ancho. En la actualidad la obra está avanzada en un 80 por ciento. Al igual que hace unos meses atrás, aún faltan las barandas de contención y la iluminación.

En números

En el puente sí están finalizados el terraplenado, una alcantarilla

importante de la margen sur y la carpeta de desgaste.

Tampoco cuentan

con la balsa

Ana y Joel tienen vehículo pero cuando quieren comprar alimentos (para ellos y sus animales) en Cipolletti deben desembolsar unos 260 pesos en taxi. Es que la suspensión de la balsa de la Isla Jordán y el impedimento de circular por el puente aún sin terminar dificultan su conectividad con la ciudad. La pareja vive junto a sus cuatro hijos en la margen sur, al igual que Susana Torres, la abuela de Tiziano. A todos los une el mismo deseo: que la obra del puente finalice cuanto antes. “Nos sentimos aislados”, dice Ana con tono de preocupación. Sus cuatro hijos van a la escuela rural de María Elvira y para llegar deben cruzar en un semirrígido que puso a disposición el municipio cuando las autoridades cipoleñas decidieron sacar de funcionamiento la histórica balsa. Tanto Ana como su marido explican que los niños deben cruzar el río a las siete de la mañana –cuando aún está de noche– y los troncos que acarrean las correntosas aguas pueden tornarse un peligro. La familia de Tiziano también debe encontrar la manera segura de llegar a la escuela.